Quo vadis pintura

La pintura actual es en su mayoría figurativa, y si es abstracta, es abstracción empeñada por el uso del color. A diferencia de las décadas anteriores, hoy el lienzo ya no es espacio para el concepto. La nueva pintura es de nuevo pura representación.

Louis Farino, Nasturtiums. 2023

De 10,000 dólares precio galería a 120,000 dólares precio en subasta en tan solo un año. Con un promedio de 35 años, una nueva generación de pintoras y algunos pintores, como Cristina Banban, Lucy Bull, Louis Fratino, Ben Sledsens y Sahara Longe, entre otros, llegan a números de seis cifras en el mercado secundario. Y lo hacen porque la ley tácita del mercado de arte, que suponía que un coleccionista o comprador guardaba la pintura más de 10 años antes de ofrecerla al mercado de nuevo, ya no tiene validez alguna. Las subastas se están llenando con piezas realizadas el mismo año. Es más, la pintura -en caso de que sea óleo- puede estar aún fresca. Pero eso no es relevante al mercado de arte actual que ha aumentado su velocidad en las transacciones especulativas y financieras al mismo tiempo que declara su obsesión por un solo medio: La pintura.

La pintura actual es en su mayoría figurativa, y si es abstracta, es abstracción empeñada por el uso del color. A diferencia de las décadas anteriores, hoy el lienzo ya no es espacio para el concepto. La nueva pintura es de nuevo pura representación.

Sahara Longe, Policeman. 2023

Sí, el mercado de arte (sus compradores y vendedores) niega, olvida, y reniega que la vinculación ontológica del arte a una función de representación fue superada en los avances estéticos de vanguardia de principios del siglo XX.  Este avance, que fue un aporte del arte occidental a la historia del arte, le permitió a la pintura establecer una relación “amigable” con la fotografía, y no sucumbir ante el poder de la cámara de producir imágenes técnicamente perfectas. A finales del S. XIX  la pintura en Europa deja de representar. Se convierte en un lugar de producción de conocimiento sobre lo visible, y en algunos casos, son reflexiones a la historia propia del medio, así como la lucha por extender los límites físicos bidimensionales del soporte.

Pero digamos que la historia del arte, concebida como una historia de avances estéticos, no es importante para el mercado del arte. El arte occidental sufre de constantes retrocesos debido una estrecha relación con el neocapitalismo. ¿Por qué? El neocapitalismo necesita reafirmar al individuo, al artista y extender la narración del genio artista. De esa manera certifica que toda producción tiene un valor monetario de transacción, pues el genio artista produce objetos que se desean y que se permutan. Objetos para comprar y vender con ganancias.

Ben Sledsens, Girl in the Hammock, 2019

Segundo, el neocapitalismo, a su vez, necesita garantizar la creación de mercados en los que esas pinturas-objetos puedan circular comercialmente. A diferencia del mercado de computadores, por ejemplo, donde los avances en la tecnología de chips, pantallas, conexión, etc. determinan la capacidad de competencia de determinada marca, en las artes es el acceso al ícono, a lo reconocible visualmente, como se consolida la competitividad.

La pintura es una práctica artística que incorpora perfectamente las dos premisas anteriores. Ella funciona por excelencia a través del artista genio que produce un objeto valioso porque éstos endosan un acceso a lo icónico. Pero sabemos bien, que el mercado no es uno sólo, sino que son múltiples segmentos. Cada producto viene a ser fraccionado para encontrar a su comprador exacto. Mujeres, hombres, niños, niñas, ancianas, de izquierda, de derecha, creyentes, no creyentes, ambientalistas, esotéricos, amas de casa, profesionales, estudiantes, etc…

Cristina Banban, Figura III. 2023

De manera similar actúa la pintura contemporánea. Ella (re)produce escenas iconográficas que representan un imaginario de diversos grupos sociales. La pintura actual representa los imaginarios de diferentes razas, de los heterogéneos géneros, de las otras preferencias sexuales, de las diversas creencias, de las nuevas clases adineradas de las diferentes regiones del mundo: Desde la figura deformada sobre un fondo estilo Goya oscuro pasando por comics de mujeres voluminosas coloridas, contemplando al hombre desnudo sobre el sofá con mirada melancólica pintado con reminiscencias formales a Picasso…un Lois Fratino, no diferente a Guglielmo Castelli, que cita a Bacon, y en las deformidades se aproxima tanto a Christina Quarles, o tal vez, más a un Nathaniel Mary Quinn.

Creación de nichos de mercado, como lo llaman los expertos en mercadeo. Las galerías buscan entre los nuevos graduados aquel o aquella que produzca pinturas similares a alguno de los nuevos consagrados. Gracias a Instagram todos se conviertes en letrados visuales, y en poco tiempo repiten los estilos de las cuentas del medio social que cuente con mayores seguidores.  El ejercicio vale la pena. Algunas cuentas de los jóvenes artistas crecen tanto como la de los modelos que se han seguido, y pasan a ser ahora una figura a seguir. De 1000 a 10,000 en meses, de 10,000 a 250.000 mil en un año..tanto seguidores como precios.

La pintura actual es citación de estilos y de discursos, pero ante todo es representación. En algunos casos, ya ni siquiera es representación de los imaginarios, sino representación de la representación.

El coleccionista atento sabe con anterioridad cual artista será el vencedor en los nuevos nichos del mercado. Qué tipo de pintura, es decir, que forma de representación dominará el interés del comprador. La alianza secreta con las galerías, (algo que describiré en el próximo ensayo), le otorgan suficiente información para operar con baja inversión y lograr altas ganancias. Las galerías hacen lo mismo. Operan con testaferros para hacer circular las obras más apetecidas en el mercado secundario sin levantar la menor sospecha.

Lo irónico es que en este momento la inteligencia artificial produce la misma cualidad visual de representación que la de la pintura actual. Porque el funcionamiento es el mismo, pero la biblioteca visual de la inteligencia artificial es más exacta, más extensa y precisa. Quo vadis pintura…

Ad Reinhardt

 

8 comentarios

Arte del fin y del principio
Arte de rebedias adormecidas
De ojos ciegos, de técnicas ciegas
Dónde se ve desde adentro
Y dónde solo desde afuera se puede ver
Del abarcable sentido de las dinamicas,
Sin pretensiones en si mismas
Solo dinámicas que conducen a su propia contemporaneidad
Que definen su momento a través de los signos
Definiciones visuales con su entropia comercial
Códigos de barras que aprisionan el sentido
Funciones y exponenciales del dinero circulante
Nadie se escapa del mercado alimento
Artista chocolate que se escampa para no derretirse con el frío
Artista delirante sin tener dinero para pagar el arriendo
Mundo artista de investigación codificada
Artista que vale pesos, euros, dólares, sin ellos no se puede crear
Se respira el consumo de la sin razón para volverse puerta abierta a otros universos
Y de la razón negada rompiendo así estructuras filosóficas hegemónicas
Hombre de bolsillos llenos, bancos llenos,
Industrias sobre producidas
Artista de bolsillos llenos, bancos llenos
Arte sobreproducido
Warholl dentro de un estuche perfumado
Cuya marca es sopas campbells
Basquiat dentro de una jeringa aprisionado cuya marca es heroína
Objeto mercancía igual pop-art
Repetición que entra por los ojos y por los oídos
Color sensación reproducido por técnicas mecánicas
Máquinas de síntesis- sensación
Prótesis o extenciones creadas por los procesos industriales avanzados
Arte ciego, técnica ciega
Sobre producción que aniquila
Desperdicio de la energía de trabajo
Carrera y velocidad de la producción consumidora
Artista máquina que inhala cultura-toxica
Cerebro atornillado electrónicamente
Corazón de sangre-gasolina
Sexo-money de sociedad consumidora
Jeff koon flotando en tres balones de básquetbol y la vitrina-arte de brilladoras Hoover enmarcadas en la transparencia de su consumo
Marcel Duchamp orinando imaginación y decodificando el momento histórico sobre la gran fuente.

Me pregunto si la reciente acogida de la pintura representacional sobre ese arte que “ha superado la pura representación”, se debe sólo acuerdos oscuros que se pactan debajo de la mesa, o si también se puede contemplar un natural agotamiento del mercado por esas fórmulas conceptualmente comprometidas, que se han vuelto también en muchos casos referencias predecibles y citas a otros artistas. ¿Es correcto concebir el arte como un proceso dialéctico lineal donde cada “avance estético”, es un progreso irrefutable que se debe replicar hasta el infinito? ¿Son actualmente las obras de tipo conceptual, procesual, moralmente superiores o más legítimas de ser valoradas por el mercado que las obras que pertenecen al gusto popular ligado a la vieja concepción del genio pintor?

¿Las alianzas secretas entre galeristas, artistas desconocidos y capitales especulativos, no podría también aplicarse al mercado de cientos de obras conceptuales, video instalativas o performáticas con cierto grado de reflexión filosófica? ¿Acaso no buscan muchos artistas conceptuales que el capitalismo mantenga sus sucias manos lejos de sus obras para reafirmar su superioridad estética al haber trascendido la objetualización representacional o fetichista? ¿A qué se debe este celo de mercado entonces? El capitalismo es una picadora de carne y tiene la capacidad de comprar y manipular lo que se le atraviese, la pregunta es si los análisis estéticos deberían quedarse en esta capa artificialmente anticapitalista, especulativa, de la que evidentemente nada ni nadie puede escapar. Una inteligencia Artificial bien entrenada, también tiene la capacidad de crear ideas para obras de arte conceptual, pues su Biblioteca no sólo tiene capacidad de imitar calidades visuales.

Hola Juan,

Muy buenos tus comentarios. Lo primero es entender y aceptar que ciertas practicas artísticas, en particular la pintura, juega un rol dentro de las estrategias financieras actuales. Lo importante es describir cómo ese proceso se ha llevado a cabo y qué consecuencias tiene en los diferentes niveles de la educación, la práctica y las estrategias artísticas actuales. Es decir, en la academia, en los museos, en las políticas culturales y en el mercado mismo. “Un natural agotamiento“ (sic.) no explica el incremento del valor de factor 100 (de 10,000 a un 1,000.000 de dólares) en un periodo menor de un año. Un incremento como sucedió con los obras del Formalismo Zombie, y hoy con tantas otras artistas. Pero ese incremento exponencial si se puede explicar por los movimientos financieros actuales y el rol que ellos tienen en la configuración de realidad y mundo.

Ahora bien. ¿Por qué es esta práctica de arte y (actualmente) este género de pintura la que se eleva a un factor 100 en menos de un año y no una obra conceptual? ¿por qué no una pieza de arte sonoro? ¿o por qué no una estrategia colectiva artística social? ¿o por qué no un video arte? ¿o cinema expandido?… teóricamente podrían serlo. Pero no lo son. ¿Por qué (y en particular este tipo de) pintura es la que funciona en el circuito financiero actual? -sin duda es un fenómeno necesario de pensarlo más allá de la típica respuesta: “cuesta tanto porque es la obra de un genio”-. Pero una respuesta a mi posible pregunta ya la da la sociología del arte, que ha visto en el nacimiento de las nuevas clases altas sociales globales en relación con el mercado de arte una esquizofrenia y ciertos patrones de consumo relacionados con la divulgación y el consumo de imágenes a través de los medios sociales.

De tal manera, que aquí no hay de mi parte una apuesta moral para inclinar una balanza como lo manifiestas en esta pregunta: “¿Son actualmente las obras de tipo conceptual, procesual, moralmente superiores o más legítimas de ser valoradas por el mercado que las obras que pertenecen al gusto popular https://open.spotify.com/episode/6fn5YdOcA1YVfgoftPutUr?si=6b-ugczTStyZMab9AZidjg), porque si vuelves a leer el título del artículo, él se pregunta hacía donde va la pintura. Quo vadis Pintura. No a dónde va el video arte, o mejor dicho, no hay un indicio de mi parte de establecer una competencia moral entre diferentes prácticas artísticas.

Lo que si puedo añadir a tu pregunta, es que la idea del genio pintor no es vieja. Ni tampoco universal, es decir popular en sentido amplio. Aparece hace 250 años en ciertos países europeos, y muchos colegas ven allí el establecimiento de una epistemología colonial, que determina que una persona, por lo general un hombre, es superior a los otros y las otras. ¿cuantos genios de pintura europeos o norte americanos conocemos en comparación de genios de pintura suramericanos? Peligroso es cuando respondemos a esta pregunta, diciendo que en sudamerica no hay tantos genios pintores como en otras regiones y por eso no los conocemos. Sin duda ciertas categorías lanzan más sombras que luz.

Aquí entonces viene mi observación sobre tu pregunta por el arte en relación con la historia, (aunque no entiendo que quieres decir con “proceso dialéctico lineal”. Tal vez lo puedes explicar), porque la constitución del canon artístico, es algo que además me intriga precisamente por el funcionamiento de ciertas categorías como la que mencionó en el párrafo anterior. Reconocer avances estéticos no implica consignar una comprensión del arte lineal, pero si formas de pensar prácticas y estrategias artísticas diferente en tiempos de la comunión del arte y el mundo financiero. Creo, como lo menciono arriba, es necesario reflexionar sobre los efectos y consecuencias de la financialización del arte, y tratar de establecer otras narrativas a las predominantes….más allá de las del genio pintor, y tantas otras que circulan…

Te agradezco que consideres que mis artículos son análisis. No lo son, les falta mucho de serlo. Un análisis es una tarea ardua con recopilación de datos, los métodos correctos, y un aparato crítico de colegas y amigos que han dedicado tiempo y fenómeno que arriba describo.

Eso sí, son especulativos. Lo anuncio a mis amigos profesores e investigadores. Esa es una opción de la escritura que he optado por sus capacidades de comunicación que logran, y mira el ejemplo, que tu y yo tengamos este intercambio.

Para cerrar, muy de seguro puede o podrá una inteligencia artificial crear ideas (que se pueden utilizar) para obras conceptuales. Pero una observación. Una obra conceptual no se reduce a la mera idea. Hay otros factores como duración, proceso, intervención, intercambio, etc. Pero como mi texto no se consigna a la competencia entre otras estrategias de arte, ni tampoco una calificación moral, el último párrafo se dirige hacía la creación de lo iconografico visual que juega un rol en la pintura actual, y que también es posible por inteligencia artificial. Y si esto es posible (volvemos a la reflexión inicial), cómo explicamos que en momentos en los que una inteligencia artificial pueda hacer eso gratuitamente, una pintura pueda incrementarse en valor en factor 100 en un periodo de tiempo corto.

Particularmente, lo que me parece discutible es la diferenciación que haces entre dos momentos o formas del arte; la representación, como momento anterior, inferior o superado, y la No representación, como categoría que mira desde arriba ese tiempo pasado. ¿No podrían haber estado los dos cohabitando siempre de manera simultánea? Antes del formalismo Zombie, estuvo el neoexpresionismo Alemán, la transvanguardia Italiana o el hiperrealismo de los 80. Parece ser que lo que se autodenomina No representacional, se sitúa siempre desde el lado correcto de la historia y frecuentemente ubica su argumento central contra la representación desde una conspiración del mercado.

La discusión sobre arte y mercado es compleja, porque fácilmente se puede caer en lugares comunes acerca cuantos millones se paga por determinadas piezas polémicas, como se ha visto en noticias sensacionalistas sobre obras de Maurizio cattelan, Wilfredo prieto o Marina Abramovich, lo cuál, termina en muchos casos eclipsando otro tipo de reflexiones estéticas acerca de sus obras. Usar sólo esta misma fórmula para invalidar la pintura representacional me parece reduccionista, igual como se ha hecho con la obra de Oscar Murillo, de la que mucho se podría hablar.

Me pregunto si la idea del genio sea algo únicamente atribuible a la pintura o si, aunque no se diga de forma explícita, el genio simplemente es una idea que se encuentra implícita también dentro de cualquier forma y mercado de arte, incluso conceptual. (Aquí podrían caber desde los Young British Artists hasta Antonio Caro).

Los millonarios que compran arte conceptual, o pintura representacional, perfectamente podrían también haber gastado su dinero en carreras de caballos, estampitas o jarrones chinos. Aún así, sería difícil influenciarlos a preferir libros de filosofía analítica o de mecánica cuántica sobre contenidos más digeribles y populares. Por lo tanto, me parece que no se debería utilizar el argumento del mercado para segmentar determinados medios, tendencias o estilos, pues creo que es imposible asociar el mercado sólo a uno de ellos en específico. El capital opera en todo, quizá con fórmulas diferentes, pero basta una búsqueda rápida en internet para encontrar casos de subastas millonarias o ventas exorbitantes por obras, que incluyen, por supuesto también, arte sonoro, conceptual minimalista, o político activista.

Me parece interesante el fenómeno de instagram y la validación popular que desde allí se hace de ciertas manifestaciones de arte, pues, igual como ocurrió con los medios de comunicación después de las redes sociales, parece darse una nueva situación donde la masa acrítica del like, del gusto popular, termina por determinar el ascenso protagónico de determinadas estéticas, que si bien van en detrimento de la complejidad crítica, también rompe con ciertas jerarquías de poder dominadas por instituciones artísticas tradicionales, reflejando sin siquiera pretenderlo el retrato de una época particular.

Revisando el artículo y observando los múltiples aspectos relacionados con la pintura como medio artístico, el cual se ve influenciado por los contextos históricos y sociológicos. Estos factores afectan las intenciones de los artistas y la forma en que se conectan con la realidad, tanto a nivel conceptual como político, ideológico y en otras agendas. En este sentido, el mercado financiero ha adquirido una mayor relevancia en la dirección y modelación del gusto y el valor del arte.
Es interesante destacar que en las ferias de arte recientes, la pintura tiene cada vez una mayor presencia y predominio de la pintura y lo pictórico, en sus diversas formas. Observo que el trauma postpandemia motivó a muchos artistas a retomar la pintura, convirtiéndose no solo en una manera de sobrellevar el trauma, sino también en una oportunidad para reinventarse, una tendencia que se hizo viral entonces. Vimos especialmente técnicas como el driping y el fluid art, se popularizaron aún más. Incluso, hemos visto a influencers dedicarse a chorrear cantidades de pintura multicolor sobre lienzos. Aunque esta producción tiende a ser más abstracta que figurativa, ha experimentado hibridaciones.

Esto me lleva a reflexionar sobre la expansión de la industria productora de materias primas para la pintura. Una de las corporaciones que ha obtenido beneficios significativos es Colart, que representa sus marcas, como Winsor & Newton, Lefranc, Comte, Liquitex, Snazaroo, entre otras. Además, tiene alianzas con consorcios chinos cuyos nombres desconocemos, pero que se encuentran presentes en numerosos países y compiten ventajosamente gracias a su distribución y modelo de negocio. Sería interesante mirar si la prevalencia de lo figurativo y la representación está relacionada con la ampliación del público del arte, el cual en su mayoría desconoce el medio, pero se siente atraído por lo que le llama la atención. En este caso, lo representativo resulta menos aburrido y requiere menos conocimientos al acercarse a las obras. Además, las cualidades estéticas, aunque difieran en términos de belleza, son más asimilables para un público que, en ocasiones, simplemente busca contemplar.
La existencia de «genios» en la actualidad y quién los determina podría considerarse un tema de poca importancia, ya que los nuevos públicos han aprendido que el arte es caprichoso. Además, la cultura de masas se sustenta al mantener ciertas figuras en la cúspide de la pirámide. Existe una necesidad de venerar «dioses», influenciada por las tradiciones religiosas que aún prevalecen en nuestras costumbres ¿y porque no? en nuestra genética.

En el contexto del capitalismo de la atención, la pintura destaca como un medio más fácil de ver, fotografiar, exhibir, montar, transportar, ademas de ser más barato hacerlo. En la actualidad, la industria financiera encuentran sus mayores oportunidades donde se concentra la atención y las coyunturas geopoliticas que afectan los movimientos de las divisas y su determinación está en función del tiempo que dura esta atención y estas coyunturas. Mientras tanto, es posible obtener beneficios y dividendos, no solo a través de la inversión financiera en el posicionamiento de nuevos nombres, sino también en la inversión de capital intensivo. La pintura sustenta toda una industria de insumos y materias primas estandarizada, con altos niveles de calidad y un compromiso con el medio ambiente. Además, cuenta con métodos de distribución eficientes.

Podríamos preguntarnos cómo esto se relaciona con el hecho de que el mercado abarca y determina el valor del arte. El inversionista también se preocupa por el valor de mercado, valor de cambio e incluso su valor intrínseco, el cual se deriva de su valor social y se mide en términos de la atención generada gracias a estrategias de marketing, la atención generada por las redes sociales promovida por influencers, por los propios artistas y otros agentes en el espectro del arte tokenizado participante del capitalismo de la atención. también habría que ver una práctica que se está haciendo común, es que para que una imagen generada por Ai o (modelos generativos basadoa en lenguaje natural) adquiera valor intrínseco se traducen a pinturas al oleo o al acrílico dependiendo del caso, esta práctica y la lista de artistas crece en esta tendencia emergente.

Hola Juan,

Gracias por tu respuesta. De nuevo, el tema es algo que sucede dentro el sistema de arte contemporaneo: la valuación excesiva de cierta tipo de pintura contemporánea en particular figurativa, en un corto periodo de tiempo. Jaime además ha hecho una buena selección de los artistas que representan este tema. Es algo extraordinario como perverso. Y me parece que es necesario entender el porqué. Hay una diferencia entre la valuación excesiva en el mercado primario y secundario que debe ser discutida y ponerla en consideración frente al rol y la función de la pintura actual por los efectos que tiene en diversos niveles. Si bien la banana de Cattelan fue en la feria costosa, por el momento no sé si la banana esté en subastas incrementando su valor en factor 100. De igual manera, Abramovic, apenas con 3 obras subastadas por seis cifras, posiblemente ha originado más perdidas que ganancias. Es decir, no es objeto de especulación. Curiosamente, son precisamente las “noticias sensacionalistas” (sic) sobre precios de obras, a veces motivadas por los mismos artistas y sus galerías, las que han creado una ilusión sobre el mundo del arte como algo glamouroso, con el fin de llamar la atención a otros millonarios, unos más incautos que otros. Pero las noticias esconden los mecanismos de valuación y especulación.

“Quo vadis la pintura” pregunta qué ha llevado a esa especulación con un género de pintura y pone una mirada en ellos explicando los mecanismos con casos concretos: para dar de nuevo el ejemplo, es el 2×1. (está en el artículo) Compradores de la nueva pintura deben comprar dos obras. Una personal y otra que debe ser “donadas” a los museos públicos. Buscando el incremento artificial del capital simbólico cultural de la pieza, con el fin de incrementar el valor material en el mercado. ¿no deberíamos pensar al respecto de las consecuencias de este mecanismo que tiene para la constitución de museos e instituciones de arte y su relación con lo público? No se trata de ejemplos aislados (“basta una búsqueda rápida en internet para encontrar casos de subastas millonarias o ventas exorbitantes por obras, que incluyen, por supuesto también, arte sonoro, conceptual minimalista, o político activista.“) (sic) o de una explicación de comportamiento de los millonarios (“Los millonarios que compran arte conceptual, o pintura representacional, perfectamente podrían también haber gastado su dinero en carreras de caballos, estampitas o jarrones chinos) sino de un proceso que opera con la pintura actual.

No sé que entiendes tú por representación y no representación. No utilizo “no representación”, ni llamo “forma”, ni tampoco hablo de otras estrategias artisticas como superiores, oponiéndolas a “representación”. La llamo “avance estético” pero sin oponerla a algo ni a ninguna otra práctica artística. Así que es me es difícil entender tu lectura de mi artículo. De seguro hay de tu parte de extrapolación precisamente porque te vas más allá de lo que artículo describe, pero esa es la libertad del lector.

Tienes razón en que en tu artículo no está la definición de un Arte que no representa, como categoría opuesta a un Arte que sólo representa. Para aclarar mis dudas quisiera saber, ¿cómo denominas, o qué hace de diferente, ese arte que tras el avance estético que mencionas, ha superado la función de representación? Por poner un ejemplo, una obra de una artista validada por la crítica local como Beatriz González, pinta figuras con colores planos que se podrían parecer a las de la artista Sahara Lounge, que está en tu artículo.

Evidentemente Beatriz, ha abandonado el lienzo en función de utilizar objetos comprados en el pasaje Rivas, usando como soporte, camas, mesas, cortinas, etc, etc. complejizando las capas de sentido implícitas en su obra, con comentarios sobre la historia del arte, etc, etc. Si la artista Sahara Longe, en el año, 2023, por aburrimiento, por pereza, por mantener un mensaje simple, reconocible y digerible, ha decidido prescindir del uso de elementos extraños, y prefiere comprar 4 óleos en la tienda más cercana y representar las figuras que le interesan sobre un lienzo ¿no podría esto también estar diciendo algo en cuestión de signos, símbolos y contexto?

Sí es sorprendente el rápido crecimiento exponencial de este tipo de pinturas en el mercado y evidentemente, por muchas razones la pintura se presta más para este tipo de movimientos de capital. No creo que estas estrategias financieras logren mantenerse por mucho tiempo, atraparan a algunos incautos como dices eso sí, pero quizá así de rápido como suben, encuentren un techo y empiece su devaluación, o no. Ya se han visto movimientos similares con los NFT, que alcanzaron ventas impresionantes en tiempo récord.

Hola Juan,

De nuevo gracias por las preguntas. Intentaré de responderte precisamente con lo que terminas. Sí, la especulación exponencial es similar a los de los NFTs. La diferencia es que los NFTs no han hecho parte del acervo cultural público de manera efectiva como lo hace la pintura contemporánea de la cual hablamos. Volvamos al 2×1, y que mejor ejemplo que las bienales de Venecia que se construyen entre las negociaciones de los curadores y las grandes galerías. Sin embargo, tengo que explicarte que el Pompidou si ingresó en su colección los crypto punks. Meses después me di cuenta que ellos fueron una donación de Yuga Labs LLC, (los mismos de los Bored Ape Yacht Club, después de haber adquirido a los crypto punks, y que utilizaron el ingreso a la colección del museo francés de igual manera como lo hacen con las pinturas, aumentar el valor comercial a partir del incremento del valor simbólico). Me di cuenta de la donación un poco tarde. Dos semanas antes estuve en una conferencia donde estaba el director de colecciones digitales del Pompidou. Que explicó muy bien todos los retos que implicó ingresar NFTs al museo. Problemas legales de todo tipo, como por ejemplo que el museo sólo puede tener una cuenta bancaria, así que la wallet para los nfts presentaba un problema jurídico interesante. Si hubiese sabido el origen de la donación, le hubiese preguntado por los criterios éticos (no morales) para aceptar la donación de una firma, como Yuga Labs, que tiene acusaciones de racismo y crear esquemas Ponzis. Pero volvamos a los NFTS que se suponían una posibilidad de ganancia comercial para los artistas digitales. Al final son los “apes” los que originan las transacciones más activas, y no, por ejemplo obras de arte de artistas digitales que trabajan con código generativo u otras tantas formas de relación con el arte digital. Los Nfts excluyen muchos de los avances estéticos que emergen a través de artistas que se han dedicado a entender las posibilidades de los medios digitales para la creación de material estético y de producción de conocimiento. Este avance tienen una carrera de más de 50 año- En Alemania con artistas como Vera Molnar, Mohr, Nake, trabajos de estética teóricos de los 70 como los de Max Bense, que culminan en institutos como ZKM bajo la dirección de artistas, semiólogos y filósofos como el recién fallecido Peter Weibel.….etc. (no quiero hacer name dropping, tan sólo quiero mostrar una cartografía)

Por supuesto hay ejemplos de artistas digitales que se han beneficiado de los NFTs. Pero son más los “apes” y otros archivos digitales similares los que se han consolidado comercialmente y mediáticamente precisamente por la naturaleza especulativa de ese medio. Ya sabemos que los “apes” son cartas de entrada para personas que invierten en este esquema y que, para incrementar la excitación, por poseer un “ape”, pueden pertenecer al club que se reúne en fiestas en diferentes partes del mundo. Atrayendo (de nuevo) a incautos que sólo desean tener dinero rápido y una vida glamourosa. Al final, por su carácter especulativo financiero, los NFTs no funcionaron para consolidar una historia de avances estéticos en relación con el arte digital sino para consolidar otro aspecto. Aquí no hay juicio moral, sino la prioridad de aclarar aquello que el medio excluye. Es claro que muchos podrían escribir un ensayo sobre los “apes”. Presentarlos como “símbolos” que hablan de nuestra sociedad actual y el consumo. Yuga Labs no tendría ningún problema de encontrar el historiador de arte que escriba el ensayo, así como sucede con muchas galerías que buscan a través de textos emitir juicios de autoridad para consolidar (o tal vez disimular) la realidad que se esconde tras el éxito comercial de su artista.

Pero por más análisis culturales bien o mal intencionados, los “apes”, asi como la pintura contemporánea de la que estamos hablando actualmente se enmarcan en transacciones financieras que tienen efectos.

Como te das cuenta, para mí un avance estético no es el trabajo de un individuo sino una colectividad, en la que se forman instituciones, discursos, espacios físicos (como los espacios de exposición), y un sin número de estrategias. Desde estrategias curatoriales, pasando por estrategias de políticas culturales, hasta por estrategias de conservación, (por ejemplo, como conservar datos digitales que sólo funcionan con un browser), y llegando a estrategias de pedagogía. (cómo explicar lo que sucede, cómo enseñarlo), y dando lugar a narrativas que incluye actores anónimos, de los cuales no sabremos nada. Si bien un artista como individuo aporta con su investigación a los posibles avances, no soy partidario de las monografías que aíslan la obra de un artista. De acuerdo que ese método sirve para cubrir ciertos aspectos formales de ella, pero yo estoy más comprometido por una historia del arte social que intenta analizar las estructuras en las que él o la artista y su obra aparece, y las entiende más como únicas. Mi universidad era, por el contrario, la creadora del método de la ciencia e historia de las imágenes. Al final, muy a pesar de la tenacidad academica y el gran humanismo de mis profesores, el método terminó siendo utilizado para instaurar comparaciones formales entre artistas. Incluso cuando no se conocen a sí mismos. Este tipo de comparación es la misma que utiliza las descripciones de Sothebys y Christies cuando quieren vender a los jóvenes artistas. Es más un argumento retórico cargado de name droppings, y no de historia o ciencia del arte. Por eso me queda difícil la relación que haces entre Sahara y Beatriz. Pueden parecerse al nivel de la imagen… pero eso no me otorga la seguridad de hacer transacciones referenciales entre una y la otra. Si Sahara conoce a Beatriz, porque la vio en la exhibición del KW de hace 4 años, es una inspiración formal. Las biografías y las estructuras entre ambas artistas no son las mismas.

Pero volvamos a la pintura. Digamos que tienes razón en el significado de la obra de Sahara. Precisamente la especulación financiera con su pintura, en el momento “encuentren un techo y empiece su devaluación” puede afectarla como artista, pero más allá como una persona, haciendo que el aporte de su pintura desaparezca. La otra lección que nos da la financialización del arte es, todo aquello que no tiene posibilidad de ser objeto de especulación, es excluido. Pero muy a pesar de este efecto posible, mi posición no es moral o de escándalo. Me interesa hablar sobre un sistema de arte que cada vez está más separado. Por un lado, arte con el que se pueden hacer operaciones financieras, por el otro, arte que no funciona para ellos. No se trata de algo malo o bueno. Lo importante es para mí, entender cómo se configura lo público y cómo se configura el canón artístico con el que se construye la historia de arte. Por eso volvamos a los efectos. Los precios disparados por las obras de arte de artistas jóvenes como los que hablamos afectan también aquellos artistas jóvenes. Ellos han tenido efectos en los costos de la educación de artes incrementando el valor de las matrículas, así como creando una psicología de precios absurda. Si eres un buen artista, entonces debes costar un factor alto. En los últimos años he visto bastantes artistas talentosos colombianos, que, obligados por las galerías a subir sus precios por participar en una feria internacional, se han quedado sin sustento al no encontrar compradores en Colombia que puedan pagar el precio exigido. Sobre esos efectos son los que me interesa hablar. Una feliz tarde y gracias por tus comentarios.