Meter el pabellón de España dentro del pabellón de España, eso es lo que pretende la artista Lara Almarcegui de cara a la 55 edición de la Bienal de Venecia. Un reto que pasa por ‘deconstruir’ el edificio erigido en los años 20 por Javier de Luque, separarlo en materiales de construcción y colocar, dentro de la nave, una serie de montones: cemento, escayola, grava, madera, acero, cristal.
Una montaña de escombros de cuatro metros de altura y 500 metros cúbicos de volumen ocupará el centro del espacio. En torno a ella, otras más pequeñas con el resto de materiales, como «los ingredientes de una receta de cocina», señaló la artista (Zaragoza, 1972) durante la presentación del proyecto que expondrá en los Giardini de Venecia entre el 1 de junio y el 24 de noviembre.
Los escombros, procedentes de la planta de reciclaje de la ciudad, conforman «un trabajo escultórico (a escala 1:1) que habla del volumen» y pesa cerca de seis toneladas, lo que ha obligado a reforzar el suelo de la nave. Su trabajo «hace referencia al futuro de la construcción», al ‘después’ de los edificios y las ciudades. En otras de sus obras, la aragonesa buscaba la reflexión opuesta: colocaba los materiales intactos junto a viejas construcciones, remitiéndose al minuto cero del edificio.
«No hay en la obra de Lara voluntad de construir, sino de reconstruir», señaló Octavio Zaya, comisario de la muestra. «El lugar es el sujeto de su arte». Tanto es así que la artista niega que haya ninguna relación entre su propuesta y una crítica velada a la cultura del cemento en España. «La especulación inmobiliaria, la gentrificación… es algo que me estoy encontrando a cada ciudad que voy», explicó.
El interés por la identidad, «los antecedentes y el entorno histórico» de los lugares en los que interviene ha centrado la carrera de Almarcegui, en la estela del land art surgido en los años 60 y 70. La segunda parte del trabajo que expondrá en la ciudad de los canales es una investigación sobre la Sacca San Mattia, una isla artificial que se formó con residuos y cristales de la industria de Murano. «Uno de los grandes vertederos de Venecia», destaca, y a la vez el espacio no edificado más extenso de la ciudad. El estudio sobre este espacio ocupará el altillo del pabellón.
Los descampados se extiende ante la artista como un «espacio de posibilidades». «Tengo un problema con que el espacio esté completamente urbanizado y racionalizado», explica. Su interés por la no-arquitectura de los espacios abiertos la ha llevado a tratar de protegerlos «frente al exceso de construcción». La exposición ‘Parque fluvial abandonado’, que podrá verse hasta octubre en el MUSAC de León, es una muestra de ello.
El proyecto del pabellón de España cuenta con un presupuesto de 400.000 euros, la mitad de lo que costó la instalación de Dora García en 2011. Itziar Taboada, Directora de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), no ha desglosado las aportaciones públicas y privadas, y se ha limitado a señalar que estamos atravesando un «momento complicado presupuestariamente». La muestra cuenta con la colaboración de Acción Cultural Española.
publicado por El Mundo