La espada, el Goya y la censura invertida

Cambiar el orden de lo que se supone que es una exposición de arte, decidir ocultar, en lugar de exhibir, nada tiene de novedoso, tampoco se trata de algún tipo de artistada conceptual, o exposición “disruptiva” como lo menciona la directora de la Fundación; lo cierto es que nunca pretendimos promocionar una campaña en pro de la firma de cesión de derechos, o contribuir en ese proceso, ese no es nuestro interés, a pesar de que el comunicado de prensa de la institución, así lo comunique.

La espada, el Goya, y la censura invertida[1]

Por Isabel Cristina Díaz

El título de este texto tiene por lo menos dos versiones ampliadas, las cuales se usarán en caso de resultar insuficiente la referencia ahí propuesta. La primera es: El robo, la Espada de Bolívar, el Goya, y la Colección oculta de la Fundación Gilberto Álzate Avendaño. La otra: Las cosas, los bienes, y la apariencia del mandatario.

La historia es la siguiente:

Actualmente en las salas de la FUGA se exhibe la exposición Central de abarrotes[2]. La cual surge en septiembre de 2022 como una invitación a proponer una curaduría a partir de la colección de la institución[3]. En ese momento recordé un viejo cuento: El traje nuevo del emperador, o El rey desnudo[4]. Imposible no imaginar el desfile del emperador con el que termina la narración, o la estrategia de los falsos tejedores, al lograr convencer tanto al rey como a sus funcionarios más fieles, que la imposibilidad de ver -lo que no existía- significaba, que además de estúpidos, no tenían capacidad para ejercer el cargo asignado; entonces a pesar del telar vacío y la desnudez del mandatario, los angustiados funcionarios prefieren fingir estar viendo, mientras elogian la magnífica tela.

Para ver las obras que conforman esta colección institucional hay que pedir permiso y luego desplazarse hasta una bodega. No tener acceso a las obras, y tener que pensar la curaduría se reducía a revisar un documento de Excel. Sin embargo, la lista de nombres resultó significativa. El hecho de que no pudiéramos ver las obras, aún más. Entendimos que cada obra y cada artista ahí nombrado, incluyendo la invitación a realizar esa exposición, coincidía con el objetivo de hacer visible una colección a nombre de la institución, por lo que parecía –aun después de ir a la bodega-, más interesante curatorialmente, pensar los nombres y el acto de nombrar, señalando el desinterés por dejar ver.  Una colección, es un tipo de vestido, coleccionar una manera de presentarse, de exhibirse, como si se tratase de un traje nuevo para el emperador, por lo que pensar esta colección invisible, terminó coincidiendo con el final del cuento:

—¡Pero si no lleva nada! —exclamó de pronto un niño.

La desnudez de una historia política en Colombia, asociada al nombre de Gilberto Álzate Avendaño, es algo que no debe cubrirse, sobre todo si para hacerlo se recurre a una colección de arte. En este caso, cubrir las obras significa señalar el telar vacío. No se trata, como lo han intentado “mostrar” a través de los comunicados de prensa de la institución, de un llamado a la imaginación, o una invitación a los artistas a que realicen el papeleo de cesión de derechos:

Central de abarrotes es una exposición disruptiva y original que presenta obras de la Colección Fuga embaladas en guacales y plásticos. Es un llamado a la imaginación de los asistentes y una invitación a los artistas para realizar la cesión de derechos para que el público pueda disfrutar su arte”, destacó Margarita Díaz, directora de la Fundación.[5]

Las cosas, los bienes, y la apariencia institucional

La espada del título hace referencia a la que el M19 robó el 17 de enero de 1974. Recientemente, esa espada volvió a ser noticia, esta vez, exhibida con orgullo en la posesión presidencial. Que haya sido robada, de una colección, implica también un comentario sobre la visibilidad de las colecciones, las instituciones que las “atesoran” y los mandatarios que las exhiben. Paradójicamente una vez robada, se hace visible, significativa e históricamente; en cambio cuando la vemos protagonizando la posesión presidencial, desaparece.

El caso del Goya se refiere al grabado de la serie Los desastres de la guerra, fue robado el 11 de septiembre de 2008, en una exposición de la Fundación Gilberto Álzate Avendaño. Entre el robo de la espada y el del Goya, existe una historia común, quien se encarga de tejerla es Lucas Ospina[6], invitado, a conversar sobre coleccionismo en Colombia, el día de la inauguración de la exposición Central de abarrotes.

En la imagen: Lucas Ospina conversando sobre El robo del Goya, el 16 de marzo de 2023. Foto: @fundaciongilbertoalzate FUGA

El cuento del Goya robado en una exposición en la Fundación Gilberto Álzate Avendaño es también la historia de la indignación que produce que el arte se utilice como si se tratara del traje para un emperador. Conforme con el sentido del cuento, el Comando de arte libre decide desaparecer el grabado Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer al tiempo que en la prensa circula la imagen de Samuel Moreno (Alcalde de Bogotá) observando la exposición. Ver a políticos exhibiéndose frente a cualquier obra de arte debería indignar a cualquiera.

Imagen tomada del archivo del caso

La censura invertida

En el cuento El traje nuevo del emperador, el tema del exhibicionismo del rey, transcurre paralelo al de la condescendencia sus funcionarios:

Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.

Cambiar el orden de lo que se supone que es una exposición de arte, decidir ocultar, en lugar de exhibir, nada tiene de novedoso, tampoco se trata de algún tipo de artistada conceptual, o exposición “disruptiva” como lo menciona la directora de la Fundación; lo cierto es que nunca pretendimos promocionar una campaña en pro de la firma de cesión de derechos, o contribuir en ese proceso, ese no es nuestro interés, a pesar de que el comunicado de prensa de la institución, así lo comunique. La propuesta de exhibir las obras empacadas y sin fichas técnicas, fue aprobada a finales del año pasado, sin embargo, cuando comenzamos el montaje, para algunos funcionarios el asunto resultó, además de incómodo, significativamente inconveniente. De ahí la imagen de una censura invertida: mientras nosotros decidimos ocultar, la institución pretendía hacernos destapar algunas obras, “haciendo visible el trabajo que respecto a la colección llevan años adelantando”, el tema odioso con esta solicitud, es pretender subordinar la decisión curatorial, invocando argumentos de políticas de lo público, ignorando el proceso que finalizando el 2022 se adelantó sobre el proyecto.

Una institución con 50 años en el sector cultural, seguramente ha lidiado con otros proyectos “disruptivos” como este, lo extraño es que aun después de todo este tiempo, una curaduría aprobada y revisada, tenga que justificarse ante funcionarios especializados en lo público, pero con total desconocimiento del arte. La actual subdirectora artística y cultural de la Fundación, concluyó la solicitud de desempacar algunas obras diciendo: “así como ustedes no saben de políticas públicas, yo no sé de arte contemporáneo”. La historia de esa solicitud, y la respuesta que dimos a la institución se narra en este texto de los curadores Henry Palacio y Susana Oliveros.

Central de abarrotes, exposición en las salas 1 y 2 de la FUGA.

 


Notas

[1] En el sentido de: “Cambiar el orden, la dirección o la posición de una cosa por los opuestos.”

[2] https://www.fuga.gov.co/agenda/inauguracion-de-la-exposicion-central-de-abarrotes

[3] La invitación a realizar esta curaduría, en el marco del aniversario 50 de la fundación, significa, celebrar la historia de unas salas de exposición que durante años hicieron, y hacen, posible, a través de convocatorias distritales, la exposición y en varios sentidos, la producción de obras y proyectos curatoriales; también implica recordar, en este caso críticamente la historia de su fundador.

[4] El traje nuevo del Emperador, de Hans Christian Andersen. https://ciudadseva.com/texto/el-traje-nuevo-del-emperador/

[5] https://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/03-21-2023-en-la-fuga-tres-miradas-artisticas-un-valor-historico

https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/obras-en-guacales-comida-bogotana-y-cantos-sacros-en-las-nuevas-exposiciones-de-fuga/

[6] Para consultar el archivo del caso visite: https://latoneriaypintura.co/2008/09/11/el-robo-del-goya/