Apreciada Olga Lucia Lozano,
Saludo su intención de retornar al escenario de debate el tema del arte, me refiero a su Contrasalon. Sin embargo quisiera hacerle ver algunas debilidades en su loable intención. Soy historiadora de arte, formada en Alemania, en Holanda y dos veces premio nacional de investigación en artes plásticas en Colombia, y me excuso ahora mismo por usar un estilo anticuado en exponerle mi molestia.
El Arte como lo conocemos hoy es la conciencia del presente. Esto significa que penetra el destino de todos los hombres, los puede hacer mejores o peores. El arte puede producir imbéciles, genios o indiferentes. Esta fuerza del Arte ahora no existio antes en la Historia. En Colombia, el campo del arte es igual a cualquier otro campo. Por eso le señalaría los campos minados, los desplazados, los grupos organizados para ejercer su poder sin misericordia, la pobreza, los pocos que ostentan el poder y algunos que oponen resistencia. También podría hablarle de la magnitud que nos separa del arte desarrollado y de las coincidencias con los mas pobres lugares del planeta.
Este mapa que funcionaria para Usted y que puedo mostrarle en minutos, seria el producto de diferentes saberes. Cada uno de ellos aportando conocimientos específicos. Cuando Usted dice En Semana.com no hay curadores, museógrafos, historiadores del arte, artistas, críticos, ni nadie que quiera ser varias de esas cosas simultáneamente, esta borrando esos saberes indispensables para producir el mapa -ultima versión- que la llevaría a su conciencia. Porque el arte es eso, para Usted y yo y todos los demás que estamos en vida consciente sobre el planeta. Claro sobre el mismo territorio Usted puede preferir otras cartografías, pero ellas no le ofrecerían el contenido de la primera. Es por esta diferencia que su loable intento de Contrasalon resulta frágil en extremo. Y desde su revista, que es apreciada en Colombia envía unas señales incorrectas, porque impide a sus lectores la posibilidad de entender diferencias entre las cartografías, solo pone una sobre la otra.
Como dije al principio, espero que su acertada intención de ofrecer un espacio para cuestionar el arte no se detenga ahora. Porque eso si le falta al campo del arte en Colombia, espacios de reflexión, de construcción de significados y contenidos, de explicación de técnicas y formas. Labores que ahora son realizadas por contadores, zootecnistas, y sicólogos que se esfuerzan de la mejor manera pero que en su ansiedad no pueden producir con acierto su tarea.
Un cordial saludo, Marta Calderon