Gaula

Tres artistas reunidos pueden hacer muchas cosas. A Danilo Dueñas, Carlos Salas y Jaime Iregui les dio por abrir un espacio nuevo en un barrio que está en plena ebullición en Bogotá: La Macarena. Video, escultura, pintura, performance, fotografía, instalaciones… De todo habrá en esta bodega de 250 metros cuadrados que están adecuando desde hace tres meses. El gusano de galeristas lo están cultivando desde hace unos ocho meses. Ellos hacen parte, en efecto, de esa generación de los 25 a los 35 años que se han interrogado sobre su papel en este momento. Pintar únicamente? Pasar sus cuadros de su taller a una galería y de allí a la pared de un comprador? Ser artistas aquí y ahora, para qué? No hay, sin embargo, en esta experiencia que emprenden hoy una filosofía de tipo vanguardista. O si la hay, estos tres mosqueteros la ocultan bien. A Salas, empapado de teorías filosóficas, no le gusta la palabra. Y los tres le tienen pánico a lo que podría oler, así sea de lejos, a esos manifiestos en los que los europeos basta ver la historia del arte han sido pródigos.

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¿Pintar únicamente?

Tres artistas reunidos pueden hacer muchas cosas. A Danilo Dueñas, Carlos Salas y Jaime Iregui les dio por abrir un espacio nuevo en un barrio que está en plena ebullición en Bogotá: La Macarena. Video, escultura, pintura, performance, fotografía, instalaciones… De todo habrá en esta bodega de 250 metros cuadrados que están adecuando desde hace tres meses. El gusano de galeristas lo están cultivando desde hace unos ocho meses.

Ellos hacen parte, en efecto, de esa generación de los 25 a los 35 años que se han interrogado sobre su papel en este momento. Pintar únicamente? Pasar sus cuadros de su taller a una galería y de allí a la pared de un comprador? Ser artistas aquí y ahora, para qué? No hay, sin embargo, en esta experiencia que emprenden hoy una filosofía de tipo vanguardista. O si la hay, estos tres mosqueteros la ocultan bien. A Salas, empapado de teorías filosóficas, no le gusta la palabra. Y los tres le tienen pánico a lo que podría oler, así sea de lejos, a esos manifiestos en los que los europeos basta ver la historia del arte han sido pródigos.

Claro que no se sienten ni espejo ni continuación de lo que ha sido el arte colombiano. En alguna parte, hay pues, ruptura.

Qué los une? Así, simplemente, el hecho de ser abstractos y de haber aparecido juntos en el balance que hicieron los críticos de arte de este diario al final del año pasado.

Hay otras razones o intuiciones? que concretan con suma dificultad: quieren un espacio donde los artistas jóvenes (incluyéndose ellos) puedan exponer sin hacer ninguna concesión. Hay que ver. Quieren manejar procesos a largo plazo no como un movimiento generacional sino de pensamiento.

Quieren subrayar cosas con una mirada tangencial en vez de ponerlas de relieve. En esto se entiende que parten tras lo que pueden ser experiencias u obras de arte que sugieran (o sean) hitos más que tras movimientos que pretenderían encarnar la verdad revelada…

Hay un margen grande de interrogantes que van a ir resolviendo. Por lo pronto el nombre que escogieron, Gaula, es tan ambiguo como intangible. Es corto, sonoro y enigmático. Puede ser verdad. Pero también recuerda una novela de caballería escrita en España en 1508.

Dueñas que es un romántico incurable dice que ahí se encuentran los ideales de los caballeros de antaño: amor, dignidad, fidelidad. Qué relación con ese espacio en 1991? Debe ser la primera adivinanza que formulan.

Con todo e incertidumbres, lo que es verdad es que espacios de este tipo no había entre las galerías de Colombia. Y a los tres fundadores hay que creerles la fórmula está de moda cuando afirman que ahí se verán experiencias novedosas: habrá exposiciones que durarán un día (ya está prevista una de Gilles Charalambos) o una semana (es el caso de Víctor Robledo) al lado de las otras, individuales, que se rotarán cada cinco semanas. A cada artista que exponga, le piensan comprar una obra.

No habrá un catálogo por exposición sino una revista (que recogerá todo lo publicado) cada seis meses. Tampoco habrá afiches sino una litografía en metal, firmada por la galería y el artista de turno, numerada de uno a cien. La actividad de ese espacio será grabada en video y debidamente archivada. Para que la sociedad quede en familia, la directora del espacio será María Adelaida, la esposa de Dueñas, y Amparo, la esposa de Salas, tendrá que ver con el concepto de los certámenes.

Para los cinco esta aventura comenzó el 22 de febrero. Ese día, para materializar muchos debates, buscaron bodegas en los clasificados. Encontraron una en la calle 27 # 4-35. Fatal.

Es tan grande y tan bien dispuesta que no tuvieron otro remedio: saldaron sus economías y los tres pintores entregaron tres obras para venderlas como base de la sociedad. Así, esa bodega donde se fabricaban muebles quedó convertida en uno de los espacios más interesantes de la capital. Tiene dos salas con un muro, que se acaba de instalar, de seis metros por cinco, en metal.

Este espacio se inaugura esta noche a las 7 con dos artistas: Elías Heim, un caleño, quien expone una instalación de 18 obras con varias propuestas. Y Bernardo Morillo presenta un video que se titula Euménides. Es la historia de mujeres que cuentan su experiencia en la ciudad a través de una pregunta: Cuándo supiste que eras bonita?

José Hernández**

 

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En estas fotos se puede apreciar a Miguel Angel Rojas, Carolina Ponce de León y Rafael Echeverri trazar una línea de color sobre el suelo de Gaula -con una cuerda templada y untada de pigmento- en un evento colectivo propuesto por Danilo Dueñas, Jaime Iregui y Carlos Salas en el que cerca de un centenar de miembros del medio artístico fueron invitados a dejar su línea en este espacio.*

Inauguración de Gaula, viernes 24 de mayo de 1991. Atrás, de izquierda a derecha: Arturo Jaramillo, Fernando Uhía, Carlos Salazar, Guiomar Silva, Daniel Santa, Miguel Angel Rojas, Víctor Laignelet (detrás), María Fernanda Cardoso, Eduardo Pradilla, Luz Helena Caballero, Octavio Murillo, Edna Suarez, Danilo Dueñas. Centro: Jorge alzate, Clemencia Poveda. Adelante: Kem Randall, Doris Salcedo, Carolina Ponce de León, Jaime Iregui, María Elvira Escallón.

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TCBS. Exposición de Carlos Salas, octubre de 1991.

Crítica de Jose Hernán Aguilar

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* fue el tercer evento en Gaula. Tuvo lugar en el mes de agosto de 1991.

** Periodista y editor de cultura. Publicado en El Tiempo , mayo 24 de 1991