no es un chiste

Lamento los comentarios mal intencionados, debo aclarar que yo no estaba ni estoy jugando al curador de salón. Ni soy jurado de selección de nada, lo que se me encargo para el Regional fue un mapa académico, mapa que he venido armando con todo el compromiso y rigor conceptual e histórico desde hace varios años y que genera resultados en mis clases, específicamente en las de escultura avanzada. De las aulas surgen procesos que reconozco y que desde hace más de tres años me han ido dando pistas para construir un discurso sobre el tema que expuse en mi texto anterior, (a propósito sobre esto haré una charla en la maestría de artes de la Universidad Nacional el próximo semestre, aprovecho para invitarlos), este discurso es el que fue invitado al regional, no obras independientes, ni artistas pretenciosos, dentro de este tema enmarco algunos procesos que van como lo dije antes desde tercer semestre hasta la maestría en artes, debo ser mas claro, hace rato vengo pensando y aplicando algunas conductas frente a la escultura , como artista y como profesor, eso que conocemos como procesos de investigación-creación, gracias a estas preocupaciones frente a lo que hago, voy detectando algunos síntomas en la producción de algunos de mis estudiantes que responden a ciertas constantes y preocupaciones que ubican la escultura mas allá del objeto, esto lo vengo estudiando también a partir del trabajo y el pensamiento de Helio Oiticica (Proyecto Parangolè), Cildo Meireles (Inserciones en Circuitos Ideológicos), y en Colombia, a partir de los procesos de Fernando Escobar y Paulo Licona, gracias a todos estos aportes construyo un mapa de investigación que podría no importarle a nadie, sin embargo a Natalia G.
le importó y entonces invitó esta reflexión al salón, lo demás fueron angustias de montaje, sin embargo estas angustias produjeron el desbarajuste de la exposición del proyecto Escultura Blanda, ese desbarajuste me lanza preguntas sobre la compatibilidad de los proyectos académicos y los salones, sobre el límite de las funciones museográficas, etc. Eso es lo que he tratado de decir, además de aclarar que cada uno de los estudiantes y artistas participantes en el proyecto ni tenían pretensiones individuales, ni fueron aceptados o rechazados, algunos de ellos se vieron afectados en el montaje, irrespetados y decidieron retirarse, si los comentarios mal intencionados y chistes tontos que transitaron por este medio le apuestan al asunto ético, debo afirmar que las propuestas participantes en el proyecto fueron las que generaron el proyecto y no al revés, ellas me dieron las coordenadas para pensar, escribir y armar asociaciones con la producción de los artistas Brasileros y Colombianos antes mencionados, debo decir que más problemático a nivel ético sería desconocer esto, como si lo hacen las convocatoria institucionales, al descartar procesos por edad, nacionalidad, o parentesco, aún así no es el caso, lo que menos me interesa es copiar modelos institucionales.

Pasando a otro tema, estoy completamente de acuerdo con la afirmación de Antonio Caro en Arteria, mi amigo Jaime Ávila debió ganar el Premio Luis Caballero. También estoy de acuerdo con lo de replantear o estudiar un tris las normas o reglas de juego, me encantaría participar en èl, pero no puedo, soy dizque chileno y cuando podía porque la convocatoria lo admitía, era menor de treinta y cinco.

Un abrazo y feliz navidad.

Mario Opazo