Reparar depende de una acción sanadora que restituya la condición normal o implemente un nuevo orden, ¿Cómo podemos reparar el desplazamiento masivo, la desaparición y la muerte de millones de personas?, Cómo podemos detener y juzgar a los infractores de tan terribles males?, o cómo podemos comenzar un nuevo orden, prevenir o proteger, si la verdad aún no se sabe, o si no se hace justicia?; Para garantizar la no repetición, primero debemos reconocer que fue lo que sucedió, quienes fueron los culpables materiales, pero sobre todo los intelectuales, pues es muy difícil hacer un duelo o una reparación cultural y simbólica en una sociedad que no sabe la verdad.
En este punto se plantean las prácticas de RESISTENcia que nacen a partir de estados de emergencia donde las sociedades se organizan para defender los intereses comunes. Las acciones de reACCION implican un esfuerzo físico y/o mental donde uno o varios individuos se exigen al máximo en pruebas de resistencia que no están limitadas a una región, a una raza o a un país, pues son competencia de todos los seres vivos. LaACCION reACCION implica que lo que hacemos tiene que producir una reACCION.
¨Se me encoge el alma al ver a la humanidad en este vertiginoso tren en que nos desplazamos, ignorantes, atemorizados sin conocer la bandera de esta lucha, sin haberla elegido.¨ Sábato – La Resistencia – cap la resistencia.
Hacer memoria es fundamental para la construcción de la paz, sacar a la luz pública los acontecimientos sucedidos puede permitir sanar la herida de una sociedad que necesita reconciliarse con sigo misma, y es allí donde la acción simbólica abre espacios para esa reparación cultural, pues nada podrá reparar completamente lo acontecido.
Las manifestaciones artísticas tienen un papel importante, pues ellas pueden hacernos reflexionar sobre lo sucedido e iluminar el horizonte hacia donde nos dirigimos. Las artes plásticas y visuales también tienen esa responsabilidad histórica de mantener fresca la memoria para que no se repitan los hechos y para estimular en otros el compromiso social; difundir lo sucedido para concientizar a las comunidades en el rol que debe asumir cada uno en la transformación social.
Obras como los ¨Desastres de la guerra¨ de Francisco Goya o el ¨Guernica¨ de Pablo Picasso me enseñaron lo que sucedió en esas épocas y regiones, así como ¨Violencia¨ de Alejandro Obregón o ¨El tren de la muerte¨ de Débora Arango, artistas que plasmaron en sus lienzos los horrores de la violencia de aquellos días, donde muchos muestran como el entorno los influenció, además de un compromiso ético con la sociedad donde se desarrollaron los hechos.
Recuperar la esperanza en un país, en sus instituciones, en sus fuerzas militares, en los políticos, en las leyes y en la rama judicial no es una laborar de días, y debe comprometer a toda la sociedad civil para que contribuya con el cambio individual, comunitario e institucional.
La reparación no es solo con las víctimas, con sus familiares y con todos aquellos que hemos crecido en medio de la guerra, la reparación también es con el territorio, con los bosques, con los páramos, con los ríos, con los valles, quienes no solo han sido testigos, sino quienes en su gran mayoría son el fruto de las luchas.
La violencia es generada para infundir el miedo y con ello desplazar a millones de personas para apoderarse de la tierra; tierras ricas en recursos naturales que son repartidos por grandes terratenientes y por empresas multinacionales que se apoderan de ellas y por consiguiente de la vida de millones de personas. La conquista, la colonia o el TLC tienen la misma función… adueñarse de todo y con ello controlar a los seres humanos.
Cómo reparar a las víctimas o a las sociedades, si aún se implementan tácticas y si nuestros gobiernos siguen vendiendo nuestro territorio, como detener una violencia silenciosa que no solo utiliza balas, minas o grupos armados, si no que utiliza las leyes, los tratados y una política voraz que continua sacando a los pobladores de sus regiones y explotando indiscriminadamente el suelo y el subsuelo nacional, como con los grandes cultivos de palma, los megaproyectos transgénicos, los grandes terrenos de ganado, las hidroeléctricas francesas, italianas, españolas, la explotación petrolera por británicos, norte americanos, el carbón, el oro, el gas, el niquel, el cobre, o el agua, entre otros.
Recordemos que reparar es sanar.
La restitución de tierras no le conviene a muchos señores y empresas que continúan con el feudalismo, por ello la ley de víctimas tiene muchos enemigos de corbata, así como mucha inversión económica que atenta contra esa tercera parte de los colombianos quienes han sido víctimas directas del conflicto; según los datos del centro de memoria histórica 218.094 secuestrados, 150.000 asesinados, 1116 acciones bélicas, 1982 masacres, 25.007 desaparecidos, 5.712.502 desplazados, 10.189 víctimas de minas quiebrapatas, 5.156 reclutamientos ilícitos, para un total de 6.127.046 seres humanos.
Una es la reparación del estado a sus víctimas, pero también necesitamos la reparación de las fuerzas militares, de los para estatales, los traficantes, los ganaderos, los terratenientes, los políticos, los expresidentes, la para economía, los jueces, los partidos políticos y la sociedad civil que por su silencio e indiferencia se convirtieron en cómplices de la barbarie.
No tiene sentido hacer una reparación integral si muchos de los que violaron los derechos humanos aún siguen ejerciendo, se encuentran escondidos, o juran ser inocentes y desconocedores de la verdad.
Hacer arte en medio de la guerra no es fácil, producir reflexiones y generara sensaciones a partir del dolor no es tarea cómoda, pero es necesario hacerlo, y es allí donde el creador se cuestiona… cómo sublimar estos acontecimientos y cómo generar manifestaciones pacíficas, y homenajes sentidos a las víctimas.
La reparación simbólica es con las víctimas y para las víctimas.
En 2006 se inicia el proyecto www.listadepersonas.org, una obra de proceso, que desea establecer una base de datos pública e independiente de personas muertas en hechos violentos; Sabemos que no son personas anónimas y que no tienen que continuar siendo, se quiere es sacarlos del anonimato, y que en algún sitio este su nombre, pues es un deber moral y humanitario registrar cada una de las personas, por la importancia que merecen; el olvido consciente de todas aquellas que murieron o que fueron represadas provoca que no haya ningún censo oficial que acredite su existencia y en muchos casos desaparición, sus nombres no están en ninguna parte y es como si nunca hubiesen existido, cumpliéndose con la finalidad programada por los inductores de aquella terrible represión, el olvido total.
Hacer memoria es la base fundamental para la construcción de la paz.
En el año 2010 se realiza la propuesta 200 Años de INdependencia, acción plástica o performance donde se dispone una bandera de doscientos metros en las plazas de algunas ciudades para que el transeúnte puedan escribir o facilitar el nombre de conocidos asesinados por grupos al margen de la ley o por la fuerzas estatales. Los nombres de estas personas son escritos con color negro sobre la tela, convirtiendo nuestro tricolor en un luto nacional. Las más de 8 horas continuas de recolección hacen de esta acción una prueba de resistencia, donde los espectadores se convierten en creadores, permitiendo abrir un espacio de reflexión social.
Tanto listadepersonas.org como 200 años de INdependencia recolectaron 25.000 nombres de boca de familiares o amigos de víctimas fatales, para con ellos producir la propuesta 25.000 Seres Humanos, performance que durante varios días leyó los nombres de estas personas que se encontraban impresos en papeles, para posteriormente quemar los nombres y depositar sus cenizas en una urna. La acción que se prologaba por varias horas y días daba testimonio de la cruenta guerra que ha vivido nuestro país y comprobaba nuevamente el horror que han sufrido las comunidades campesinas, indígenas, afros, así como de colombianos de todas las edades, condiciones sociales o grupos políticos.
Hacer memoria es hacer país, no podemos pretender construir una paz duradera si ocultamos los desastres de la guerra y sobre todo si no sacamos a la luz pública a los asesinos y a sus estrategias de dominación.
Símbolo Patrio acción donde se pinta la bandera de Colombia para ser raspada con espátula por los presentes y proponer pintar una nueva, similar a ella es Que Bandera o que boleta, qué pena, una performance donde entre todos cosemos una bandera de Colombia, en este sentido vemos también La Llorona una acción donde lavamos la Bandera de Colombia entre muchas personas hablando un poco de la reconstrucción nacional y de la responsabilidad de cada uno en ello.
Quiebrapatas es una propuesta donde un soldado mutilado recolecta firmas para hacer una ley que elimine el uso de las armas, sensibilizar a la sociedad y a uno mismo para volver a sentir, a llorar o a hablar.
No queda otra cosa que pedirles un minuto de silencio por tantas víctimas que ha dejado la violencia en Colombia e invitarlos a buscar la paz, a construirla desde la cotidianeidad de cada uno.
Cómo se puede hablar de paz señores y señoras, si no hay garantías para la comunidad, paz sin trabajo digno, paz con nuestro sistema de salud, paz sin educación gratuita y de calidad, paz con mayor inversión para la guerra que para lo anterior, y aún más, cómo se puede hablar de restitución sin paz, sin verdad y sin justicia.
Fernando Pertuz