#PensarLaEscena: «El Museo Abierto de Bogotá busca desestabilizar la noción que tenemos de un museo»

¿Por qué nombrar “museo” un evento que busca fomentar intervenciones artísticas en el espacio público? ¿el Museo Abierto de Bogotá busca silenciar o neutralizar las intervenciones críticas?, ¿en qué consiste la práctica responsable del graffiti?, ¿qué versión tiene Idartes sobre lo sucedido con el mural “Policía asesina”?

A partir de estas preguntas que plantearon @sagauno @stinkfishstink @imprometeo e @isabelcristinadiazmoreno en pasados episodios de #PensarLaEscena en torno al Museo Abierto de Bogotá (MAB), conversamos con Catalina Rodriguez, Gerente de Artes Plásticas y Visuales del Idartes.

00:00 ¿Por qué el nombre “Museo”?

03:30 Cómo se da la decisión de intervenir principalmente la avenida 26.

09:45 ¿El MAB busca ejercer un control sobre el arte crítico?

13:30 En torno al tipo de intervenciones.

26:50 Sobre la práctica responsable.

31:30 Sobre el mural “Policía asesina”

4 comentarios

Me pareció buena la aclaración sobre las temáticas en las propuestas que fue mi principal comentario y aclaro que cuando lo hice fue un comentario hacia el gremio que se dejó cambiar por la aceptación social y varios factores externos. En cuanto a prácticas responsables creo que mantienen un poco la lógica de si una mujer quiere disminuir el riesgo de ser acosadas deben vestir menos provocativamente en vez de educar a los hombres.

Por otro lado, como mencioné en mi intervención nada de lo que sucede en el arte en espacios publicos hoy en día estaría sucediendo de no ser por el graffitti de finales de los 90s y 2000. Esas personas abarcaron el espacio y cambiaron la ciudad creando todas estas dinámicas entre artistas y sociedad, entonces la práctica responsable también debería ser de la sociedad hacia los artistas. Ahora el graffiti no busca aceptación social necesariamente, pero si organizaciones externas van a tomar los espacios que se ganaron los grafiteros de manera natural, siempre habrán choques.

Aparte de esto mantengo la preocupación de los presupuestos de estos proyectos de arte urbano vs todas las demás áreas culturales para los que existen convocatorias. Como es posible que para pintar una reja hayan presupuestos de 13 millones mientras para las otras artes a duras penas se cubren algunos gastos?

Gracias por el espacio y aportes

Al colocar los espacios libre de circulación como expresiones artísticas ya sea graffiti, stencil, muralismo, pasquin, carteles o urbano, etc. son la expresión de los acontecimientos importantes del momento, cuando institucionalizo pierdo la autonomía de la critica la creatividad coartada por la institución y el espacio donde se quiere colocar el mensaje por que es el permiso, la autorización, el tema, la censura, qué paredes utilizar y cuales no, la burocracia en pleno por los recursos.

Esta entrevista comprueba la evidente improvisación del proyecto MAB, cada respuesta acude a una serie de explicaciones que no son suficientes y demuestran un desconocimiento de los códigos y dinámicas del graffiti, que más allá de una terminología, tienen que ver con una manera de hacer las cosas y entender el mundo, de marcar una mirada crítica y disidente. Por un lado, se jala del grattiti para lo que les conviene (básicamente números y cifras), mientras que por el otro es un proyecto abierto para toda la “comunidad artística». Es bastante cuestionable la explicación sobre la «práctica responsable del graffiti», desmonta totalmente la potencia de la práctica y reduce la complejidad política y discursiva de la ilegalidad a «pedir permiso» para estar en una posición cómoda y segura, pedir permiso hablando desde el graffiti marca por defecto una posición complaciente, se dice bastante en cómo se hacen las cosas. Termina siendo una advertencia? Si no lo haces así corres peligro? Puedes morir a manos de la policía por no pedir permiso? No tiene sentido.

Sobre los espacios de encuentro y discusión propuestos: qué finalidad tienen estos espacios en una esta etapa del proyecto donde ya se cometieron y evidenciaron los errores e incongruencias de diversa índole? En lo personal los entiendo como espacios para perfilar, cuantificar y legalizar las opiniones y críticas disidentes, convertirlas en evento e incorporarlas al macro proyecto. La crítica debe darse desde afuera y al interior de una escena que no está representada por este proyecto, desde ahí es que pueden construirse otras miradas, otras acciones.

1. Insuficiente la respuesta sobre la elección del término Museo, además, después de saber que Claudia López propuso ‘Galeria’. Continúa abierta la necesidad de reflexionar sobre las implicaciones, invitaciones y contradicciones del nombre Museo abierto de Bogotá para esta agenda distrital.

2. Esa idea de que «la gente decide» o decir «es decisión de ellos», también es problemática, una estrategia como la de Maratón o curaduría, en cuanto a mecanismo de selección implica una edición. Contexto social posestallido social+dinero de la convocatoria+mecanismo de elección=museo abierto. En su mayoría de espontáneas nada tienen las imágenes que se realizaron en la 26. El tema de Coordinadores artísticos para GRAFITI responsable, de entrada implica una edición, debe problematizarse el tipo de imagen que resulta seleccionada.

Una conversación en la que la persona que dirige la agenda distrital, omite o desconoce las críticas realizadas con anterioridad y supone que ahora que ella habla y todo se aclara, también es problemática. Entonces suponemos que todo está bien en el mecanismo? Y además, corremos a participar inmediatamente en la otra (como si no fuera suficiente y hasta exagerado el presupuesto) asignado a esta -y no a otras- modalidades de intervención en el espacio público.