desaparece la HJCK

Apreciados Amigos
Emisora HJCK

Con profunda tristeza y porque no decirlo indignación he recibido la noticia de la desaparición, espero temporal, de la emisora en su habitual frecuencia radial. Máxime cuando su programación que he seguido durante toda mi vida ha llegado en los últimos tiempos a tener una gran calidad combinando elementos contemporáneos con la excelente programación clásica de siempre, en un nivel que a toda la gente de la cultura como al oyente desprevenido llena de gran orgullo. Que inmensa satisfacción seguía siendo el abordar un taxi en Bogotá y encontrarse con que su conductor estaba escuchando la HJCK, experiencia no tan inusual que ahora desaparecerá como muchas otras posibilidades de disfrute de la emisora. No todos pueden tener un portátil y el sistema de sonido adecuado para desplazarse o ubicarlo en los diversos lugares de recepción.

Espero de todo corazón que esta decisión tenga reverso y que la fiel inmensa minoría no quede abandonada y presa de la voracidad mercantilista y deshumanizada de los dueños de los medios de comunicación que solo piensan en el lucro y no en la cultura y la educación de la gente valores que no tienen precio.

Por último decirles que he tratado de escuchar la emisora por Internet y es un verdadero desastre, el almacenamiento en buffer hace que la audición se interrumpa constantemente.

Con todo mi aprecio

Nadín Ospina

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El siguiente texto, que saldrá en la sección del Iceberg del N66 de la revista (El Malpensante), les puede interesar. Si es así, por favor reenvíelo a tantas personas como pueda >

Estimados amigos,

Los que en Bogotá y en Colombia le apostamos a la cultura nos estamos quedando solos, y la sensación que acompaña a este doloroso proceso es en extremo desagradable.

El último episodio de nuestra creciente soledad cultural proviene de un golpe que se anuncia de veras drástico para la capital del país: el grupo Prisa, que comprende un sinnúmero de medios de comunicación en España y en América Latina y que en Colombia es propietario de las 100 emisoras de Caracol Radio, acaba de tomar en arriendo la frecuencia por la que la hjck ha transmitido su estupenda programación para «la inmensa minoría» durante 55 años, y ahora, dicen, la van a usar para transmitir vallenatos. No creemos estarnos querellando con el espíritu sacrificado de doña Consuelo Araújo si decimos que cambiar el actual espectro estético de la hjck, que comprende las veinte vertientes de la así llamada música clásica, además del jazz, el blues, el rock clásico, las músicas del mundo y el amplio cubrimiento cultural nacional e internacional por un sin fin de vallenatos es una barbaridad. Con la idea de dorarnos la píldora, los arrendatarios de la frecuencia dicen que la programación habitual de la hjck se seguirá transmitiendo por internet, lo que sin duda conseguirá para la emisora pequeñas audiencias, digamos, en República Dominicana, en Singapur o hasta en Simití, Bolívar, pero a nadie puede caberle la menor duda de que si la programación se transmite tan sólo por internet, la audiencia que tiene la hjck en Bogotá se reduciría a una mínima expresión, y eso para todos los efectos significa la muerte del medio, pues es casi imposible mantener la calidad actual de los programas, hechos por profesionales muy exitosos y buscados, quienes,nos atrevemos a asegurarlo sin consultarles, no estarán dispuestos a trabajar para que los oiga tan sólo una pequeña fracción de la audiencia a la que estaban acostumbrados.

Nadín Ospina

Pueden escribir a info@hjck.com para protestar o dar su opinión

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