Desilusionados

Esta semana se inauguró la séptima exposición del XII Premio Luis Caballero*. Si buscáramos un editorial para esta versión, -anticipándonos a propósito a la que está pendiente por inaugurar- tendríamos que volver sobre temas que parecían hace tiempo “superados” sin desconocer las diferencias necesarias sobre los modos de producción y las relaciones que proponen las obras. Lo cierto es que en conjunto las obras pueden coincidir con un título de 1986: Dramatización y des-dramatización de “el Fin”: La conciencia apocalíptica de la modernidad.* ¿Debemos a la pandemia la actualización de la catástrofe?

En la versión del año pasado, el Estallido social y el proceso electoral marcaron un ambiente -las energías desencadenadas de uno y otro proceso- en el que para muchos el cambio era posible. En medio de ese contexto fue premiado el proyecto de Nadia Granados. Por el contrario, en este 2023 se dramatiza y desdramatiza el fin. Coherentes con esta escenificación cada uno de los proyectos inaugurados presenta instalaciones escenográficas, o escenarios de la “desilusión”.

Construir estructuras geodésicas y llenarlas o “rellenarlas” con la imagen de unos “otros”, como si el arte hubiera perdido toda posibilidad de acción real en y con las comunidades.

Subir una y otra vez la montaña, representando un paisaje que desaparece, como si el tiempo del glaciar se limitara al de quien lo recorre, o al de la línea que lo dibuja.

Recorrer kilómetros de vías férreas buscando completar vacíos propios y ájenos mientras el monte, la negligencia o el olvido niegan la posibilidad del recorrido.

Presentar el derrumbamiento de monumentos y sus fuerzas colectivas como producto de la edición y de la multiplicación de pantallas. Fin del documento.


*El próximo 21 de noviembre se inaugura la última.

*De Klaus R. Sherpe