La descentralización del Salón Nacional debe entenderse como un intento por darle a las regiones una mayor autodeterminación: si en la Región Pacífico consideran que es importante una exposición sobre la Minería en el Chocó, no es desde Bogotá en donde debemos juzgar si esto corresponde o no al “quehacer artístico contemporáneo”, o si la suma de individualidades que representa el conjunto de exposiciones cuando son presentadas en Bogotá es realmente el famoso “corte transversal al arte del país”.
No creo para nada que este proceso sea una ilustración de lo que se hace en otros lugares o en eventos como Documenta. De hecho, la Documenta se hace principalmente en tres espacios “neutros” (al menos museográficamente): el Friedricianum, la Documenta Halle y la antigua cervecería Binding, así que no hay realmente allí obras que estén actuando en relación con colecciones patrimoniales como fue el caso en Tunja y en el Regional de Bogotá.
Digan lo que digan los detractores sobre “la tiranía de los curadores” (¿será que añoran la tiranía de los jurados de las versiones anteriores?), prefiero mil veces un curador que visita el artista, ve el conjunto de sus obras, dialoga con él o ella y finalmente hace la escogencia de acuerdo con un concepto que le da coherencia a un todo, que a unos jurados viendo diapositivas (o filas de cuadros) sin contexto alguno, escogiendo obras “buenas”, y aplicando el mismo rasero de calidad al arte de ciudades con museos de arte moderno y al de regiones que no tienen siquiera una escuela de arte. Bravo por el Ministerio, que finalmente se sacudió de la inercia institucional. Pero debe entenderse también que es muy difícil hacer una curaduría consistente si no se cuenta con los recursos y el tiempo necesarios para hacer los viajes y las visitas correspondientes. Esto es susceptible de corregirse en el futuro, si se apuesta de nuevo por este proceso. Esta es una primera versión que, a pesar de que podría mejorarse en varios aspectos, es conceptualmente mucho más interesante y arriesgada que los Salones de los últimos 10 años.
Jose Roca
2 comentarios
La verdad, he mirado desde muy lejos las intervenciones y polemicas,
como si se tratasen de partidos de futbol…, (a mi me gusta el futbol) por que creo que no tengo las palabras mas «ilustradas» y adecuadas para intervenir, ademas por que todos quienes se atreven hacerlo merecen mi admiración y mi respeto. Ahora leo algo, que por mi formación academica y apreciación visual personal, me siento obligada a intervenir.
Jose Roca habla de las exposiciones del salon regional:
«muchas de ellas se limitaron a interpretar el contexto de manera literal, con lo cual el diagrama de la obra carece de fricción crítica al convertirse en la ilustración de una correspondencia formal o temática.»
A lo que Carlos Vergara responde:(…)encargar a los artistas un proyecto para un
lugar específico como una ilustración de lo que sucede con las grandes
bienales y la Documenta…
A mi el tema Salon Regional no es lo que me concierne, Bueno entonces por que escribe?!, diran algunos.
La verdad es que claramente «los artistas» y los criticos de arte tiene instaurado el uso del termino Ilustracion como forma peyorativa a las «obras de arte» que como en estos casos son consideradas, malas o mediocres.
La ilustracion no es una jerarquia estetica y artistica de segundo plano, y creo debo recordarles que la mayor parte de los artistas desde el renacimiento hasta las vanguardias Ernst,Prever, Robert Matta,Karel Teige, Hockney,Warhol y en la actualidad Seymour Shwast, Drescher,Glaser,Suarez Londoño entre muchos quienes han hecho y forman parte de la creación de las formas visuales contemporaneas.
Creo que ya de hecho si el arte en Colombia pasa por una eterna fase logocentrica, dificil sera que se tome en serio conceptos «nuevos» y desafiantes que se adhieran.
Sugiero entonces, se forze abrir la razón metodologica convencional para entender la presencia del concepto de ilustración, NO como el elemento cuya sola presencia artistica representa la antitesis de lo que debe ser una obra artistica.
Karol Guerrero
Estoy totalmente de acuerdo con el señor Roca, de que el ùltimo Salón Nacional ha sido uno de los mejor logrados en los últimos años.
Creo que a través de las curadurías se evade precisamente el dictado del centro (Bogotá) y se le brinda un espacio vital a las regiones y a sus artistas. Con las propuestas y visiones propias, cada región a través de sus curadores y artistas aprenden innegablemente de los demás participantes. Este modelo, como dice Roca, debe ser positivamente mejorado y blindado contra el oportunismo y la mediocridad. También debe ser, sin lugar a dudas, acercado a los coleccionistas locales y nacionales, los cuales no ven mas allá de sus horriplilantes gordas y muchos de ellos se desviven comprando por fuera del país ignorando la magnífica producción nacional.
La exposición final en Bogotá me gustó. La reacción de los artistas al entorno de sus obras a mi forma de ver fué valido. De un lado mágníficas salas de exposición y del otro, lugares ya copados de arte. Una mezcla muy
diversa y por lo tanto exigente para la obra y el artista.
En las próximas ediciones del Salón Nacional se debe cambiar obligatoriamente el espacio geográfico de la muestra…. se me ocurre Leticia en medio de la selva, en la Guajira en el desierto, en la Zona Industrial de Medellin, en el páramo de las Papas, en un pueblito, en el rio Bogotá, en una zona marginal,… etc., en sitios que no necesariamente tengan que ver con “Arte”, para que por ende el dialogo sea más intenso y fructífero.
A unos habría que sacarlos de una escena con tendencias incestuosas y a los otros acercarlos a un concepto más actual del pensar artistico contemporáneo. Esa sería para mi, junto a la calidad y el concépto, una
finalidad difícil de cuantificar y muy loable del Salón Nacional.
Yo mismo puedo constatar que los “prejuicios” de algunos artistas capitalinos para con Tunja y los “boyacos”, se fueron al piso, luego de poder conocer e interactuar en esa hermosa ciudad. Así que con este formato tenemos mucho que ganar no solo a nivel artistico nacional, sino más que todo a nivel de conciencia artistica regional.
Muchas veces hay que dejar de pensar siempre en lo que hay o viene de fuera y conocer que es lo que se tiene por dentro. En ese sentido y a largo plazo, seguro que el Salón Nacional puede contribuir innegablemente a ese enriquecimiento.
Pedro Garcia