En Pamplona, en el IV simposio de la ACCA (Asociación Colombiana de Curadores de Arte), la mesa de trabajo número cuatro, dedicada a «Nuevas propuestas», hizo un listado de las muestras por hacer:
—Una exposición antológica de obras de Fernando Botero que anteponga el arte a la fama, el gesto al estilo, e ignore toda su producción posterior a los años 70.
—Una exposición sobre Clemencia Lucena y su «comunismo POP»: el realismo socialista criollo de los setenta vía comunicación masiva; fotos de prensa traducidas a dibujos, series de reinas de belleza, postales y libros con obras prerevolucionarias y textos polémicos.
—Una exposición sobre la marca de la publicidad en la obra de artistas que trabajaron en publicidad (Antonio Caro, Bernardo Salcedo…)
—Una exposición de perros de artistas (habría pasarela para el desfile de los canes).
—Una exposición de artistas que hacen diseño gráfico curada por diseñadores gráficos que sopesen las virtudes y defectos de esta hibridación.
—Una exposición de todas las pinturas abstractas monocromas hechas en Colombia (incluye un dossier sobre cómo visten los artistas).
—Una exposición de los que tienen pinta de artistas pero pintan como ejecutivos y de los que tienen pinta de ejecutivos pero pintan como artistas.
—Una exposición de las caricaturas hechas por Omar Rayo, obras joviales de juventud que incluso caricaturizan su pulsión geométrica posterior.
—Una exposición de octogenarios que hacen arte contemporáneo.
—Una exposición que muestre los ambientes familiares en que permanecen colgadas las obras de Enrique Grau.
—Una exposición de pintores que dejaron de pintar (y que destacaron entre 1985 y 1995).
—Una exposición que mezcle de forma indistinta pinturas verdaderas y pinturas falsas de Alejandro Obregón (el espectador tendría que distinguir los originales de los falsos originales).
—Una exposición sobre arte y narcotráfico centrada en todos los artistas, galerístas y marchantes que tuvieron un mecenazgo mafioso directo o indirecto.
—Una exposición de un artista que fue excluido de todos los 42 Salones Nacionales de Artistas.
—Una exposición de escritores que dibujan y dibujantes que escriben.
—Una exposición de esculturas de Doris Salcedo que excluya todo texto moralizante o título ampuloso. A la entrada de la sala solo habría una pequeña frase: Salcedo, esculturas.
—Una exposición de arte postal que tenga lugar en un lugar igual de anacrónico: el laberinto que forman las casillas del apartado aéreo en el antiguo edificio Avianca.
—Una exposición sobre arte y fútbol donde los curadores narren las obras con la misma prosopopeya de los narradores de fútbol (al final habría un picadito entre artistas éticos y artistas estéticos arbitrado por críticos antitéticos).
—Una exposición de artistas sin obra.
—Una exposición de fotógrafos colombianos que documentan casos de pobreza en el primer mundo; la muestra solo se exhibiría en el tercer mundo (artistas y curador viajarían full viáticos y en business class).
La ACCA recuerda que siempre está abierta a recibir nuevas propuestas…
(Publicado en Revista Arcadia # 50)