Varias veces estuvieron en riesgo de desaparecer por decisión oficial. Hasta hace unos meses servían de refugio a algunos indigentes y de bodega a expendedores de droga y hacedores de maleficios y magia negra. El paisaje circundante estaba compuesto por maleza y en su entorno lo más llamativo era el cesped descuidado y sin cortar.
Ahora los columbarios del Cementerio Central y los casi nueve mil nichos que los componen han recuperado, en parte, su esencia de espacio ceremonial. Gracias a “Auras Anónimas”, un proyecto artístico de la maestra Beatriz González que recrea algunas de las modalidades empleadas por los colombianos para cargar sus muertos, los espacios reservados a los difuntos de otros tiempos se mantendrán en pie y en la memoria de sus habitantes.
La obra, podrá ser visitada por el público a partir de las próximas semanas y hace parte de los proyectos que conmemoran el Bicentenario de la Independencia. Y aunque el presupuesto destinado por el Distrito para su realización no alcanzó a cubrir algunos de los arreglos que necesitaba el lugar en general (especialmente en los espacios circundantes), recorrer hoy los columbarios es una experiencia completamente distinta a la vivida en los últimos años.
Como un símbolo silencioso de la defensa a la memoria, las imágenes de González son un llamado a mantener en el recuerdo a nuestros muertos, aunque no hagan parte de la historia que los expertos consideran digna de ser preservada y aunque no hayan pasado por los espacios destinados en el Cementerio Central a la “aristocracia” política y económica del país.
Por dos años, esta obra permanecerá en los Columbarios del Cementerio Central. Luego el espacio será entregado a otro artista para ser intervenido.
Recorra con Beatriz González “Auras Anónimas”, trabajo que a partir de hoy hace parte de nuestra exposición permanente “Esto no es Bonito”.
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Publicado por La Silla Vacía