sobre la excelencia académica

Retomo un señalamiento de Miguel Huertas: la Reforma Académica de la UN es ‘Académica’ porque su objeto a transformar es la Universidad Nacional en sus aspectos administrativos y financieros. El parámetro para esta transformación es la eficiencia que, se espera, incida en la excelencia académica. ¿Cómo? Hay varias propuestas: la reduccion de creditos, la generalizacion del conocimiento en pregrado y la profesionalizacion para el posgrado. También está la que posibilita la generación de nuevos conocimientos: la investigación y la creación. Aqui vale la pena tener en cuenta que son los recursos destinados a la investigación los que seguramente se verían drásticamente reducidos si la ‘Reforma Académica’ no se aplica.

Si los flujos de recursos para la investigación aumentan, seguramente se reactivará la discusión sobre qué se entiende por ‘investigación’ en arte, cual es su especificidad y en qué se diferencia de aquellos modelos de investigación de otras disciplinas. Igualmente, qué se entiende por ‘creación’? Estos son temas que toda reforma debería tocar y que en el caso que de la que nos ocupa en este foro, no parece estar contemplada.

La búsqueda de la excelencia que menciona Gustavo Zalamea pasa por estos temas. Pasa también por el hecho de que la estabilidad de la nómina profesoral se encuentre regida por el nivel de investigación y confrontación de la producción artística de los profesores.

Adjunto un artículo del profesor Rolf Tarrach sobre lo que sucede con aquellas universidades que logran altos niveles de excelencia, escenario extremo en una sociedad globalizada donde lo que parece primar es la búsqueda de la eficiencia a través de reformas más instrumentales que académicas.

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La Financiación de las Universidades Investigadoras

Hace unos meses la Universidad de Cambridge se planteó cerrar su Departamento de Arquitectura, cuya docencia es tan excelente que sólo puede admitir uno de cada 11 solicitantes. La razón: de las 10.000 libras esterlinas que cuesta un estudiante anualmente, 1.000 libras las paga el estudiante en concepto de matrícula, 4.000 libras
el Estado en forma de subsidio y el resto viene de fondos reservados para la investigación. Dada la obvia insostenibilidad de una estructura de financiación como ésta, de forma abreviada 10=1+4+5, en la que el dinero recibido para investigar se utiliza para enseñar, las universidades del Reino Unido han empezado a cerrar departamentos. No es una broma: 28 departamentos de química han sufrido este destino en los últimos 10 años. La crisis de la financiación no es sólo británica, es europea.

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