construyendo una máquina

Le invitamos que se sume a la iniciativa de la difunción e intercambio de conocimiento e ideas por medio de la recepción y contra-emisión de las siguientes preguntas, dependiendo su modo de entender.

1. ¿Cuál crees es la función actual que desempeña el artista, entendiendo a este como miembro de su sociedad?
2. Siguiendo las perturbaciones sociales de nuestra época: ¿Cómo crees que se manifiesta la coyuntura social y política en el trabajo desarrollado por los artistas contemporáneos?
3. ¿Cómo entiendes la posibilidad de un arte y/o artista comprometidos a nivel social y político?
4. ¿Qué entiendes por un artista político, crees en ésta figura (si fuese posible)?
5. ¿Como crees que es el devenir, si es posible, de un arte comprometido a nivel tanto social como político?

Recuerda que tus respuestas tendrán la extensión que desees otorgarles, pues, es de importancia para nosotros que el conocimiento que tengas sea compartido. Además, sin querer direccionar, es interesante pensar en la idea de ejemplificaciones en tu discurso y de la posibilidad de anexar textos de su autoría y/o que desees compartir con nosotros (que a nuestra vez seremos contraemisores polivocos del material obtenido).
Estamos realizando, además las mismas preguntas en formato de video, por si estás en Santiago de Cali, y de ser posible, puedas contestar a estas de ésta manera.

ANONIMO
“He escrito un poco de basura… espero que sepan reciclar”

1. Según su lectura ¿cuál es la posición actual del arte contemporáneo? (teniendo presente la distancia entre actual y contemporáneo)
R// Lo que separa lo Actual de lo Contemporáneo, es propiamente una distinción y quiero aclarar la manera en que yo lo entiendo. Evidentemente se requiere todo un tratado para esclarecer la situación, empezando por reconocer nuestra irrenunciable mentalidad occidentalizada (accidentalizada), pasando por una discusión histórica, para caer en la disputa ideológica. Sin embargo, para ahorrarme todo eso, entendamos solamente lo Actual, como lo que se presenta en diferencia a lo que se ha venido presentando, y lo Contemporáneo, como todo aquello que existe (se presenta) con relación a una época definida del hombre. Lo actual se refiere a las cosas particulares que surgen en el presente, lo contemporáneo a todo lo está presente en el presente, independiente de su momento de surgimiento. Aun así, es muy difícil que se aplique en el lenguaje cotidiano esa distinción. Ahora bien, ¿Cuál será la posición actual de ese arte que esta presente en el presente, cuál será la posición de todo ese arte polifacético, transdisciplinar, adiacrónico,…, que nos rodea? Pues, evidentemente, no puede ser una (ni dos) la “posición”, su posición es completamente incodificable, en cuanto la codificación del arte no sé a permitido, -el arte es algo que espera que surja una definición de sí, para devenir en otra cosa-. La posición Actual del arte, no se puede definir, a no ser que se quiera aceptar que es indefinible, (Autofagia).

2. ¿Cuál cree usted que es el papel que desarrolla el artista contemporáneo con respecto a su sociedad?
R// En el mismo sentido de la respuesta anterior, no podemos definir un solo papel del artista contemporáneo con respecto a su sociedad, digamos que esto depende del “que hacer” del artista del que estemos hablando, si es un pintor del peñón, no será el mismo papel que el de un artista que se auto flagela el cuerpo en público, mucho menos del que sale a la calle a ver que encuentra, y para mi todos los anteriores son artistas. En este sentido, la solución es mucho más compleja, no se trata de una definición particular, digamos por salir del paso, que el papel que el artista desarrolla en su sociedad, es un devenir constante, puede ser el decorador de la sociedad, el provocador de la sociedad, el condensador de la sociedad, el constructor de la sociedad, etc.

3. ¿Cuál es la importancia, para usted, que desarrolla el arte contemporáneo en el campo político?
R// La importancia del arte contemporáneo con el “campo político” es inigualable, desafortunadamente no se tiene conciencia de tal. Desgraciadamente caemos en el error de hablar de un campo político, como si estuviera separado de otros campos, eso es una falacia. Lo político penetra todo.

4. Cree usted en la figura de un artista político?
R// No solamente creo en la figura de un artista político, estoy convencido de que todo aquel que se pueda llamar artista, se puede llamar también político. Uno de los grandes “logros” del sistema de distribución preferencial de la riqueza (el sistema capitalista) a sido, generar, imponer o anclar, en la mentalidad colectiva, la división de los conceptos a través del lenguaje de palabras, quiero decir, que nos encontramos en un momento en el que la sociedad esta tan dispersa en el mundo, como el concepto de sociedad esta disperso en la gente, de aquí que se distinga lo político, el arte, lo económico, de lo cotidiano, de la vida.

Puede parecer esto un poco enredado, generalmente los ejemplos aclaran, nuestros espacios de deformación, la familia, la escuela, la calle,…, nos han hecho creer una serie de distinciones ilusorias, con el fin quizá, de dispersar la organización para el cambio. Así, existen hoy en día, artistas que se denominan a sí mismos apolíticos, no me atrevo a llamarlos ni siquiera “imbéciles”, por que es una palabra progresista. Lo más frecuente es que se confunda el problema político del arte, con un problema de contenido y forma, pues evidentemente no toda forma de arte tiene un contenido político explicito, pero toda su
forma es implícitamente política.

“La debilidad principal de la estética burguesa es que rechaza a priori las influencias sociales que conforman el desarrollo del arte. De esta forma, reducen el desarrollo del arte a algo esencialmente personal –un fenómeno psicológico-. Este subjetivismo es característico del actual enfoque burgués de todas las ramas de las ciencias sociales: filosofía, economía y sociología. En realidad, la idea de que el arte puede estar afuera y por encima de la sociedad es una contradicción. Aunque el arte, la literatura y la música tienen sus propias leyes de desarrollo, y que no se pueden reducir a economía o sociología, no están separadas de la sociedad por una muralla china. El arte es una forma de comunicación, aunque muy peculiar.”

5. En y desde Cali, teniendo presente el eje temático planteado, Cual cree usted que es, o debería ser, la función y el devenir de un arte comprometido a nivel social y político?
R// Antes que nada, que no se entienda el compromiso social o político, con un compromiso de carácter “asistencialista”; antes que nada, que no se crea que puede o debe ser una la “función” o el “devenir” del arte; antes que nada, que se alejen los hombres y las mujeres de la idea territorial, de la defensa regionalista, la crisis es eminentemente global. Si comparto la intención de la pregunta, que ya esta suficientemente dirigida de hecho, todos esos tipos a los que se puede llamar artistas son responsables de su entorno (entorno global), en este sentido, como primera medida deben ser concientes de ello, buscar
elementos desde la cabeza del sistema para poder llegar a pensar en lo local, en Cali, pues Cali no es mas que el reflejo de la situación planetaria.

Solo diré alguna cosa mas, contradiciendo un poco lo anterior, los artistas no tiene ningún deber de compromiso social, pueden seguir como sanguijuelas, vistiéndose con la mano del obrero, comiendo el arrozito que cultiva el campesino, comiendo la hamburguesa que ensamble el caleño en macdonald’s con materia importada, montándose en el bus que maneja el tío de mi vecina, puede hacer todo eso y más, y seguir creyendo que él no tiene nada que ver con eso, que el problema del el otro es problema del otro, los artistas no tienen ningún compromiso social, pueden seguir subsistiendo como sanguijuelas.

Para algunos que crean que si tienen o deben tener un compromiso social, les puedo decir, que este debe consistir sencillamente, en dos tipos de análisis antes de la acción: el primero, se trata de hacer una reflexión (volver sobre lo mismo) sobre el sistema global en el que se encuentra inmerso; La segunda reflexión debe enfocarse sobre el lenguaje, el lenguaje sobre el cual se quiere actuar, si se trata de Cali, se debe estudiar su lenguaje, esto implica estudiar su historia y sus modos de interrelación. Pues bien, para concluir, si los problemas sociales son eminentemente globales, las soluciones empiezan locales, las acciones están determinadas por el lenguaje de la época y el lugar donde quieren surgir.

CARLOS JIMÉNEZ
Performance, arte y política en Cali.
(05.04.06)

1. – ¿Según su lectura cuál es la posición actual del arte contemporáneo?
La verdad es que está pregunta yo no la entiendo mucho porque no sé exactamente a cuál de las distancias que mantiene el arte contemporáneo se refiere. ¿Distancia con respecto al público? Y en ese caso ¿a cuál público? Al consumidor, al deportivo, al televisivo, al popular, al culto? ¿O por lo que se pregunta es por otras distancias, como las que el arte contemporáneo mantiene con respecto a los media, al mercado, a las autoridades políticas y religiosas? ¿O de lo que se trata acaso es del interrogante por la distancia que ese mismo arte mantiene con aquello que podríamos calificar de ¨ contemporáneo ¨ signifique lo que signifique eso de ¨ contemporáneo ¨? En realidad lo que habría que hacer aquí es definir o concretar la pregunta.

2.- ¿Cuál cree usted que es el papel que desarrolla el artista contemporáneo con respecto a su sociedad?
En Cali, así como en Bogotá y en el resto de la Colombia actual los artistas que mas me interesan son los que intentan cumplir una función crítica, poniendo en cuestión con sus obras las imágenes, los hábitos y los estereotipos diseñados o articulados por el sistema de poder establecido y, que por lo mismo, tienden – como ese mismo poder – a perpetuar una situación política y social que resulta realmente muy penosa para la mayor parte de los ciudadanos.

3.- ¿Cuál es la importancia, para usted, que desarrolla el arte contemporáneo en el campo político?
Mi respuesta a esta pregunta coincide en principio con mi respuesta a la anterior pregunta, pero para que se entienda porque coincide voy a atreverme a trazar aquí un esquema histórico de las relaciones entre el arte y la política. Digamos para empezar, que ambos nacen juntos. En el período reunido en la historia del arte bajo el binomio Renacimiento / Barroco la política se convierte en una actividad independiente del poder eclesiástico, orientada específicamente a la forja y al mantenimiento del poder de Estado y sometida a reglas y a procedimientos racionales claramente diferenciados de los procedimientos mágicos, proféticos o entusiastas propios de la dominación religiosa. Esa nueva situación fue la que Maquiavelo teorizó bajo la figura de un príncipe absolutamente inmoral, dispuesto eso si a utilizar la moral (de los otros, obviamente) siempre que le fuera necesario para perpetuarse en el poder. En este mismo contexto histórico emerge el arte como una actividad y una esfera independiente o por lo menos autónoma del resto de las esferas de la vida social y no por pura casualidad o mera coincidencia sino porque el Arte – así, con mayúsculas – se perfiló desde el principio como uno de los instrumentos o de los medios más destacados con los que iba a contar el Estado Moderno, el Estado maquiavélico, el Estado de la burguesía si se quiere, para cumplir su función hegemónica. Si el este Estado es, por definición inmoral – ¨ el fin justifica los medios ¨ – el Arte, el arte que es característico del Estado Moderno, es l´art pour l´art, arte por el arte baudeleriano, cuyo epítome es la pintura abstracta, que es la pintura auto – referencial, la pintura que sólo se refiere a si misma. O, si se quiere, el epítome es el mininal art De lo dicho se deriva o se desprende que el arte actual, al igual que cualquiera otra modalidad del Arte, cumple una función política, aun en los casos en los que se niega tajante a tomar partido o a cumplir un papel o una tarea directamente partidista. El Arte es inevitablemente político porque cualquiera sea su matiz o modalidad, cualquiera sea su actualidad o su arcaísmo, cumple o satisface una función hegemónica vital para el funcionamiento del Estado Moderno. O posmoderno, o como quiera llamárselo en función justamente de la necesidad de conservar su actualidad y su hegemonía en cada nueva coyuntura política.

4.- ¿Cree usted en la figura de un artista político?
Bueno, tanto como creer, creer no: que yo soy más partidario que creyente, aunque eso de ser creyente quizás sea igualmente inevitable. Pero si, soy partidario de los artistas que mancillan, vulneran o ultrajan el aislamiento mayestático del arte – impuesto por su función hegemónica – tomando partido, abierta, obscenamente si se quiere. Como recomendaba Gabriel Celaya en un poema en el que maldecía ¨ la poesía concebida como un lujo/cultural por los neutrales ¨ y en el que invitaba a tomar partido, ¨ tomar partido hasta mancharse ¨. O como ha hecho Richard Serra, quién siendo como es un escultor postmininal, no dudó en presentarse en la actual bienal del Whitney de Nueva York con un ¨cuadro ¨ o una caricatura que es un panfleto en contra de Bush.

5.- En Cali y teniendo en cuenta el eje temático planteado ¿cuál cree usted que es o debiera ser, el devenir la función y el devenir de un arte comprometido a nivel social y político?
De nuevo pienso que esta pregunta ya la respondí cuando respondí las preguntas 2 y 3. Sólo me resta añadir que si un artista quiere comprometerse en el contexto de Cali con una crítica del poder dado, lo que tiene que hacer es analizar y estudiar las retóricas visuales de ese poder con el fin de desmontarlas o reconstruirlas de la manera más eficaz. Y que piense también en cómo hará realmente públicas esas operaciones suyas.

MARÍA IOVINO

1. Según su criterio, ¿Cuál cree que es la función actual que desempeña el artista, entendiendo a este como miembro de su sociedad?
El artista hoy y siempre es un miembro de vital importancia para una comunidad. Si bien no es posible entender su mirada y sus reflexiones directa e inmediatamente, es un sujeto que se debe valorar y proteger especialmente y en su complejidad, debido a que posee una óptica más amplia y penetrante que el común de los individuos, al igual que una capacidad de concentración superior en la comprensión del significado de lo inmaterial. El artista es el ser que sabe descifrar en el mundo formal y en el acontecer común y en el especial, tanto las formas que avienen, como el sentido más profundo que ellas conllevan (el permanente y el pasajero). La expresión de ese entendimiento es lo que da el nombre de obra a una propuesta y por lo mismo en ella no hay una comunicación directa con el público como lo pretende hacer creer la omnipresente fuerza contemporánea de los mercados.
Una sociedad tan materializada y cargada de urgencias económicas como la actual no es el contexto apto para comprender la función o el rol que desempeña un artista, razón que conlleva una responsabilidad superior para el campo que apoya y acompaña al creativo y para el mismo artista, que debe generar estrategias de persistencia evitando la contaminación o la asimilación.

2. Siguiendo las perturbaciones sociales de nuestra época: ¿Cómo cree usted que se manifiesta la coyuntura social y política en el trabajo desarrollado por los artistas contemporáneos?
Es difícil encontrar una respuesta en una dirección precisa para esta pregunta. Creo que los problemas del momento siempre marcan indefectiblemente a los artistas, pero un artista es un sujeto que desarrolla una mirada paralelo al fortalecimiento de una independencia como sujeto, cuestión que le otorga nombre e individualidad a una obra, que la carga de personalidad. El afán de orientar y de guiar por concepciones interpretativas unívocas, tan visible en el acontecer del mercado y de la curaduría actual, ha sido ocasionante de empobrecimientos y de reduccionismos. La diversidad y la diferencia siempre son factores de enriquecimiento. La fascinación que puede ofrecer un escenario rico en propuestas artísticas de trascendencia es precisamente la diversidad de miradas y reflexiones con que se abordan las mismas o similares problemáticas. Esto abre caminos y fronteras, a una sociedad, le ofrece complejidad a una escena, la aviva y la ilumina. Lo contrario idiotiza. Ha sido triste ver cómo después de los acontecimientos estremecedores en los últimos años, se plagan al día siguiente los espacios artísticos de imágenes simplistas de la caída de las torres gemelas, de la destrucción de Irak o del estallido de Atocha y cosas similares. Elucidar sentido o asumir posiciones críticas siempre exige un inside muy fuerte que no se puede cumplir en el inmediatismo que pretende la galopante aparición de Ferias, Bienales y galerías de nuestros días, ni la actual creencia en los réditos inmediatos que ofrece la “inversión” en “arte”.

3. ¿Cree usted en la posibilidad de un arte y/o artista comprometido en el campo políticos? (recuerde que no necesariamente estaríamos hablando de panfletarismo).
El artista es artista porque es comprometido con el arte y con la vida. Es claro que en cada mirada hay inclinaciones y valoraciones especiales, pero ya los problemas del arte son demasiado complejos para que el artista sea docto en otros, lo que no niega una comprensión y capacidad de expresión de lo político parela a lo artístico, o que más bien nace de la observación de lo artístico. No creo en lo discursivo que se antepone a lo artístico. Creo en lo artístico que da lugar a valoraciones extra artísticas como lo político o lo científico por ejemplo. Valoraciones que otra gente, que no es artista, lee de manera discursiva. Atravesar los problemas de la creación artística es labor de más de una vida. Es demasiado lo que pulsa la historia y cada uno de sus momentos para dar una figura de trascendencia en lo creativo. Lo que permanence destacado en la historia del arte es demasiado selecto si se le compara con los múltiples esfuerzos que desarrolla cada siglo o período en cada pequeño lugar. Y si bien en esa selección puede haber artistas como Goya, que fueron grandes críticos politicos, esos artistas son antes que nada, monumentalidades artísticas. De Goya ha salido muy extenso argumento artístico para los siglos que le han seguido. Un gran escritor como Vargas Llosa, que ha analizado con tanta lucidez situaciones políticas, resultó ser un gran fracaso como proposición política (supongo porque precisamente un artista es una artista), cuestión que no alcanza a perturbar la grandeza de sus análisis y creaciones, ni la singularidad de su escritura. Posiblemente el paso del tiempo llegue a borrar su pifia como candidato mientras amplía la validez de su obra.

4. ¿Cree usted en la figura de un artista político?
No. Y creo que crear esa categoría para el artista afecta y extravía con la retórica a la significación del arte.

5. Desde sus circunstancias, ¿Cuál cree usted que es el devenir, si es posible, de un arte
comprometido a nivel tanto social como político?
La derrota de ese arte. La invalidación de esa moda por la que le seguirá. Siempre habrá una moda y mientras más se fortalezca la jugada irresponsable del mercado del arte, más se fortalecerán las modas temáticas del trabajo artístico.

KEVIN CLARK POWER
1- ¿Según su lectura cuál es la posición actual del arte contemporáneo?
Tanto problemático como intrigante, se encuentra excesivamente atado al mercado cuyo comportamiento es cada vez más mediocre, con pretensiones de sutileza que acaba siendo brutalmente vulgar. ¿Es en el fondo una seducción hostil? Paga y pega. Los artistas suelen prestarse descaradamente a la rendición pasiva. Producen sin demasiadas preguntas para un mercado caprichoso, no siempre, pero si a menudo, ignorante. Es decir lo que nosotros llamamos cultura, y los artistas suelen llamar creación, esta invadido por el dinero – un dinero con intereses específicos, políticos o económicos. Esta claro que en la mayoría de los casos la subvención (privada o pública) o la compra (museo o colección) tienen agendas interesadas que ni siquiera se preocupan en ocultar.
El mercado se ha abierto, extendiéndose con una gula insaciable, ya que pretende globalizar el producto «arte contemporáneo», como si todo fuese poco más que otra simple operación mercantil (o quizás me equivoco yo y ya lo es), pero sin criterio (y quién hoy lo tiene frente a una oferta cada vez más dispersa y particular) para saber lo que hay que incluir y por qué incluirlo. Estas decisiones se toman, como no, desde los grandes centros que tienen el poder adquisitivo. Suelen tomarse mediante las decisiones informadas, semi-informadas o desinformadas de los museos, las galerías y los críticos; o dicho de otra manera a través de un sistema de mutuos intereses en el que todo el mundo más o menos sigue bailando. En este momento en el mundo del arte contemporáneo no sabemos cual es la historia que queremos narrar, o quizás sabemos cual preferimos narrar pero no estamos seguros de que se pueda sin que se note demasiado. Lo que si sabemos es que el poder de narrar es en sí el poder de imponer su propia narración excluyente. Gayatri Spivak argumenta que la naturaleza de subalterno implica la no-capacidad de hablar. El subalterno por su condición no tiene voz. ¿Qué quiere decir todo eso? Pues, necesitamos imperiosamente desarrollar estrategias y mecanismos para escuchar el discurso del llamado «otro», a menudo paradójicamente ni más ni menos que nosotros mismos.

2.- ¿Cuál cree usted que es el papel que desarrolla el artista contemporáneo con respecto a su sociedad?
Criticarlas de una forma aguda e inteligente a través de imágenes y textos que quieren ser algo más que un refrito de los tópicos del llamado arte político, es decir que enfocan problemas socio-culturales, socio-económicos específicos y locales. El arte contemporáneo no necesita una agenda predefinida ideológicamente pero no puede ni debe olvidarse del peso particular de sus propias realidades. Sin embargo, el arte siempre tiene una relación tensa con su propia historia. Hoy en día no hay meta-discursos sino más bien una multiplicidad de historias particulares, es decir la historia de un hombre en un lugar. Se concentra con una amplia mirada, abarcando el papel de la abstracción en una sociedad pos-tecnológica, las nuevas subjetividades, los nuevos comportamientos sociales y psíquicos, y un largo etcétera (estoy pensando. por ejemplo, en lo transnacional, las nuevas fronteras creadas por la emigración y la búsqueda de trabajo, el retrato como género como si quisiera encontrar la cara que nos representa, los nuevos patrones de la vida urbana, las subculturas del megapolis).
También diría de forma escueta que el papel del artista es plasmar el espíritu de los tiempos. Tiene que seducir, inquietar, perturbar la mirada del espectador a través de imágenes capaces de proporcionar distintas capas de lectura y de hacerle participar en la construcción del significado.

3.- ¿Cuál es la importancia, para usted, que desarrolla el arte contemporáneo en el campo político?
Todos sabemos que el arte no cambia la política pero puede tener el papel de llamar la atención de la sociedad sobre problemas particulares. No creo tanto en un arte alternativo sino en un arte parásito que se pega al cuerpo del arte institucional, chupando sangre para crear nuevas visiones y argumentos más complejos, afilados y agudos. Me interesa un arte que haga una crítica dentro del sistema (fuera los gestos suelen ser excesivamente auto complacientes), que reconozca su complicidad, pero también reconozca la posibilidad de abrir nuevos espacio críticos. Hay que reconocer que buena parte del arte contemporáneo tiene muy poco o nulo interés y se reduce, una y otra vez, a manifestaciones banales que nos come el tiempo sin proporcionar experiencia alguna.
Vale la pena citar la frase de Charles Olson, el poeta norteamericano, según la cual lo que necesitamos es una alternativa a la estructura del yo. Es una frase difícil de entender, en el sentido de como hacerlo, pero lo que entiendo es la necesidad de construir un yo más excéntrico y menos egocéntrico.

4.- ¿Cree usted en la figura de un artista político?
No. Creo a veces en un artista imaginativo, crítico, dotado de inteligencia y sensibilidad. Sin embargo el ser es ideológico y el arte tiene el papel de reflexionar sobre todo lo que le rodea. El problema es ver, articular lo cisto, matizar con claridad. Lo único que no cambia es la voluntad de cambiar. En términos de Foucault si queremos entender como funcionan las cosas, hay que analizar los sistemas de poder y así introducir elementos correctivos e interrogativos.

5.- En Cali y teniendo en cuenta el eje temático planteado ¿cuál cree usted que es o debiera ser, el devenir la función y el devenir de un arte comprometido a nivel social y político?
Está claro que en Cali no se puede evitar el análisis social, económico y político ya que marca de forma contundente el comportamiento de la sociedad. Sin embargo, la ilustración pasiva no sirve. Hace falta una crítica activa y perturbadora; es decir, encontrar representaciones imaginativas para poder hablar de temas como los narcos, la violencia, la arquitectura narco-disneylandia, el consumo vulgar, el colapso de la ética etcétera. No hay respuestas fáciles y la vida ya está demasiado empapada de tonterías seudo artísticas. Hace falta un rigor crítico, una curiosidad real, y una imaginación interrogante.

ANTONIO DUCLOS
1. Según su criterio, ¿Cuál cree que es la función actual que desempeña el artista, entendiendo a este como miembro de su sociedad?
Pienso que esta función esta basada en la idea de un comunicador de audiencias. Motivador, burlón, lanzador de cuescos, un gran embaucador capaz de interferir en el orden social y activar preguntas. Esto corresponde a la actividad de un elaborador de ideas basadas en los grandes presupuestos utópicos del modernismo sobre la restauración social. Desafortunadamente esta función no sirve, aunque nos resistimos a abandonarla. Por conveniencia.

2. Siguiendo las perturbaciones sociales de nuestra época: ¿Cómo cree usted que se manifiesta la coyuntura social y política en el trabajo desarrollado por los artistas contemporáneos?
Creo, que en este momento se manifiesta más efectivamente en la coyuntura social, el trabajo y el pensamiento de los economistas e ingenieros o las comunidades correctamente agrupadas, que el trabajo desarrollado por los artistas contemporáneos. Ningún artista tiene incidencia real en la sociedad ni en los cambios sociales que hoy ocurren. Pienso que el arte y sus grandes eventos, son meros simulacros para espantar el fantasma de la ineficiencia y la incapacidad para proyectarnos dentro de la sociedad. En resumen el arte tiene como ambición un gran proyecto político y social para la sociedad, pero no sabe como hacerlo, los proyectos artísticos son meras disquisiciones sin metodología ni rigor que efectivamente logren modificar el estatuto social. El único aporte real y concreto esta en la investigación visual e interdisciplinaria que hoy emprenden los artistas, que finalmente esta al servicio del mercado y la industria, como aplicaciones formales.

3. ¿Cree usted en la posibilidad de un arte y/o artista comprometido en el campo políticos? (recuerde que no necesariamente estaríamos hablando de panfletarismo)
No es una posibilidad es una realidad, ¿pero con quien está comprometido el artista con el arte o la política?, pienso que el artista político es un político no un artista, y un político generalmente termina no haciendo nada con el arte. En estos momentos muchos artistas coquetean con la idea de hacer un arte político, o ser políticos en su arte, cuestión que no es mas que un asidero para poder existir y participar socialmente, ante la incapacidad de tocar a las audiencias. Creo que un dj o una banda rock o pop, son mas capaces de tocar, influir y remover a una audiencia sin que necesariamente sean o se nominen artistas.

5. Desde sus circunstancias, ¿Cuál cree usted que es el devenir, si es posible, de un arte comprometido a nivel tanto social como político?
Con la anulación del artista y su sumisión plena a la sociedad, el resto es vanidad. ¿Queremos seguir alimentando nuestros egos desde la política? El arte y el artista se deben integrar a la sociedad para poder reinventarla, participar socialmente, políticamente, ayudar a la creación de otras formas de vida, sólo desprendiendo al arte de su función productiva
éste es concebible, el wu-wei, el no hacer haciendo. Lo que actualmente hacemos es una invención del capitalismo avanzado y quizás si muchos nos sentimos cómodos haciéndolo, deberíamos llamarlo de otra manera.

GONZALO GONZALES
Yo no quisiera profundizar en estos asuntos. Creo que no se debe discriminar la función de cada persona por la profesión correspondiente sino tal vez la función del ser humano. El artista creo que tiene el derecho a tener la función que le de la gana y eso es para cualquier época y lugar. No creo que se deba dar cátedra de la función que debe o no tener el artista. Eso debe quedar en la conciencia de cada ser humano sea artista o no. Además creo que cualquier acto humano es político, por lo tanto el arte y el quehacer artístico tiene un contenido político. Negativo o positivo, depende de dónde se mire.

JAIME CERÓN SILVA
1. Según su criterio, ¿Cuál cree que es la función actual que desempeña el artista, entendiendo a este como miembro de su sociedad?
Considero que hoy no es posible hablar de una noción abstracta de arte, ubicada en ningún lugar y por fuera del tiempo, sino de prácticas artísticas, entendidas como prácticas sociales que cruzan agentes, instancias y procesos diversos y comprometen concepciones y representación culturales específicas. En ese orden de ideas, la función de un artista es similar a la de cualquier profesional de otro campo social que da respuesta a la agenda política que comparte con el grupo humano con el cual interactúa. En ese orden de ideas esa función se deriva de las creencias que compartan sus miembros y los intereses a los que respondan. No creo que tenga sentido pretender homogenizar la situación del campo artístico, que es intrínsecamente heterogeneo, porque implicaría una acción hegémonica, que no es otra cosa que un interés particular convertido en general.

2. Siguiendo las perturbaciones sociales de nuestra época: ¿Cómo cree usted que semanifiesta la coyuntura social y política en el trabajo desarrollado por los artistascontemporáneos?
La dimensión política de las prácticas artísticas surge inevitablemente de la manera como un proyecto artístico, emerge de una serie de concepciones, muchas de ellas supuestas o tácitas, que movilizan una determinada agenda que determina la elección de una noción de arte, unos medios de trabajo y unos ejes o asuntos temáticos. En esa medida las prácticas artísticas representan los trasfondos ideológicos, sociales y culturales que las preceden y estructuran, en el camino de visibilizar cualquier hecho, digamos, objetivo que aborden como temática o fundamento.

3. ¿Cree usted en la posibilidad de un arte y/o artista comprometido en el campo políticos?
(recuerde que no necesariamente estaríamos hablando de panfletarismo)
De acuerdo a la anterior respuesta, no hay manera de que un proyecto artístico no opere en un escenario político en la medida en que siempre parte de creencias o concepciones sobre la propia prácticas que incorporan ideas y actitudes y asumen un lugar respecto al status quo. Evidentemente hay artistas que han intensificado esta dimensión en su trabajo hasta hacerla enteramente visible, como ocurre con las diferentes formas de activismo que han seguido en parte algunas de las brechas abiertas desde el conceptualismo y el apropiacionismo.

4. ¿Cree usted en la figura de un artista político?
Un artista político es el sujeto que elabora conscientemente las diversas dimensiones y problemas que se involucran en su trabajo.

5. Desde sus circunstancias, ¿Cuál cree usted que es el devenir, si es posible, de un arte comprometido a nivel tanto social como político?
Los compromisos social o político de las prácticas artísticas no son una sola cosa, dado que están situados en relación con las creencias, concepciones y representaciones que sostienen el conflicto o disputa simbólica que determina el papel social de las prácticas artísticas y que se utilizan como principio de distinción (o discriminación) entre unos grupos sociales otros.

Colectivo Estrato Cero