Van Gogh Alive, la última video-instalación postmortem del Holandés, es una gran propuesta de tour ambiente multimedia que nos enseña una faceta actual de la pintura europea moderna, su transformación en entretenimiento masivo a partir de la proyección sin compasión de luz sobre superficies, es decir su desmaterialización, la pintura sin pintura. Postimpresionismo en RGB acompañado de su infaltable música orquestal clásica, toda la cursilería posible teniendo el buen gusto de hacer dinero con la romántica miseria del otro, el autor. En caso de asistir, no olvide tomarse una selfie en la precaria recreación de la habitación del artista, y hacer eterno ese momento fantástico de encarnación virtual de la pobreza ajena.