Más allá de lo bueno y de lo malo

caballos

Imagen compuesta de algunas obras

Hasta el 24 de Mayo estuvo abierta la exposición «Más allá del bien y del mal», en el espacio La Quincena. La muestra fue el resultado de una convocatoria, en la que se pedían trabajos relacionados con caballos, utilizando la figura equina para hablar de otros temas, como las relaciones de poder y el lugar que ocupa el animal en la psiquis colectiva y/o individual.

Habían trabajos que parecían hechos por no-artistas, o artistas ingenuos o outsiders, como una cabeza de caballo en barro, o unas fotografías de animales en fincas enmarcadas en herraduras (éstas eran, de hecho, de la mamá de uno de los gestores del espacio, que no es artista). Sin embargo, el tono de la muestra, aunque no era completamente evidente (al espectador incauto puede parecerle una exposición con obras de calidad variable), sugería que la curaduría fue un poco tongue-in-cheek: la muestra guarda un tono de autoconsciencia medio irónica, medio burlándose de sus pretensiones y de las pretensiones de las obras: algunas se toman su estética kitsch muy en serio, no muestran el más mínimo atisbo de consciencia de la propia ridiculez, y eso es absurdo, pero era de esperar al hablar de caballos, o péguese el paseo por las galerías de arte no-tan-contemporáneo, y verá equinos en abundancia, galopando, o vociferando, «Soy un caballo pintado porque los caballos son hermosos.»

Un par de obras trataba la trata de carne de caballo, que es vendida como «carne» sin denominación, como algunas iglesias contemporáneas, que se ufanan de su no-nominalidad pero trafican con emociones (sin autoconsciencia de su ridiculez) como cualquier otra institución religiosa.

El día de la inauguración se ofrecieron a los asistentes albóndigas de «carne» y, aunque quien escribe no estuvo ese día, jura solemnemente por su iglesia sin denominación predilecta, que hubiera ingurgitado felizmente dos o tres bolas de la sustancia orgánica dispuesta, en aras del espíritu aventurero y autoconsciente que es tan actual y cool en el buen arte contemporáneo.

 

José Antonio Covo Meisel

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