Guayabo institucional: Maluma en el MAMM y la pregunta por la cultura de las celebridades

El objetivo principal del diseño de sí se transforma en el de neutralizar la sospecha de un posible espectador, creando un efecto de sinceridad que promueve confianza en el alma de ese espectador.

 

Boris Groys. La producción de sinceridad. 2014

Foto del cantante y su escultura en cera que circula en redes (1)

¿Nostalgia por lo que representa el MAMM para la historia de la cultura en Colombia, ahora que vemos expuesta temporalmente la escultura en cera del Maluma 2.0 en una de sus salas?(2) Más bien guayabo. La nostalgia por el pasado suele asociarse con alguna tradición, que ahora sentimos pérdida, como por ejemplo, el prestigio.

Guayabo y no nostalgia, porque no se trata de lamentar la exhibición, creyendo que con esta se ‘desacraliza’ el Museo. ¡Al carajo la tal sacralidad de un museo, asociada al tipo de objetos o cosas que en él se exhiben, menos en uno de arte contemporáneo! El guayabo, entonces, no tiene que ver con ‘despreciar’ que otras formas culturales aparezcan en un museo, formas de expresión, asociadas a la cultura del entretenimiento o mejor a la industria del entretenimiento como lo es Maluma. Tampoco se trata de la trasnochada discusión entre Alta cultura y culturas populares, ni de algún tipo de disgusto por el género de música (urbana) que interpreta el cantante. En realidad, creo que en un Museo como el MAMM bien podría caber una exhibición alrededor de cualquier tipo de música. El guayabo, incluso, nada tiene que ver con la escultura de cera, por el contrario, claramente hay ahí una excelente pieza producto de un oficio con mucha historia. 

En un museo cabe todo, pero no todo lo que se exhibe en uno -contrario a la mal entendida teoría institucional del arte-, es arte, o en este caso, implica un proceso conjunto serio en donde la visibilidad de –lo que sea-, se entiende como parte de una reflexión mayor, una en la que se sopesan los alcances y límites que conlleva la puesta en visibilidad, a través de esa plataforma, de aquello que se decide que sea visible, en este caso de forma institucional. Las prácticas artísticas, y tal vez, por eso lo son, tienen la capacidad de generar en torno suyo procesos de reflexión común. O ¿acaso por el hecho de ser exhibido en una ‘sala de eventos’, no exige una pregunta en relación con lo curatorial? ¿No dialoga con las exhibiciones paralelas que se realizan en el museo? ¿Qué opinión al respecto tiene el equipo curatorial? 

El guayabo lo produce el hecho de que lo que parece fracasar con esta exhibición de altísimo valor económico(3) del Museo de arte moderno de Medellín es la “producción de sinceridad”: “hoy es habitual escuchar que el arte de nuestro tiempo funciona cada vez más, del mismo modo que el diseño, y en cierta medida esto es verdad. Pero el problema más grande del diseño no es cómo diseño el mundo exterior sino cómo me diseño a mí mismo –en este caso como institución- o, mejor, cómo me relaciono con el modo en el que el mundo me diseña.” (Groys, 2014).

Foto del equipo (parte del equipo) del MAMM, incluyendo a su directora, María Mercedes González (al lado izquierdo de Maluma) (4)

Sinceridad relacionada con el “diseño de sí”, en la medida en que ahora todo tipo de diseño, es considerado por el espectador, no tanto como un modo de revelar cosas sino como una forma de ocultarlas. Siguiendo el hilo que propone B. Groys en el texto La producción de sinceridad, la apariencia de las cosas, en este caso, la exhibición del Maluma 2.0 en el MAMM, puede ser considerada como una manera de sustituir la sustancia por la apariencia. ¿Qué sucede al interior – que se oculta- de un museo que haga posible que se exhiba ahí la escultura de cera, sin que su equipo curatorial se manifieste al respecto. Sin que se entienda como parte de una agenda cultural abierta al público? Hoy viernes 29 de abril, el MAMM tiene “Noche extendida: desde las 6:00 pm entrada libre con aporte voluntario”(5). ¿Cuántas personas asistirán a ver posar junto a Maluma?

El tipo de institución que es o debería ser un museo, sobre todo en coherencia con la historia desde 1978 del MAMM, exige que públicamente sus partes aparezcan articuladas; según la historia de 40 años que en la página se presenta “El MAMM es un espacio que cuestiona las tradiciones y tiene una actitud propositiva frente a los asuntos determinantes de la sociedad ​contemporánea. Ponemos al alcance del público diversas maneras de ver e interpretar el mundo, brindando experiencias significativas en torno al arte.”(6) Frente a esta historia, la exhibición del Maluma 2.0, o el Maluma de cera, desata, y está en toda capacidad de hacerlo, una fuerte dosis de sospecha institucional. 

Con esto tiene que ver el guayabo, con ver que la superficie del diseño institucional se resquebraja finalmente a todo se trataba de billetes, fin de la misión institucional, fin del encanto. “Bajo estas condiciones, el efecto de sinceridad se crea no tanto al refutar la sospecha inicial dirigida hacia cada superficie diseñada, sino más bien al confirmar esa sospecha. Es decir que estamos listos para creer que se ha producido una grieta en la superficie diseñada –que somos capaces de ver las cosas como realmente son- solo cuando la realidad que está detrás de la fachada muestra ser dramáticamente peor de lo que alguna vez habíamos imaginado.”(Groys, 2014). ¿Qué esperar después de esto? la catástrofe. 

Detrás del diseño propaganda de un museo con una historia de interesantísimas curadurías, coloquios, y debates, con esta exhibición solo se perfilan intereses comerciales. 

Enguayabada con la noticia, recuerdo que “todavía hay una diferencia entre el valor religioso de una obra o una institución artística y su valor u objetivo económico”, Boris Groys, lo propone asociado a la posibilidad de filiación común que puede generar el arte contemporáneo, entendiendo que este “valor” surge en la relación participativa entre el artista o el curador y el público. Como en las prácticas religiosas, existe en la curaduría de arte un valor “interno”, en la medida en que lo que allí se articula, logra congregar en torno suyo, intereses comunes. Lo ‘religioso’ o si se quiere ‘sacro’ de un museo se trata, entonces,  según esto de un valor-vinculante. “Este valor vinculante del arte puede encontrarse solamente en prácticas no-comerciales, e incluso directamente anticomerciales.” (Groys, 2014). Que la institución museal pierda el valor vinculante, en torno a la reflexión plástica, debería producir en todos un profundo guayabo.

Notas

(1) El pie de foto de la imagen en El Colombiano dice: “Tras su exhibición en el MAMM la figura estará en el concierto del estadio y luego será llevada a Orlando, Florida. FOTO Camilo Suárez” https://www.elcolombiano.com/cultura/maluma-tiene-figura-de-cera-de-madame-tussauds-BE17316272

(2) Sala del quinto piso del MAMM que suele alquilarse para distintas actividades comerciales. La exposición hace parte el tour que el artista preparo para la ciudad de Medellín en ocasión del Concierto que se llevará a cabo, el sábado 30 de abril de 2022 en el Estadio Atanasio Girardot. Según la página del museo: “Salón de eventos, quinto piso. El quinto piso es uno de los espacios más solicitados por nuestros visitantes para realizar eventos sociales y corporativos. Este salón tiene una capacidad aproximada de hasta 200 personas y es ideal para cócteles, cenas y show rooms de productos.” https://www.elmamm.org/Espacios/Salon-de-Eventos

(3) La exhibición de la escultura, no aparece dentro de la agenda del MAMM, al parecer esta es una colaboración entre museos, Mamm y Madame Tussauds, de Orlando Florida. El artista en redes ha agradecido a “ambos museos” por hacer posible la muestra de la pieza Maluma 2.0.

(4) La foto circula, hoy 29 de abril, en el perfil de Facebook de alguien del MAMM

(5) Según la web del Museo: https://www.elmamm.org/Actualidad/Id/1653

(6) Texto completo en: https://www.elmamm.org/MAMM-40-a%C3%B1os/Nuestros-inicios

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