La casa dentro de la casa
Hace poco finalizó la exposición Reactivate!! Espacios remodelados e intervenciones mínimas.
Las diferentes intervenciones reabren dimensiones reflexivas sobre el arte y lo urbano abordadas desde hace décadas, y evidencian un campo expandido no agotado desde imperativos donde la «novedad» -una búsqueda tan moderna- se impone muchas veces a la calidad de las obras o a los aportes conceptuales e investigativos de una curaduria. Entonces, Reactivate!! es un ahondamiento, no un fulgor que enfatiza la invención.
Las relaciones contextuales, atraviesan las relaciones entre arte, arquitectura y urbanismo, y aunque el texto se queda en la descripción de una noticia, da cuenta de cómo el construir, situar, intervenir y transformar, son acontecimeintos que día a día erigen las ciudades.
gloria posada
Mucho con casi nada
Reactivate!! Espacios remodelados e intervenciones mínimas
Comisarios: F. Ferguson y P. Ballesteros. EACC. Prim, s/n. Castellón. Hasta el 31 de agosto.
FNP Architekten: ‘S(ch)austall’, Ramsen, Alemania.
La exposición Reactivate que acaba de inaugurarse en el Espai d’art Contemporani de Castellón nace con la idea de reflexionar sobre las relaciones entre la arquitectura, el urbanismo y el arte contemporáneo, en palabras de la directora del centro, Lorenza Barboni. Llega desde el Swiss Architecture Museum de Basilea, está comisariada por Francesca Ferguson y nos muestra una serie de intervenciones arquitectónicas en espacios públicos ya existentes. La exposición vendrá acompañada de numerosos talleres y conferencias y finalizará a finales de agosto.
Se estructura en dos grandes apartados. En el segundo espacio del museo se nos muestra el primero de ellos: “Espacios desordenados / Espacios encontrados”. Mediante material gráfico colocado en las enormes paredes blancas del museo y una gran “mesa” central formada por apilamientos de palés de alturas variables que sirve de soporte al material de apoyo (maquetas, video proyecciones, etc.) encontramos propuestas que desde Zurich, Londres, Darmstadt o Viena nos muestran ejemplos construidos, y ese es su gran valor, de intervenciones en lugares públicos que son transformados, remodelados y adaptados a nuevos usos.
Destacaría dos, por su elegancia y sencillez. Por hacer mucho con casi nada. Lo que muchos llaman minimalismo y que en verdad no es más que la combinación clave de las ideas claras con los recursos limitados: la sutil intervención paisajística que David Hiepler y Fritz Brunier realizan en patios abandonados, espacios entre edificios y rincones perdidos de la ciudad de Berlín, creando pequeños jardines temporales y utilizando sólo los materiales más sencillos, como tablones de madera recortados en algunos puntos para permitir el paso de los árboles y recortar láminas de agua. Una imagen que recuerda, de manera invertida, al magnífico pabellón nórdico que Sverre Fehn construyera en la Bienal de Venecia de 1962.
La segunda es una casa dentro de una casa. O para ser más preciso, una casa dentro de las ruinas de otra casa. El juego de las muñecas rusas, una vez más sin adornos, que realiza el estudio FNP Architekten de Stuttgart: una casa de madera se introduce dentro de otra en ruinas, haciendo que coincidan los huecos de ambas, sin tocarse las estructuras. ¡Chapó!
En el espacio de acceso del museo se sitúa la otra gran parte de la exposición, la más rica espacialmente, la más intensa, denominada “urbanismo instantáneo” y que recoge las huellas de las teorías de la internacional situacionista en la arquitectura y el urbanismo contemporáneos, es decir “crear situaciones, construir situaciones”. La instalación se inspira en los fantásticos dibujos de estructuras suspendidas que el arquitecto húngaro Yona Friedman, autor en 1956 del manifiesto La arquitectura móvil, realizara en los años sesenta sobre terrenos inedificables, superficies de agua o marismas.
Impresas en unas telas blancas casi transparentes, las frases-manifiesto de personajes como Hans Hollein, Cedric Price, Ron Herron, Kenzo Tange, Peter Cook y compañía se entreveran con las siluetas de las personas y el resto del contenido de la exposición. Caminar entre estos paneles-telas es una delicia para nuestros ojos, por la multitud de relaciones que se crean y la luminosidad del espacio del recinto.
Junto a ellas y suspendidas de cuerdas y apoyadas en estructuras provisionales, una serie de volúmenes blancos parecen flotar a diferentes alturas y en diferentes posiciones. En cada uno de ellos, agrupados bajo el epígrafe de una palabra (deportización, alineación, nomadismo, acción, atmósferas, etc.), se van distribuyendo los diferentes proyectos de arquitectura efímera, de experiencias urbanas, de investigaciones o performances, que se intenta sean capaces de transformar, al menos momentáneamente, el ámbito urbano en el que se insertan, y de hacer una crítica, a la vez que aportar ideas nuevas sobre cómo afrontar la ordenación de los espacios urbanos de nuestras ciudades.
Destacaría de nuevo dos intervenciones, por su sencillez y elegancia. Por hacer mucho con casi nada: Florentijn Hofman encontró un edificio anónimo, destinado a ser demolido, un edificio que nadie miraba y nadie quería. Se acordó pintarlo por entero de azul, hasta que se decidiera su futuro. Se convirtió en el edificio más fotografiado de todo Rótterdam.
La segunda, también usando el color, pero esta vez en el suelo, y en vez de azul, rojo. Pipilotti Rist y Carlos Martínez crean una alfombra de poliuretano rojo de varios cientos de metros cuadrados que se extiende en un trozo de St. Gallen. Cubre todo: aceras, coches, fuentes, bancos. Se convierte la ciudad en un gran salón de estar público, que se amuebla con árboles y se ilumina con grandes farolas. Son tan sólo dos ejemplos preciosos de cómo podemos transformar nuestras ciudades si introducimos buenas ideas con un poco de color.
Raúl DEL VALLE
http://www.elcultural.es/HTML/20080529/arte/arte23275.asp