Con puentes y sin fronteras

get.jpg

Si en términos no absolutos, en nuestro imaginario, la idea de la esfera pública está vinculada a comunidad, gobierno, Estado, y la esfera privada al individuo, la familia, el trabajo, queda claro que estos referentes han disuelto sus límites tendiendo múltiples puentes que legitiman la intromisión de un terreno en otro, borrando todo tipo de fronteras.

Si en lo cotidiano, las guerras, los terremotos, y las acciones policiales en directo, atraviesan la pequeña pantalla para compartir nuestras comidas o meterse en nuestro dormitorio, y en la red, fotos familiares, videos de alcoba, bebés haciendo monerías se exhiben invadiendo impúdicamente la vida de los ciudadanos, este difuso borde también se corporiza cuando el ágora, antigua plaza pública en la que se desarrollaba la vida política, económica y social de los griegos, renace como un espacio comunitario generado por las redes sociales, que establece su sede en miles de teléfonos móviles y computadoras. Bienes de consumo particulares e individuales, en propiedad de una comunidad de jóvenes-usuarios, que a la luz de los últimos acontecimiento han logrado con estas herramientas, generar acciones en espacios públicos reales, capaces de presionar y hasta derribar dictaduras como en Egipto, así como de luchar por un cambio que transforme la desesperación en dignidad como sucede en España.

Ante esta imposibilidad de marcar territorios, no es menos difusa la posibilidad de incluir con claridad la producción artística en alguno de estos campos. En el segmento del arte hay claras señales que esta falta de frontera entre lo público y lo privado es funcional a aquellas obras, que transitando en la ambigüedad de esta división, enriquecen su discurso.

Este es el caso de Mani Pulite de Gianni Motti, artista de nacionalidad italiana, residente en Ginebra, que en un encuentro realizado en el marco de la muestra Puentes y Fronteras en la Fundación PROA en Buenos Aires, cautivó a la audiencia por la inteligencia, ironía y humor con la que presentó algunas de sus piezas. Motti desde su rol de artista pone en evidencia los juegos del poder. Los medios, los políticos, los bancos, las guerras, son la materia prima de su obra lúdica y sin concesiones.

En Mani Pulite, (título que alude a la campaña antimafia que se desarrolló en Italia en los años 90’), Motti fabricó un pequeño jabón con la grasa que dejó Berlusconi en el quirófano, producto de una liposucción, convirtiendo de esta manera, un acto privado en una exhibición pública. Lo privado es invadido por lo público con una clara intención de denuncia. Claro está que el propio Berlusconi, ícono de la degradación de un sector del poder político europeo actual, escandaliza al mundo entero con la exposición de sus hábitos privados de dudosa moral, dando lugar a un reality show más patético que Big Brother. El artista logra con un pequeño y particular gesto, una revelación de fuerte impacto.

La ambigüedad que caracteriza a la división entre lo público y lo privado habilita a los artistas a transitar terrenos desde donde surgen las mejores producciones Acaso hay en el campo del arte, límites que no se debieran atravesar? Tal vez, los únicos trascendentes, al igual que en la vida, son aquellos que separan el compromiso de la banalidad, los interrogantes de las certezas, el humor de la solemnidad, la reflexión del espectáculo.

:

Sara Fried*

publicado por ::salónKritik::

*editorial del número Lo Público/Lo Privado en proceso de publicación en CIBERTRONIC (www.untref.edu.ar/cibertronic)

 

 

 

 

1 comentario

Grupo de los ‘indignados’ vuelve a la Puerta del Sol de Madrid

Las indignados han terminado de recorrer los últimos kilómetros de un trayecto hacia la Puerta del Sol que algunos comenzaron hace 34 días. En Sol, el destino final, había centenares de personas antes incluso de que llegara ninguna de las seis rutas principales. Desde la calle Carretas, Mayor, Princesa, Alcalá, Montera…. pasadas las nueve todos los caminantes han confluido en el Kilómetro 0. Los abrazos, la alegría del reencuentro y también las lágrimas han disipado cualquier resto de cansancio acumulado. Un speakerdesde un megáfono ha mantenido informada a toda la plaza de cada una de las llegadas.

La Puerta del Sol ha vuelto a convertirse, dos meses después, en la capital del Movimiento 15-M. Como el 15 de Mayo, esta noche los indignados han abarrotado Sol. Muchos de los peregrinos no han podido llegar ni siquiera hasta allí, de tan colapsadas como estaban las calles de acceso. A la sintonía familiar del «que no, que no, que no nos representan» se le ha sumado un nuevo lema: «Cueste lo cueste, de Norte a Sur de Este a Oeste, la lucha sigue».

El ambiente en las columnas ha sido mucho más festivo que indignado. Los transehuntes los han recibido entre aplausos y muchos de ellos han aprovechado para unirse a la marcha. Los propios indignados les han animado a ello al grito de «A ti que estás mirando, también te están robando». En la marcha hacia Sol también ha habido tiempo para recordar a las víctimas del atentado en Noruega. A su paso por Atocha los manifestantes han parado y han guardado un minuto de silencio.

Tras el recibimiento y al grito de «Bienvenidos, hoy Sol vuelve a brillar más fuerte que nunca» ha dado comienzo la esperada asamblea en la que los caminantes han puesto en común sus experiencias a lo largo de todos los pueblos. Estaba previsto que comenzara a las nueve de la noche, pero a esa hora todavía estaban llegando las columnas a la plaza. Además ha resultado complicado lograr hacerse un hueco para sentarse entre los centenares de personas congregadas en Sol.

La marea de manos levantadas ha vuelto a agitarse en Sol. Los representantes han hecho hincapié en los problemas que se han encontrado en muchos de los municipios. «Hemos encontrado pueblos sin agua potable desde hace tres años. Y otro con un alcalde que se ha subido el sueldo un 200%», ha comentado el de León. También se ha aludido a los 70 desahucios que simpatizantes del 15-M han contribuido a paralizar en las últimas semanas y se ha recalcado que el trabajo comenzó mucho antes de que se gestará el Movimiento. La reunión además de reivindicativa ha tenido un carácter festivo. Muchos han aprovechado sus intervenciones para cantar o recitar poemas.

En la Puerta del Sol se han colocado pantallas para hacer conexiones en directo con otras plazas, como la de Amsterdam, Atenas, Londres y Tel Aviv. Desde Berlín un grupo de españoles ha transmitido todo su apoyo a los militantes del 15-M. Desde París, con dificultades, se ha escuchado a dos chavales cantar «París es Sol».

Pasada la medianoche un silencio sepulcral ha recorrido la plaza durante un minuto. Es elgrito mudo de los indignados. El horario que han marcado acaba ahí, pero la misma pregunta vuelve a la cabeza de todos. ¿Se quedarán más allá del domingo? En Información nadie responde a la pregunta. «Lo único que sabemos es lo que ponen los carteles», dice un portavoz. En Alimentación Daniel se va un poco de la lengua: «Hace falta comida para una semana por lo menos». Son los indignados, y aunque esta vez han dicho cuándo llegan, uno nunca saben cuándo se marchan.

No se sabe todavía dónde van a pasar la noche los indignados. Todos no van a caber en Sol. En un principio estaba previsto montar un área de descanso frente al Museo del Prado, aunque desde la delegación del Gobierno no tenían constancia de esta información, según ha podido saber este diario. Las fuerzas de seguridad han avisado a los indignados de que les está permitido acampar en la Puerta del Sol y las calles aledañas pero que no podrán montar las tiendas en ningún otro lugar. Sin embargo se ha decidido ir hasta el paseo y esperar instrucciones.

En medio de esa especie de caos organizado que siempre acompaña a los indignados, la Puerta del Sol recordaba esta mañana a la imagen que hace ya dos meses recorrió el mundo. El campamento vuelve a tomar forma para recibir a las más de 500 personasque han recorrido durante el último mes toda la Península para estar esta noche en Sol, y a los que se espera que mañana se unan muchos más, llegados desde todos los puntos de España en autobuses, para participar en la manifestación convocada para las seis y media.

La carpa de Alimentación ha sido la primera en estar operativa. Daniel, desde detrás de la barra, explica que hace falta «todo lo que la gente quiera traer». Los paquetes de macarrones ya inundan un estante, pero dicen que siguen faltando cosas porque durante este fin de semana esperan tener muchas bocas que alimentar. Por la tarde unos agricultores se han acercado con un camión cargado de fruta para abastecer al campamento. También ha vuelto a instalarse la biblioteca y ya se anuncia en los carteles la próxima publicación de un nuevo periódico: el Diario de Sol. Los indignados también han montado un estudio de radio, Ágora Sol, desde el que están emitiendo en directo lo que pasa en la plaza. Un paseo por esta es suficiente para darse cuenta de que la ciudad de los indignados ha vuelto.

Un poco alejados del barullo, en el Pasaje de la Caja de Ahorros, cuatro miembros de la comisión de Artes han estado preparando pancartas con las que por la noche recibieron a los caminantes. Les ha saludado un gran cartel colocado en cada acceso: «Bienvenida dignidad».

En el punto de información, que es el único que permanece desde que se desmanteló el primer campamento, los curiosos y simpatizantes del Movimiento 15-M se han informado de la llegada de las rutas y de los actos del fin de semana.

En mitad de la plaza hay un expositor en el que cuelga una chancla vieja y gastada. En un cartel escrito en primera persona una chica que explica que este calzado ha sido testigo de 450 reuniones, ha pintado 160 pancartas, ha parado la detención de un inmigrante, ha provocado cinco discusiones familiares y hasta un fracaso amoroso. Por el camino, dice, «ha ganado una revolución».

Como ayer, hoy han llegado más indignados. Algunos en autobuses y muchos a pie tras más de 20 días caminando. Es el caso de los 150 simpatizantes del Movimiento 15-M que pasadas las tres de la tarde llegaban a la Plaza Elíptica, el punto de encuentro de la marcha Sur. A su llegada fueron recibidos con música y aplausos al grito de «Marcha Sur bienvenidos«. A lo largo de la tarde se espera que se les sumen los indignados que han preferido hacer el recorrido en autobús. El primero, con unos 50 manifestantes, ha entrado en el intercambiador a las tres de la tarde. Finalmente partieron hacia Sol unas 240 personas entre caminantes, pasajeros de autobuses y miembros de la organización que llegaron a esperarles.

http://www.elpais.com/articulo/espana/indignados/vuelven/tomar/Puerta/Sol/elpepuesp/20110723elpepunac_3/Tes