Calma y cálculo

En esta segunda entrega de #LeerLaEscena en torno a la pugna por la memoria (histórica), Guillermo Vanegas lee en voz alta «Calma y cálculo», texto de su autoría donde destaca una serie de propuestas artísticas que han trabajado en torno a la historia y la memoria  en las últimas dos décadas. Calma y cálculo. Sobre la […]

En esta segunda entrega de #LeerLaEscena en torno a la pugna por la memoria (histórica), Guillermo Vanegas lee en voz alta «Calma y cálculo», texto de su autoría donde destaca una serie de propuestas artísticas que han trabajado en torno a la historia y la memoria  en las últimas dos décadas.

Calma y cálculo. Sobre la re-captura del relato de la historia reciente por la extrema derecha colombiana durante el tercer mandato de Álvaro Uribe Vélez

1.- Unos pocos antecedentes (de ahora, porque la cosa viene de lejos)

1995: Jorge Acero Liaschevski presenta la obra Paquete no incautado rodeado de aire y gente, escultura cuadrangular forrada en papel aluminio y cinta pegante, como cualquiera de los infinitos ladrillos de cocaína confiscados durante la Guerra contra las drogas que terminaba ese año en Colombia.

1996: Juan Fernando Herrán, presenta las obras Cajas fucsia y Anexo 273, dedicadas a ilustrar la pintoresca llegada de los montones de dinero que el cartel de Cali utilizó para financiar la (alocada) carrera presidencial de Ernesto Samper Pizano.

1998: Miller Lagos hace su intervención Columbas (Palomas mensajeras), donde dibuja con arroz y maíz un tunjo muisca genérico sobre el piso de la Plaza de Bolívar en Bogotá para alimentar palomas.

2000-2009: Lecca-Lecca Estudio realiza varias presentaciones del proyecto Bandera de la Guerra a Muerte, representación de la enseña que acompañó el decreto proclamado por Simón Bolívar contra los detractores de su causa en los llanos de Junín, en 1815.

2003: Luis Hernández Mellizo, elaboró la primera obra de su proyecto alrededor de la figura del prócer liberal asesinado en 1948, Jorge Eliécer Gaitán.

2004: Paulo Licona realiza Jesús y Satán, serie fotográfica donde el artista documentó los vestigios de ritos de brujería que realizaban Los Cruzados, miembros de ejércitos paramilitares colombianos que deseaban protegerse de las almas en pena de las personas que habían masacrado durante décadas.

2004-2009: Matilde Guerrero performa Discurso de posesión presidencial, acción donde lee la proclama de la segunda posesión del eterno presidente colombiano Álvaro Uribe mientras camina en círculo ante el Capitolio Nacional bebiendo y vomitando alternativamente tragos largos de Coca-Cola.

2005: Carlos Castro, inicia el proyecto  All Things Most Pass, instalación donde recopila dibujos, fotografías y una maqueta del Palacio de Justicia de Bogotá, destruido veinte años atrás durante su toma y retoma por parte del M19 y el Ejército local.

2005: Francois Bucher presenta Año cero, instalación dedicada a releer archivos relacionados con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán y desclasificados por parte de la CIA en 2000.

2006: Gabriela Pinilla concibe, diseña y publica, mientras prepara su tesis de pregrado en artes, el primer documento de su extensa serie La venganza de la historia.

2007: Luis Ospina estrena Un tigre de papel, falso documental dedicado a utilizar el recorrido por la vida y obra del artista y activista Pedro Manrique Figueroa como excusa para revisar la historia política de Colombia a partir de 1934.

2008 – 2009: Oswaldo Rocha presenta Historia de los uniformes en los grupos armados irregulares de Colombia. Período inicial, investigación que busca reconstruir la indumentaria de los grupos  armados no oficiales que intervinieron en las múltiples refriegas que se dieron en el territorio nacional desde el período de independencia hasta la Guerra de los Mil días.

2009: Carlos Castro realiza la videoinstalación El que no sufre no vive, donde palomas que habitan la Plaza de Bolívar en Bogotá devoran la zona parietal de una escultura comestible del Libertador.

2009: Milena Bonilla realiza Ceremonia para paisaje homogéneo, animación donde la silueta de un conocido héroe venezolano nacionalista montado a caballo desciende sobre un horizonte montañoso, que se va integrando al paisaje mientras este se aplana.

2009: Gabriela Pinilla inicia El Ramo de olivo que no germinó, representación pictórica de fotografías donde aparecen diversos participantes en el conflicto armado colombiano más reciente.

2009: La Universidad de Los Andes se unió con La Quinta de Bolívar para organizar el ciclo de exposiciones Historia, arte y naturaleza, propuesta de intervención-interpretación in situ del relato histórico republicano en casa de recreo de héroe enamorado y pillín.

2010: Edwin Sánchez estrena Desapariciones, animación de dibujos realizados por exparamilitares y exguerrilleros que ilustran torturas, masacres, asesinatos selectivos y violaciones, cometidas por estos ciudadanos.

2010: Elkin Calderón estrena el video Perrita criolla, donde muestra la culminación de un coito entre gozques grabado durante una beca concebida por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño para llevar artistas por el río Magdalena, en coincidencia con la celebración de segundo centenario de la independencia de Colombia.

2011: Nelson Fory comienza su proyecto La historia nuestra caballero, donde pone pelucas afro sobre las cabezas de esculturas de conquistadores españoles y próceres criollos en el espacio publico de Cartagena de Indias.

2011: 2011 Hernando Velandia presenta El ensayo de Perseo, conjunto de cabezas sin cuerpo del expresidente Juan Manuel Santos. La exposición no fue censurada, ni el expresidente fue a verla.

2011 – 2013: David Escobar y Lina Rodríguez inician el proyecto Arte y política, la historia del Nadaísmo, que mediante documentales, reproducción de material gráfico e indagación de archivo plantea una historia de la relación entre la vanguardia artística del nadaísmo y las estructuras del poder local.

2013: Mónica Restrepo presenta el proyecto Historia de una trama (memorias póstumas del agente Ramírez), elaborado alrededor de una novela negra que ironiza sobre los procedimientos de búsqueda y destrucción de cuadros políticos de izquierda en universidades públicas colombianas.

2013: Ana María Millán estrena Moby Dick y el Buque Gloria, video resultante de una sesión de lectura performada del último capítulo de Moby Dick, por cadetes del emblemático y chimbo barquito colombiano en Londres.

2014: María Elvira Escallón inicia la itinerancia del proyecto Pequeño museo del aerolito de Santa Rosa de Viterbo, propuesta museográfica derivada de investigar la historia del meteorito que inició la colección del Museo Nacional de Colombia.

2014: Nadia Granados incluye dentro de su proyecto lafulminante.com, la obra Lavado de imagen, documentación de un performance donde, tras beber altas dosis de cerveza colombiana (asco), orina sobre fotografías de políticos de la ultraderecha nativa.

2014: Elkin Calderón exhibe El mismo payaso con diferente disfraz, proyecto derivado de un recorrido planteado por el artista hacia la zona bananera del departamento del Magdalena, para reexaminar las relaciones socioeconómicas derivadas de la explotación de monocultivos por parte de multinacionales

2015: Juan Fernando Herrán presenta Héroes mil, conjunto de pedestales de madera vacíos (por dentro y por encima), ubicado en el monumento vacío (por dentro) de Los Héroes, en la ciudad de Bogotá.

2015: Rafael Gómezbarros presenta el proyecto Carnaval-Se armó el paraco, con el que participa en las comparsas del carnaval de Barranquilla, para conmemorar la masacre que grupos irregulares de paramilitares ejecutaron en El Salado.

2016: Breyner Huertas publica Lifting histórico, quinto número de su proyecto La minúscula Ensayística Ilustrada, donde analiza la creciente aparición de proyectos televisivos dedicados a reconstruir acontecimientos o biografías de personajes famosos de la historia reciente del país.

2016: Juan Peláez, presenta en la Bienal de Berlín su obra Epaiwanomas, esculturas en tamaño de dummie donde interviene fotografías de gente afamada para transformarlas en el mítico personaje americano sin cabeza.

2016: Alberto Baraya, exhibe Ornitología Bolivariana. La fábula de los pájaros, en la Quinta de Bolívar en Bogotá, intervención donde disponía de pájaros disecados en distintos espacios del lugar y que fue censurada durante una visita de Estado.

2016: Carlos Andrés Méndez publica Notas de estudio, compilación de apuntes sobre filosofía occidental, tomados por Gilberto Rodríguez Orejuela mientras estudiaba bajo tutoría del artista caleño Leonardo Herrera Madrid durante su reclusión en la cárcel de Palmira hacia 1999.

2017: Gabriela Pinilla presenta Maríacano, roja muy roja, exposición y libro ilustrado dedicados a enseñar mediante los recursos de la novela gráfica la vida de la política antioqueña María Cano.

2017: Juan David Laserna se postula a la IX versión del Premio Luis Caballero con Set, instalación y serie de pinturas tomadas a partir del archivo fotográfico de la telenovela Escobar, el patrón del mal, junto con periódicos censurados durante la época de la Guerra contra las drogas.

2017: Donnadie (Jorge Sarmiento, Juan Bocanegra), exponen The Two Escobars, video que alitera un documental que pone en paralelo la vida, pero sobre todo la muerte, de Andrés Escobar con Pablo Escobar.

2018: Lucas Ospina-Pedro Manrique Figueroa expone Los expresidentes comprometidos, un collage fechado en 1973, que ha sido descrito como “mise-en-abîme política” y que fue elaborado tras la consolidación de la alianza de César Gaviria Trujillo como jefe del partido liberal con Álvaro Uribe Vélez como jefe único de Colombia para no quitarlo –nunca– de la presidencia.

2018: Henry Palacio exhibe Con las palmas al poder, instalación donde reelabora el recuerdo reprimido de la narración mediática del conflicto colombiano en modo versión escenográfica de los rezagos de la Guerra fría en nuestro hemisferio.

2.- La historia de la Historia extensa de Colombia, es extensa

Antes de decidirse a no reír, Beatriz González lo hacía. Y bastante bien. De la Historia oficial, por ejemplo. Fue alabada por la crítica y también atacada por historiadores canónicos. En su momento, Germán Rubiano señaló que Apuntes para la historia extensa de Colombia, serie presentada por la pintora en el XIX Salón de Artistas Nacionales eran de “las pinturas más mordaces y valientes del concurso”. (1)

Arturo Abella, digamos un Ernesto Yamhure menos boconcito (y venenoso) de la época, acusó a González por plagiar los retratos de próceres republicanos que la artista reinterpretó al Pop. Abella, fue objeto de una reprimenda memorable. La crítica Marta traba le replicó.

“… los ignorantes se han complacido esta vez en hallar en seguida un motivo de escándalo; el plagio que Beatriz González cometió intentando su Retrato de Bolívar. Es inútil que ella explique que, como casi todas sus obras, lo sacó de una fotografía de periódico, que cite en su ayuda las innumerables versiones modernas de obras de siglos anteriores hechas por todos los artistas, desde Picasso hasta Botero. Abella muestra en televisión las fotografías, el Bolívar de Figueroa y el Bolívar de Beatriz González y desde ese momento en adelante, frente a dos imágenes cuyos motivos y soluciones son diametralmente distintos, Beatriz González será una plagiaria.” (2)

En la década de 1980 le sucedería lo mismo al abstracto Edgar Negret, por la propuesta de monumento que presentara para el Parque Simón Bolívar. En esa oportunidad, fueron historiadores quienes también lo sacrificaron. Al proyecto, por lo menos.

Hoy en día es peor. Los enemigos son ignorantes. Básicamente se trata, o tecnócratas que deciden instrumentalizar la producción cultural en beneficio contable; o neoconservadores pragmáticos que se cansaron de polemizar por los contenidos de obras contemporáneas que nadie mira en ferias para secuestrarles de entrada posibles rutas de financiación; o intelectuales metidos en medio de partidos políticos militaristas que desean llevar la producción cultural hacia un rumbo fijo; o ideólogos subempleados que quieren cobrar su cuota por haber trabajado con tanto esfuerzo por construir la memoria de su país.

3.- La lucha por la amnesia es de todos los días

En el arte colombiano, memoria y producción visual suelen ir de la mano. Generalmente, esta dupla aporta excelentes resultados. Otras veces, sólo nos deja Fragmentos de monumentos. Como en todo, a veces se gana, a veces se pierde.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

El asunto quizá no tenga que ver entonces con que el nuevo gobierno, elegido por una amplia mayoría de ciudadanos colombianos –como tú, como yo–, haya decidido cortar con motosierra las bases de la casa para después quemarla y botar la puerta por la ventana. Esto, persona que escucha, ha sucedido siempre.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

El asunto puede que vaya un poquitito más allá de organizar grupos de artistas con tiempo libre para que se reúnan a abrazar las sedes de la Biblioteca Nacional, del Museo Nacional o del Archivo General. Sería lindo. Vistoso. Como foto para dron. Pero tontico por inútil.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

El asunto quizá pueda relacionarse con derivar el apremio del momento hacia la generación de dispositivos y estrategias que revelen los efectos perniciosos de esta re-captura de la memoria del país por parte del uribato. Volver a hacer obras que utilicen la historia como insumo, que la reinterpreten, que hagan aparecer nuevos actores.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

Y, bueno, que también se entienda que, a pesar de lo extendida que se encuentra la tozudez en medio de la soldadesca neoconservadora, la extrema derecha está empecinada en producir sus versiones sobre el pasado, sobre todo el reciente. Bien sea a punta de nombramientos desastrosos, telenovelas pésimas, libros sin corregir o memes. No importa. Todo vale.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

En este caso, hay que moverse por un lado que le duele mucho a esa comunidad insegura de sus vínculos identitarios: la denuncia pública en el exterior. ¿Ha notado, persona que escucha, cómo responden los funcionarios del gobierno en ruedas de prensa de tribunas internacionales a preguntas no libreteadas? Es sencillo: hay que aprender los rudimentos del idioma del lugar donde se va a hacer la pregunta y atreverse. ¡Fácil! De hecho, más que dedicarnos a la lamentación dentro de nuestros grupillos.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

Hay una emisora, Radio Uno¸ donde, entre canción y canción (o dentro de las canciones mismas) meten un pitico porque sí. Suena cualquier cosa y fijo: pito. Termina de sonar, y de nuevo: pito. Parece ruidoarte para ablandar la reflexión.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

Lo mismo pasa con la narración de la cotidianidad. Noticias donde el pitico son o la posibilidad de guerra con quien sea, la última estupidez del cuarteto Duque-Valencia-Cabal-Ramírez, o el nuevo Samsung Galaxi Note. Aparece cualquier noticia y fijo: es un pito.

La lucha por la amnesia es de todos los días.

Por eso creo que las obras de arte que se atrevan a re-trans-alter-post-producir narración histórica tienen hoy un ambiente más que propicio. De verdad, artista que escucha, si no quiere hacerlo, todo bien. Igual, lo suyo también se olvidará. Pero, por otro lado, si reconoce el valor de oportunidad que ofrece esta escalada de idiotez institucional, podrá circular bastante. Y vender también. A miembros del uribato, incluso. ¿Se imagina una obra sobre masacres de líderes sociales en la sala de estar de un funcionario de ese régimen? Puede que la exhiba como trofeo propio o, incluso, hasta entienda lo que pasó.

Guillermo Vanegas

Notas. 

1.- Germán Rubiano, “El XIX Salón de Artistas Nacionales”, en Camilo Calderón, Salón Nacional de artistas 50 años. Bogotá, Colcultura, 1990. P. 148.

2.- Marta Traba, “El XIX Salón de Artistas colombianos”, en Camilo Calderón, Salón Nacional de artistas 50 años. Bogotá, Colcultura, 1990. P. 150.