
Quisiera tomarme un momento para explicar cuál es la relación que tuve como contratista del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes con lo que acaba de suceder el 26 y 27 de marzo en el I Encuentro Nacional sobre Salones de Artistas realizado por el Grupo de Artes Plásticas y Visuales del Ministerio, después de que algunos invitados me tildaran como «cómplice» de acciones deslucidas de esta instancia ministerial.
En el 2023 ingresé al Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes como contratista para asesorar la política pública de artes plásticas y visuales. Desde este lugar se me encomendó la tarea de pensar en un plan para el sector que fuera el horizonte de sentido de las acciones institucionales a futuro para el crecimiento y fortalecimiento de las artes plásticas y visuales en Colombia, una apuesta que la directora de artes del momento, Angela Beltrán consideraba importante y necesaria hacerse desde todos los grupos y áreas a su cargo. Cabe aclarar que para esta época 2023, artes plásticas no era un grupo sino un área de la Dirección de Artes y funcionaba con el presupuesto de la dirección, hoy en día si es un grupo y esto es una ganancia para el sector en esta administración ya que se cuenta con presupuesto específico para el grupo y sus acciones, una ganancia que no podemos dejar perder.
Ahora bien, en temas de políticas públicas el sector carece de estas. El Ministerio existe hace casi 28 años y solo se incluyeron en el compendio de políticas públicas culturales del 2010 los Salones tanto Regionales como Nacionales, no por que hayan sido concebidos como política pública, sino por su trayectoria e importancia para el sector. Cosa diferente ocurre en otras disciplinas de la Dirección de artes como Teatro, Música, Literatura y Danza que cuentan con planes, leyes y otras políticas, inclusive otra área como Circo, que hoy también es grupo, ya estaba creando su Plan y se encontraba ya muy adelantado para el 2023.
Para acometer esta tarea de construir un Plan Nacional de Artes Plásticas y Visuales se planteó en su momento una estrategia que llevara a crear confianza en el sector como primera medida, ya que a través de los años y de acciones como el último Salón Nacional de Artistas, le habían mermado credibilidad a la institucionalidad. Y como segundo propósito planificar un camino que fuera viable para completar durante esta administración.
La confianza no se impone, se gana.
Con la configuración de confianza y la viabilidad de creación del Plan se estructuró un cronograma y metodología para acercarse al sector y comenzar un camino de escucha y propuestas en doble vía que permitiera la aplicación del Plan en el 2026 después de su socialización y aval del sector. Esta metodología de descargos, escucha activa, propuestas ciudadanas y contextualización misional y administrativa fue la apuesta de co-creación de un plan, que no surgiera de un escritorio centralizado en Bogotá sino creado en polifonía con el país.
Frente a la viabilidad para ese 2023 se proyectaron 3 encuentros regionales presenciales y 2 encuentros sectoriales virtuales. Desde la cartografía del país se decidió empezar por las regiones fronterizas en el sur e ir caminando hacia el norte. Con esto en mente y contando con el presupuesto asignado configuramos una estrategia en la que en 3 puntos estratégicos reunimos diferentes agentes de departamentos cercanos, por ello realizamos el Encuentro territorial en el Cauca donde logramos alcanzar departamentos como Nariño, Valle del Cauca, Cauca y Choco, el Encuentro territorial en el Amazonas, donde tuvimos presencia del Amazonas, Putumayo, Vichada, Guaviare y Vaupés y el Encuentro territorial de Norte de Santander con el que abarcamos territorios como Norte de Santander, Santander, Arauca y Casanare, para estos 3 encuentros contamos también con presencia de ciudadanos fronterizos con nacionalidades compartidas, quienes permean las acciones institucionales en las regiones, voces con las cuales se debe contar en esta comprensión de ecosistema de las artes plásticas y visuales nacional.
Los encuentros no fueron fáciles de realizar por muchas razones, una de ellas las distancias, las cooperaciones de entes territoriales y acompañamiento por otras entidades como las académicas y artísticas, así como por el nivel de insatisfacción, quejas y reclamos hacia la institución por abandono, falta de presencia, aportes, recursos, etc. lo que generó una reticencia de entrada. Sin embargo, con la metodología planteada logramos pasar de la queja a la propuesta y desde estos dos lugares lograr un documento inicial que permitía adelantar el proceso interno, burocrático, de inscribir la necesidad de construir un Plan Nacional de Artes Plásticas y Visuales para ser tramitado en las diferentes instancias ministeriales e incluirlo dentro del presupuesto y acciones para el 2024.
Para el 2024 se traza una ruta de acercamiento atendiendo el nivel de relacionamiento sectorial requerido por el procedimiento de escritura de políticas públicas, así como por la necesidad de contar con las voces de la mayor cantidad de agentes en las diferentes regiones, tratando atender las quejas de falta de presencia y escucha que el sector planteó en los primeros encuentros. Esta ruta de acercamientos se concibió con 9 encuentros territoriales, 5 encuentros poblacionales y 3 encuentros sectoriales. A la metodología planteada se le realizaron unas mejoras entre las que se propuso incluir un punto específico de Salones ya que este fue un tema fuerte y reiterativo dentro de las conversaciones realizadas en los primeros encuentros.
Lastimosamente en el 2024 no hubo voluntad política para seguir adelante con los planes, y el presupuesto asignado inicialmente para el Plan fue reorientado hacia otras prioridades del Grupo de Artes Plásticas, lo que impidió continuar con los encuentros previstos. En algún momento se pensó asignar un pequeño porcentaje en esa nueva distribución de recursos a la realización de solo unos encuentros de salón, teniendo en cuenta la importancia que esta acción representa para el sector y que ese año se realizaban los Salones Regionales y en el 2025 el Salón Nacional, luego era pertinente y los tiempos eran adecuados para lograr acoger mejoras, propuestas por el sector.
Sin embargo, mi contrato solo fue concebido por 4 meses para ese 2024, con lo que en junio de ese año terminé mi paso por el Ministerio. Al salir dejé un documento y uncronograma de trabajo para dar viabilidad a la realización del Plan con fecha al 2026, cumpliendo todos los pasos que el procedimiento de políticas públicas plantea, alcance a sectores, poblaciones, instancias, etc. pero fue un año en el que nada ocurrió al respecto, ni al interior del Ministerio, ni externamente.
Tristemente el proceso del Plan perdió el 2024 para adelantarse y realmente cumplir la construcción de confianza, la participación del sector a lo amplio y largo del país y realizar un ejercicio de co-creación y colaboración en colectividad.
Finalmente, en el 2024 no se realizaron los encuentros del Salón y si se presentaron muchas quejas y reclamos frente a la realización de los Salones Regionales con las dificultades que todos conocemos de entrega de recursos, que no está de más aclarar no depende directamente del Grupo de artes plásticas y visuales sino de otras instancias del Ministerio como Estímulos y otros, además de otras problemáticas de las cuales tuve información hasta ahora en el I Encuentro Nacional sobre Salones de Artistas.
Pienso que en el 2024 se perdió una oportunidad importante y muy enriquecedora, en la cual por primera vez se habría podido sentar al sector y a la institucionalidad y en conjunto crear unos salones contextualizados y viables, que contaran con el acompañamiento y visibilidad esperada por los territorios y el sector, y no tener acciones o actividades que se sacan de escritorios en Bogotá y que solo sirven para cumplir metas y evidenciar inversión. Una inversión que en este caso solo quedó en pérdida de tiempo, que generó sinsabores y que acrecentó la desconfianza, realmente nada quedó como inversión, ni para artistas, ni para curadores, ni para públicos, inclusive ni para la imagen del Ministerio y del Grupo.
El no continuar con el proceso del Plan ratificó aquellas preguntas formuladas en los encuentros, ¿Para qué se hacen estas reuniones, sin nunca pasa nada con ellas? ¿Esto si va a servir para algo?, en definitiva, la no presencia ese año movilizando los temas de política pública volvió a romper la confianza.
Desde el ser ciudadana y no funcionaria
Después de mi salida del Ministerio, creí que no me volverían a llamar desde el Grupo de Artes Plásticas y Visuales. Pero cual sería mi sorpresa cuando el 17 de marzo fui contactada por el contratista «productor», invitándome a asistir al I Encuentro Nacional sobre Salones de Artistas para revisar la política pública de los programas de circulación de las artes plásticas y visuales con enfoque en la revisión del Programa de Salones de Artistas.
No voy a decir que contesté inmediatamente, me tomé mi tiempo para evaluar la pertinencia y claro está mi tranquilidad con mi presencia en este evento. Después de un tiempo y sopesando pros y contras, querer aportar como ciudadana y como artista tuvieron más peso que lo demás, así que accedí. Estaba emocionada de saber que por lo menos se había retomado el tema de los planes y que el esfuerzo, trabajo, ganas y recursos invertidos en el 2023 no habían sido en vano. Con los días me empezó a aquejar una pregunta ¿Esto será solo un paso necesario para la ejecución del Salón Nacional este año? Y un día antes del Encuentro sale en redes la presentación de los curadores del 47 Salón Nacional de Artistas (SNA), una noticia estratégicamente muy mal planteada que le imprimió un halo de pregunta al evento ¿para qué nos invitan si ya todo lo tienen planteado?
Sin embargo, y sabiendo lo difícil que es trabajar en este tipo de encuentros con el sector y querer tener propuestas más allá de quejas, que por más son muy pertinentes y valederas, aunque muchas veces alejadas de las capacidades o posibilidades administrativas y jurídicas de la función pública, di todo de mí de manera propositiva, pero a la vez crítica. El Encuentro trascendió muy bien, debo decir que fue un acierto recontratar a la persona que lidero la metodología aplicada en el 2023 y quien, sabiendo del documento construido lo retomó y no lo dejó morir en el olvido.
Ahora, a mi parecer fue un esfuerzo vacuo ya que el 47 Salón ya está marchando, tiene curadores, ya tiene comité y pues en resumidas nada de lo que se sacará de este encuentro será aplicable para este Salón. Un Salón que por lo que se dijo se realizará entre noviembre del 2025 y marzo del 2026, una fecha muy próxima, y con unos Salones Regionales empañados por las dificultades económicas del Ministerio en su pasada administración que puso a «parir borugos» a ganadores de estímulos para cumplir con sus acciones y a desistir del estímulo a aquellos que no tuvieron ni los medios ni las ganas de continuar. Vimos como los Salones Regionales se apagaron como una vela con la poca o nula comunicación de estos, la poca asistencia en las regiones a las exposiciones, lo que no logra cumplir con el propósito de un programa de circulación y mucho menos de formación de públicos. Un esfuerzo artístico desde la creación, la investigación, lo curatorial y lo expositivo de grandes magnitudes que en muchos casos tenía una gran propuesta, planteamiento o pregunta acerca de la creación artística hoy en Colombia y de la cual se debería estar hablando con ahínco hoy, pero que se quedó entre líneas y en la sombra. Pero bueno eso es tema de otro momento.
Un espacio que nos convocó para hablar de la política pública de los programas de circulación para las Artes Plásticas y Visuales pero en el cual solo intuyo que tendrá cabida en un capítulo del Plan pero del que no se dio ninguna certeza de la viabilidad y sostenibilidad económica, donde inclusive se enunció radicalmente que no se sacaría un Conpes para los Salones, donde no se vio la voluntad política de darle un giro de escucha al sector después de 5 encuentros y un documento donde se dejaron claramente enunciadas las problemáticas de estos espacios de circulación, problemáticas que volvieron a enunciarse en dos días de encuentro pero que al final inclusive para la «cómplice» de estos encuentros se sienten como palabras que se van a las profundidades del océano, un encuentro realizado para cumplir con un paso de aprobación para la realización de un Salón, un Salón ya definido sin haber tenido en cuenta los planteamientos de descentralización, de participación de los territorios y de co-creación con el sector, un salón de nuevo de oficina. Un Salón con las mismas falencias a los anteriores, con los mismos errores, ojalá no los mismos problemas financieros, pero un salón reflejo de lo que muchos en el sector creen que es la institución, sorda.
Solo espero que el tan anhelado Plan a pesar de haber perdido un año logre nacer en esta administración, pero ojalá encuentren la estrategia para hacerlo sin que sea otra de las tantas políticas públicas escritas por los mismos, socializados con los mismos 5 gatos, con poco presupuesto y plazos irreales, todo a las carreras. El sector se merece una política pública consciente, consensuada y alcanzable, un plan reflejo ojalá ahora sí de la escucha.
Elena Salazar Jaramillo
Artista, gestora y ciudadana preocupada