Al ver el proyecto “Ready Zombie” enviado por el pintor Fernando Uhia, me surgen muchos interrogantes acerca de la legalidad de su obra. En su proyecto, el señor Uhia hace una ready made a partir de imágenes y textos producidos por otras personas, sin importarle que al hacerlo está violando en muchos sentidos las normas vigentes en Colombia con respecto a la propiedad intelectual. La propiedad intelectual abarca tanto propiedad industrial como derechos de autor y
ambas normativas son descaradamente violadas en el trabajo mencionado.
Dudo mucho que el artista haya pedido permiso a los artistas o a sus derechohabientes para adaptar sus pinturas (o plagiarlas), a los críticos de arte para comunicar públicamente sus palabras, a las compañías para reproducir sus logotipos o a las empresas, Disney entre otras, para copiar personajes que como Mougly están protegidos bajos los regímenes supranacionales de propiedad intelectual.
El artículo 9 del Convenio de Berna ratificado por Colombia en 1987 señala: “Los autores de obras literarias y artísticas protegidas por el presente Convenio gozarán del derecho exclusivo de autorizar la reproducción de sus obras por cualquier procedimiento y bajo cualquier forma”, Uhía en su obra estaría incumpliendo este artículo al reproducir tanto textos como imágenes sin
autorización de los autores. El Artículo 12 del mismo convenio: ”Los autores de obras literarias o artísticas gozarán del derecho exclusivo de autorizar las adaptaciones, arreglos y otras transformaciones de sus obras” también estaría siendo vulnerado por el artista en su “Ready Zombie” al igual que el artículo 6 bis que expone que “el autor conservará el derecho de reivindicar la paternidad de la obra y de oponerse a cualquier deformación, mutilación u otra modificación de la misma o a cualquier atentado a la misma que cause perjuicio a su honor o a
su reputación”.
Recuerdo, y creo pertinente hacerlo por este medio que se dirige principalmente a artistas, que los derechos de autor existen para permitir una mayor difusión de las obras del espíritu, para que los autores (artistas plásticos entre ellos) puedan vivir dignamente de su trabajo y para que a través de la cultura se logre una mejor comprensión internacional. También me permito recordarles el compromiso de la UNESCO por fortalecer la protección a los derechos de autor que hoy en día se ven amenazados por la tecnología digital y la piratería rampante.
Sin embargo si a pesar de los enormes esfuerzos que se llevan a cabo para sensibilizar al ciudadano común sobre la importancia de proteger los derechos de autor, los artistas no se concientizan de su importancia social y violan en la producción de su trabajo diversas normativas nacionales y supranacionales, todos estos esfuerzos serán inútiles y la creciente falta de respeto a los derechos de autor se perpetuará en detrimento de las artes y la cultura y de ustedes mismos, los autores.
Maria Lawson