Más que un «Sitio Ideológico», lo que afecta actualmente al MamBo es un «Sitio de Concreto»: la obra inconclusa del Parque Bicentenario, específicamente, la placa de concreto que cubre la Avenida 26.
Les mandamos con inmensa tristeza estas fotos tomadas desde el MamBo, el dia viernes 22 de junio. Esta es la nueva vista patrimonial hacia el norte, esta es la forma de reparar una herida, curiosa manera de defender el Patrimonio y darle una obra de importancia a la ciudad como simbolo de los 200 años de la Independencia, es decir nada menos y nada mas que un ejemplo de la barbarie que cunde en el pais.
Y mientras tanto todas las autoridades sacan la mano, el contratista avanza a su gusto. Esto es lo que se ve por el momento desde el MamBo.
Por favor ayuden a circular a ver si viendo esto la gente de la ciudad se mueve a parar este abuso.
Habitando el Territorio
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4 comentarios
En realidad yo no sería tan alarmista. Luisa Ungar hace casi un año en este mismo espacio nos hacía ya una alarmista nota donde se hablaba de «la crísis del Parque Bicentenario». Sin conocer los detalles técnicos de la construcción, me atrevo a pensar que el proyecto de Giancarlo Mazzanti, inspirado en el proyecto arquitectónico de Rogelio Salmona, le dará otro cara y otro uso a este sector de la ciudad. ¿O ya han olvidado lo aventurado que era atravesar el puente que unía al MAMBO con el parque, transformado en baño de los habitantes de la calle y en atracadero después de cierta hora?
Hasta ahora el MAMBO está rodeado de concreto, eso es cierto. Sin embargo, esa plataforma que acogerá una cubierta verde, ocultando «la herida» de la avenida 26, y ese gran corredor inutilizable hasta hace poco, que bordea el MAMBO y la Biblioteca Nacional, se hará con el tiempo transitable. Los espacios públicos solamente tienen sentido si se los puede usar. Y hasta ahora este no ha sido el caso de este corredor que une la carrera 7a. con la carrera 5a.
Las obras arquitectónicas son exitosas por su uso. Yo esperaría a ver terminada la obra, que si bien por el carrusel de la contratación donde se vio implicado el ex-alcalde Samuel Moreno y los hermanos Nule, se ha demorado más del tiempo previsto. Esa obra promete y creo que el centro de Bogotá cada vez más se hará transitable. Con el eje ambiental hubo la misma resistencia, pero al final, es innegable que la ciudad ganó enormemente con esa obra.
Yo prefiero por ahora ver el MAMBO rodeado de algo de «concreto». Amanecerá y veremos, reza el adagio popular, aunque los capitalinos ya hemos esperado demasiado tiempo ese amanecer. Esperamos que esta administración del Alcalde Gustavo Petro, que le apunta a una Bogotá más Humana, le cumpla a la ciudad.
http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/articulo-214212-un-parque-200-anos-de-independencia
http://www.semana.com/cultura/gran-obra-del-bicentenario/141534-3.aspx
El eje ambiental no existe. Es un corredor de ladrillo que se despejó con el principal propósito de abrir la trocha plana para la circulación del transporte a diesel. La cubierta verde del Parque de la Independencia (que comenzó con una deforestación masiva) tiene propósitos y motivaciones puramente ornamentales: una ciudad bonita, vegetación horizontal de baja altura, lindos colores y trazado paisajístico, estilo minimal (muy chic, agradable al turista), escaso follaje, y poco valor real en cuanto a las propiedades inherentes y funciones de la vegetación en un contexto urbano: atenuar la contaminación por emisiones, atenuar la contaminación por ruido y atenuar la contaminación por partículas. Aquí la vegetación no satisface ser un filtro real. No se ve, en este proyecto, una reflexión sobre la relación entre obra de ingeniería civil y condición ambiental, sólo está presente (y desleída) en el protocolo y la frivolidad, en lo nominal, como ha sucedido con el eje ambiental, que es una siembra de bolardos en donde el progreso ha sido el pretexto para el lucro, la vanidad y el poder del contratista.
El eje ambiental, obra de Rogelio Salmona, es una obra que actualmente carece de cualquier tipo de «contrato» o acuerdo con la comunidad y sobre todo cuando de vez en cuando, de las aguas estancadas procede un olor nauseabundo; solo el hecho de que las personas «tengan» que caminar a lo largo de este, por momentos, «caño al aire libre», no significa que tenga el valor suficiente para ser considerado como «ejemplar» de las intervenciones sobre el espacio público. La intervención mejoraría sustancialmente si cada uno de los estanques deviene en una suerte de «matera» y se reemplaza, la poética pero ingenua pretensión de albergar agua, con la de incorporar diversas y coloridas flores que acompañen al transeúnte.
Habiendo aclarado esto y refiriéndome al proyecto en cuestión de Mazzanti, concuerdo – ahora si – con Ricardo, pues deben dar tiempo a que la obra se finalice. Es claro las plataformas se elevan para poder generar el espacio necesario para el transito de los vehículos en el viaducto bajo el parque. Solo por eso creo que el proyecto ya contiene un «rasgo» racional que lo justifica parcialmente, esperemos que el conjunto ofrezca esta sensación.
¿Que está pasando con el Parque de la Independencia?, ¿por qué tumbaron sus árboles?, ¿se cambió el plan original concebido por Rogelio Salmona? Conversación con Juan Luis Rodríguez, crítico e historiador de arquitectura.
Fotos: Jaime Iregui, Silla Vacía, Habitando el territorio.