#LecturasUrgentes: ¿Por qué se retrasa el pago a los artistas?

Tras las publicaciones recientes en nuestro perfil de Instagram sobre los retrasos de pagos en salones, bienales y convocatorias, reunimos aquí lo que antes compartimos de forma fragmentada en historias. Cerramos con unas preguntas que, en una próxima entrega, discutiremos junto a invitados que conocen de cerca cómo funcionan —y cómo se traban— estos procesos.

«La crítica infraestructural no analiza la calidad estética de las obras, sino las condiciones que las hacen posibles o las restringen: presupuestos, contratos, calendarios, redes de poder, condiciones laborales y flujos de dinero»

Marina Vishmidt

#LecturasUrgentes es un nuevo espacio de esferapública que invita a revisitar debates del archivo debido a su relevancia y resonancia con situaciones actuales que requieren una reflexión abierta y urgente.

Iniciamos esta serie de #LecturasUrgentes con un tema que no caduca. Los retrasos en los pagos para producción de obra, curadurías, honorarios у labores de mediación. Una práctica normalizada que precariza, desgasta y silencia.

Si exposiciones de gran formato -como un Salón o una Bienal- cuentan con presupuesto aprobado, ¿por qué razón el dinero no llega a tiempo a los artistas?

Tener un alto presupuesto no garantiza condiciones dignas. Si el sistema de ejecución no está diseñado para responder a tiempo, el dinero aprobado no significa dinero disponible. El problema no es solo de planeación, sino de estructura.

En proyectos financiados con recursos públicos, el dinero no circula cuando se anuncia, sino cuando la burocracia lo libera. Los artistas firman contratos, producen su obra, pero el pago depende de calendarios financieros (PAC) diseñados más para obras civiles que para prácticas culturales.

Y si el evento se realiza en época electoral, la llamada Ley de Garantías congela los dineros públicos, como sucedió con el 46 Salón Nacional de Artistas, cuyo presupuesto se vio reducido considerablemente y una de las curadurías a cargo del Comité Curatorial del 46SNA no se pudo realizar.

A pesar de la narrativa institucional que suele acompañar la planeación y realización del Salón Nacional de Artistas hay dos situaciones que suelen rebasar este evento, como lo son los frecuentes retrasos en los pagos debido a problemas presupuestales y el hecho de que el Ministerio de Cultura delega la responsabilidad de problemas de logística y producción al equipo curatorial y a los artistas participantes por el hecho de que son sus contratistas.

O como sucedió en 2024 con los Salones Regionales, que por temas relacionados con PAC y recortes de presupuesto, el desembolso de dineros se retrasó y se retrasó.

En una carta dirigida al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, un colectivo de artistas y gestores culturales anuncia su renuncia al desarrollo del 18° Salón Regional de Artistas Centro Occidente, a tan solo una semana de su inicio. La decisión se basa en la falta de contratación formal, ausencia de recursos y demoras prolongadas por parte del Ministerio, a pesar de haber entregado toda la documentación requerida.

El presupuesto puede estar asignado, pero «retenido» hasta que el Ministerio o la Secretaría de Hacienda lo liberen. Y como los eventos priorizan logística e infraestructura, los pagos a los artistas se postergan. En esa espera, los artistas terminan financiando su producción con sus propios recursos, si los tienen.

A lo largo de 2024, el Programa Nacional de Estímulos (PNE) enfrentó múltiples dificultades e incumplimientos: la evaluación de propuestas tomó seis meses, no se divulgaron fechas de publicación de resultados, los desembolsos a ganadores llegaron tarde y las razones de los retrasos se comunicaron de manera deficiente.

Muchas veces, los eventos se lanzan por razones políticas antes de asegurar los recursos reales. Se confunde tener el presupuesto aprobado con tenerlo disponible. En esa brecha, quienes terminan esperando –y perdiendo– son los artistas.

A través de varias fuentes directamente relacionadas con estos eventos –que solicitaron confidencialidad– esferapública conoció que en las bienales internacionales que pronto se inauguran en Medellín (BIAM) y Bogotá (BOG25) un grupo amplio de artistas invitados a la BIAM aún no recibe los recursos prometidos para producir sus obras. En el caso de BOG25, se les pagó a los artistas desde comienzos de año una tarifa por participar en la Bienal, pero los desembolsos para producción de obra están llegando con retraso, recortando el tiempo disponible para ejecutar las obras comisionadas.

Estos retrasos en salones, bienales y convocatorias confirman que no se trata de incidentes aislados, sino de un problema estructural en el que, aun con presupuestos aprobados, los desembolsos se retrasan debido a trámites administrativos y a prioridades que postergan el pago a los artistas. Esto los obliga a recurrir al autofinanciamiento, a trabajar contrarreloj y en algunos casos, a replantear sus proyectos.

Lo anterior plantea preguntas urgentes que invitan a un diálogo abierto e informado:

¿Por qué no se establecen pagos anticipados garantizados para los artistas?, Si el PAC provoca retrasos previsibles, ¿por qué no se asegura el presupuesto antes de anunciar el evento?, ¿Es tan difícil crear fondos de contingencia para afrontar la inestabilidad presupuestal?

En la próxima entrega de #LecturasUrgentes pondremos estas preguntas sobre la mesa junto a invitados que conocen de primera mano cómo funcionan –y cómo se traban– este tipo de procesos.

 

Lecturas y referencias

¿Qué está pasando con el 46 Salón Nacional de Artistas?

.

Renuncia colectiva a desarrollar el «18 Salón Regional de Artistas Centro Occidente»

.

Giussepe Ramírez: Las instituciones no deberían temerle a la divulgación de errores y críticas a su gestión.

.

#DebateEstímulos: Reunión con el Ministerio de Cultura

.

Between Not Everything and Not Nothing: Cuts Toward Infrastructural Critique, Marina Vishmidt. Goldsmiths Research Online. 

Financiamiento público a la cultura y la creatividad en Colombia. Banco Interamericano de Desarrollo, 2021

El Gobierno Nacional ha asignado 1.09 billones para la cultura en 2025. Cultura viva, 2025

 

 

3 comentarios

¿Cómo es posible que en un país como Colombia, con un circuito artístico limitado y precarizado, tengamos recursos no para una, sino para tres bienales simultáneas —incluyendo la primera Bienal de Arte Urbano en Medellín—, sin ninguna articulación nacional ni entre ciudades? ¿En serio vamos a seguir compitiendo por públicos, fechas, presupuestos y atención mediática, como si no supiéramos que el sistema ya está agotado?
Si ya existen eventos que históricamente han articulado el circuito nacional, ¿por qué no hay una coordinación entre ellos? ¿Quién está liderando estas bienales, que parece desconocer cómo funciona realmente el ecosistema del arte en Colombia? Porque no se trata solo de financiar obras: se trata de construir sentido. Y en este momento, la única narrativa que se está consolidando es la del caos institucional. ¿Van a seguir todos contra todos por desorden… o por ego?

Ni siquiera me he querido pronunciar directamente sobre el tema, salvo por el fenómeno de los dichosos voluntariados* que piden ambas Bienales, cuando se han ostentado de presupuestos que todavía están en el aire o son puro humo. Me han escrito y llamado artistas invitados a la Bienal de Medellín, preocupados porque no sabían si «el evento era serio», a lo que les respondía con total sinceridad, que esto era más una máscara política, una jugada estratégica que necesitan unos pocos ( no voy a explicar mucho para qué), más que ser un genuino interés en el arte y la dinamización del circuito. Si uno solo entra a la página de la Bienal, puede entender que saben de retórica pero poco de ética. Está ciudad y yo ya lo dije una vez, lo que menos necesita es otra Bienal para ostentar para los medios y otras instituciones, que es la más «avanzada» en gestión de cultura. Toda una fachada, una pose de esas que nos encanta sostener acá a los paisas. Al final muchos aceptaron participar «por no hacer el feo» y porque los egos siempre pesan. Pero lamentablemente, no hay una conciencia, ni mucho menos una conexión real con el circuito de la ciudad.

*BOG25 Publicó una convocatoria donde aclara que hay remuneración para los seleccionados. (Nota del editor)

No es solo una falla administrativa: es un síntoma de un modelo institucional que naturaliza la precariedad como parte del proceso creativo. Cuando el sistema exige obra sin garantizar las condiciones para producirla, lo que se promueve no es cultura, sino desgaste. Urge repensar cómo se diseñan y ejecutan estos eventos, desde la planeación financiera hasta la relación con los artistas, si de verdad se quiere dejar de reproducir el mismo guion de siempre: visibilidad sin cuidado, promesa sin soporte.