Pese a todo, imágenes: pese a nuestra incapacidad para saber mirarlas tal como se merecerían, pese a nuestro propio mundo atiborrado, casi asfixiado, de mercancía imaginaria.
Georges Didi-Huberman. Imágenes pese a todo. Memoria visual del Holocausto. Pág. 17. Paidós. 2000
El Comité Curatorial del 41SNA decidió incluir en cada uno de los tres núcleos conceptuales obras que considera fundamentales referentes históricos de gran legado y valor. Para el núcleo Imagen en Cuestión fue indispensable la inclusión de María, –primer largometraje de ficción realizado en Colombia-, como signo inequívoco del difícil camino recorrido por Cali en la construcción de su propia imagen.
Fue la literatura el estímulo inicial. Uno de los aspectos fascinantes de María –la obra literaria, novela cumbre del romanticismo americano- es, sin duda, la exacerbación poética que hace Jorge Isaacs del paisaje del Valle del Cauca. Isaacs despertó en muchos extranjeros el interés por conocer tan paradisíaca geografía y el español Máximo Calvo fue uno de los interesados: "Estando en Panamá el doctor Posada puso en mis manos la novela María, de Jorge Isaacs. Tomé la lectura al principio con un poco de duda, pero a medida que me interné en esas páginas me entusiasmaron y, desde ese momento, creí que allí había material para una gran película…me vine a Colombia a filmar en los mismos sitios y lugares descritos en la novela".1
El filme fue un verdadero éxito. Según palabras del historiador Hernando Salcedo Silva, en 1981: "Aún guardadas todas las distancias de los casi sesenta años de haberse realizado, la María colombiana parece ser la película más famosa y taquillera de toda la historia del cine colombiano, porque en tanto tiempo no se ha logrado ninguna que la reemplace en popularidad, a pesar de que la gran mayoría del público nacional no tenga ni siquiera idea de que existió…" [1]
Afirmación que corrobora Luis Alberto Álvarez: “La película obtuvo un enorme éxito del público, no solamente en Colombia sino en los países de habla española, constituyéndose con ello en un modelo que nunca más ha podido ser alcanzado por ninguna otra película colombiana” [2]
De allí que para las indagaciones sobre la Imagen en Cuestión del Comité Curatorial, sean relevantes este par de testimonios, pues confirman que de tan exitosa primera película filmada en Colombia [3], quedan sólo 25 segundos, unas cuantas imágenes que el público desconoce y que algunos, incluso, dudan de su pertenencia a María: pequeño rastro improbable de una gran ruina.
El lugar de proyección de estas imágenes es el mismo donde vivió la familia de Jorge Isaacs. Allí, se supone, escribió el autor los últimos capítulos de su novela, tras regresar enfermo de fiebre de “los desiertos vírgenes y malsanos de la Costa Pacífica”, donde se desempeñaba como Subinspector de Caminos.
La casa de Isaacs ha sido un hito de la ciudad y hoy muestra sin rubores su ruina; modelada por el tortuoso camino de su historia que corre paralela con la historia de la ciudad. No está de más advertir, tratándose de Imagen en Cuestión, que fue imposible que sus dueños actuales permitieran la proyección del fragmento de María sobre la fachada de la edificación. El equipo curatorial, sin embargo, ha considerado importante continuar con el empeño de superponer visualmente estas dos ruinas.
Óscar Muñoz
Integrante del Comité Curatorial
[1] Álvarez, Luis Alberto. Historia del cine colombiano. En Nueva Historia de Colombia; tomo Vl, pág. 241. 1981
[3] También es particular que Cali sea el lugar donde se hayan hecho las primeras imágenes cinematográficas – en 1899-, de las que se tiene noticia en Colombia: "Casi que con seguridad esa remota y primera filmación fue un noticiero para incluirlo entre las otras "notas" extranjeras ¿Vistas de la tranquila ciudad de Cali de 1899? ¿De un bello paisaje vallecaucano? ¿O alguna acción de trabajo: recolección de la caña de azúcar y su industrialización? Y debe detenerse la imaginación, porque de pronto se sale con algo tan fantástico como suponer que esa filmación de 1899 fue un corto esquema de María, de Jorge Isaacs”. Op. Cit
1 comentario
Resulta paradójico que en la nota de Oscar Muñoz acerca de la proyección de los fragmentos de la película LA MARÍA, se mencione con un dejo de lamento, la negativa de los actuales propietarios de la casa de Isaacs a permitir usar las ruinas para hacer dicha proyección «in situ».
Es paradójico porque los bien enterados sabemos que nada mejor para reforzar la autoflagelación expositiva tan cara al arte hipermoderno, que este tipo de situaciones en donde se puede terminar de señalar a los culpables, esos fantasmas abstractos similares a los creados por Sacher Masoch en su genial obra, los mismos que en su insensible deambular por el mundo , se niegan a ver la luz de la verdad sagrada que emana del arte.
Como en las novelas de Masoch, es necesario que exista un contrato de maltrato para que la víctima triunfe y en este caso nada mejor que una negativa. Gracias a ella y sin ir más lejos , los miembros del comité curatorial se vieron en la tarea de crear el video extraordinario que acompaña la nota de Oscar Muñoz.
Fué el ingrediente perfecto, el adendo final que completa la obra.
No sería lo mismo si los dueños de la casa hubieran dado su consentimiento. Ignoro quién o quienes son , pero seguramente les pareció una tontería.Claro, no sabían a quién se negaban a satisfacer. Nada menos ni nada más que a toda una élite del pensamiento estético contemporáneo.
Aún recuerdo las palabras de Sandro Romero Rey, a propósito del Salón:
«No quisiera convertirme en el niño del relato»El nuevo traje del Emperador» de H.C. Andersen, pero a veces siento que las obras expuestas, como el emperador de la historia, simplemente no tienen nada ni por encima ni por debajo. Ni siquiera están en calzoncillos».
Que bueno que los niños como el del relato de Andersen, son muchos. Una inmensa mayoría que no está de acuerdo en permitir el despilfarro de recursos materiales para fabricar trajes de emperador curatoriales. Que bueno que además no terminan por dejarse convencer que el emperador está vestido, como al parecer va a sucederle al mismísimo y admirable Sandro Romero Rey.
Pero es comprensible. Todos pasamos por la fase Picasso, Duchamp, Manzoni o Beuys, y después de semejante tratamiento antiburgués, es difícil saber a que se dedica la burguesía de hoy.
Sobre todo captar cómo el arte hiper-moderno actual ha llegado al increíble acto de prestidigitación que supone vivir de la nada . Más lejos aún. Vivir de «hablar » de la nada.
Y todo ello gracias a la burguesía.
En todo caso, Cali tuvo su Salón y ahora vendrán los frutos sociales y los cambios políticos. Todo se lo debemos al arte actual y sus filántropos -sacerdotes-artistas.