“Vamos a ver al Mago, El Maravilloso Mago de Oz”

“Vamos a ver al Mago, El Maravilloso Mago de Oz”
—de la película “El Mago de Oz”

Hace bien el curador de “Fantasmagoría” en cuidar sus obras; en evitar que todas caigan bajo el tamiz de la fórmula michicata y calificatoria —“silencio lelo”— que emitió éste opinador. El curador hace el bien al decir que las obras de su exposición generan —en las miles de personas que las visitan— intriga, fascinación, compasión, sobresalto y repulsión. También hace bien el curador al especificar que la “disneyficación” no es algo derogatorio sino un efecto que ampara a su curaduría: producir en el espectador una experiencia de miedo, asombro y diversión. En ese sentido buscar en la exposición “algo más” parece ser una fatua pose intelectual; pero qué se le va a hacer, a éste opinador le hizo falta una excepción a la regla dentro del “diseño total” de la exposición—tal vez con incluir una fantasmagoría que no correspondiera a los paradigmas del «arte interactivo» o de la ilustración me habría bastado— y de esa manera se podría haber generado un distanciamiento, o un “silenc
io cargado de palabras”, o un tedio (para los parámetros del entretenimiento), que hiciera que la distancia entre arte y vida no fuera llenada con miedo, asombro y diversión, o con el producto de una serie de pases mágicos (parecidos a los efectos de seguridad, idolatría y marrullería con que el presidente, o líder mago de la nación, hechiza día a día la mente de los colombianos). En la fantasmagoría del curador quedé atrapado entre las “neblinosas comarcas del mundo religioso” del arte; con mucho agrado eso sí —todos tenemos un cuerpo con ojos, aliento, piel, olfato, oído y sobretodo corazoncito—, pero mi crítica sólo puede comulgar de manera parcial con el fetichismo lelo que nos producen algunos de los productos de la eficiente máquina de la gestión cultural.

Agradezco la amplia respuesta del curador a las pocas líneas que escribí. La crítica puede ser un arte de la provocación —que a todos nos pone a improvisar. El texto de “Fantasmagoría” se escribe entre varios (ya antes alguien, adelantándose al curador y a mi, había publicado en esfera pública un texto sobre esta exposición. También no sobra revisar lo que origina esta discusión, un texto de Guillermo Vanegas sobre la exposición “Art IN Theory” de Santiago Reyes)

“Mago de Oz: Ellos tienen algo que tu no tienes: un diploma. Entonces, por la virtud de la autoridad que me confiere la Universitartus Committiartum E Pluribus Unum, yo te confiero el título honorario de PeD.
Espantapájaros: ¿Pe.D?
Mago de Oz: Eso es… Doctor en Pensamientología.”
—de la película “El Mago de Oz”

—Lucas Ospina

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