escultura de Negret, novedades

Estimados amigos y amigas,

Lo primero sea agradecerles de corazón el apoyo a la campaña que emprendimos para intentar que no se llevara a cabo el proyecto para la escultura del escultor Edgar Negret en el Parque Simón Bolívar, que tanta diversión ha dado a los bogotanos desde hace casi medio siglo.

Les informo lo que a estas alturas sabemos sobre el caso: que la escultura no se realizará, ganamos la partida, el asunto está finiquitado. Mucho se rumora, sin que haya claridad al respecto, del interés que tendría el Banco de la República en ayudar a salvar el parque. Asimismo se está gestando una fundación para su mantenimiento.

Pase lo que pase, la moraleja del asunto es que estas cosas hay que pelearlas, discutirlas y difundirlas. Un rasgo muy negativo que se ha generalizado en nuestro país es que nos dejamos quitar las cosas que queremos sin pelear por ellas. Así, a los cazadores de oportunidades los zarpazos se les dan fáciles. Es indispensable revertir esta tendencia fatalista, de suerte que aunque no se ganen todas las batallas, los que van de olímpicos por la vida lo piensen dos veces antes de cometer sus atropellos. En el caso presente, por ejemplo, el costo en imagen para el arte abstracto ha sido considerable, y eso ya es ganancia, pese a que no pretendemos singularizar en estos artistas el desprecio hacia las zonas verdes que muestra una capa, lamentablemente amplia, de la así llamada clase dirigente del país.

Por obvias razones, los correos de apoyo que ustedes nos enviaron, así como los números de teléfono y los números de cédula, no tendrán un uso comercial y mucho menos para terceros. Aparte de que necesitábamos los contactos para eventuales comprobaciones periodísticas, la lista (de casi 1.000 corresponsales) nos servirá para mantenerlos informados sobre las novedades del caso. En el futuro, si una nueva campaña de defensa de la cultura se presenta, les enviaremos información al respecto. En caso de que no desee recibirla, por favor háganoslo saber y lo excluiremos de la lista.

Con el ánimo de insertar mis humildes divagaciones dentro del debate que están fraguando mis amigos de Esfera Pública, me parece interesante proponer que el hecho de que no se haya construido la monumental escultura de Negret pueda servir de punto de partida para comenzar a reflexionar sobre la primera pregunta que nos hicieron nuestros amigos de Kassel: ¿Es la modernidad nuestra antigüedad?

Un saludo,

Fernando Guzmán