amazonas: entre el desconocimiento y la rifa

Es increible como se rifa Amazonas en los àmbitos culturales, por no decir, econòmicos y polìticos del paìs. En abril y mayo Antonio Caro realizò una exposiciòn en el Planetario distrital que da realmente verguenza. La repeticiòn de imàgenes «Clicle» del Amazonas: La anaconda, mal dibujada, el indìgena «salvaje» y la falta de producciòn artìstica se anuncian con pleno descaro, desconociendo la realidad`y riqueza artìstica que existe en el Trapecio. Un taller patrocinado por el Ministerio de Cultura, que cada vez màs reafirma el patrocinio de artistas citadinos que desconocen las regiones y cuyos proyectos financian unas buenas vacaciones en las regiones, sin generar proyectos de autogestiòn, aporte en tècnicas y nuevas tendencias artìsticas de ningùn tipo. Es importante que el Ministerio de Cultura no sea corrupto. La vieja linea del amigo de las señoras que distribuyen el presupuesto nacional a nivel cultural debe parar. Y como? realizando evaluaciones serias de los proyectos, acaso se les ocurre preguntar a nuestras señoras de la cultura si los artistas conocen la regiòn? Digo: Conocen…no si han viajado como mochileros? El sr Caro, solo no hizo un taller para Amazonas, ya que a su taller llegaron si mucho 5 personas, sino que desconoce la importancia de vincular a diversos sectores de Leticia en este tipo de actividades.

Creo que es hora de que artistas reconocidos y noreconocidos, dejen de viajar a las regiones a prometer que el Ministerio llevara una segunda parte de proyectos que nunca se hacen. La Amazonìa colombiana requiere de no ser abusada por todo el que llega: ONG, Turistas, entidades pùblicas, etc, que desconocen la regiòn y solo se reparten tajadas entre amigos, que poco o nada dejan en las regiones.

Dejen de rifarse el paìs, señores y menos al Amazonas, que bastante ha sufrido de los expolios econòmicos, para ahora tambièn continuar con los culturales.

Liliana Cortés

1 comentario

Me uno a la indignación de Liliana Cortés -sin conocerla valga la pena decirlo-, pues es cierto que en nuesto medio una cierta antropologización de la cultura, pese a Hal Foster -sin haberlo leído a profundidad, es decir críticamente-, ha hecho y deshecho sin la menor posición ética. Claro, esto podrá interpretarse como anti-contemporáneo, pero lo que si es cierto es que el caso Antonio Caro, demuestra una vez más que estamos muy lejos de conocer la región y sus complejidades pese a las bondades que plantea el Ministerio de Cultura.

Por ejemplo, quién mejor que el artista Martín Roa quien ha trabajado en estas regiones con sus habitantes desde hace más de quince años, de contarnos qué es lo qué sucede en esta región del país, predada, olvidada y aprovechada por las mesadas presupuestales de la cultura? O por qué no mencionar a artistas como Frans Krajcberg, que sí han tenido un gran compromiso con esta región y con sus habitantes, hasta el punto de ser expulsado por los intereses que caen como aves de rapiña sobre ella? Lo que si es cierto que es estamos aún inmersos en una pre-modernidad que nos pone en una especie de colonialismo cultural, predador de nuestra propia ignorancia…

Habrá que preguntarse entonces, qué significa la región para el «centro»? Y más aún cuando buena parte del presupuesto cultural está destinado a ella? Hace poco uno de los curadores de la región de los santanderes, en el próximo salón nacional de artistas, manifestaba su inconformismo.

De la o las posibles respuestas surgirán las bases para un debate sobre lo que se ha mal denominado arte y sociedad. Es decir que habrá que repensar las posibles relaciones «altruistas», que surgen en ocasiones entre arte y sociedad, entre el centro y la región, donde el Otro sigue siendo algo exótico, domesticable, colonizable y potencialmente artístico, es decir absolutamente comercial, así la periferia se llame, el Amazonas, la calle, Ciudad Bolivar, etc.

Ricardo Arcos-Palma