Clausuran Exposición En La Tate

Una exposición que se estaba celebrando en la Tate Modern de Londres en la que se exhibían un total de cien millones de semillas de girasol realizadas en porcelana, acaba de ser clausurada debido a que el polvo generado ha resultado ser un peligro potencial para la salud de los visitantes y empleados…

Una exposición que se estaba celebrando en la Tate Modern de Londres en la que se exhibían un total de cien millones de semillas de girasol realizadas en porcelana, acaba de ser clausurada debido a que el polvo generado ha resultado ser un peligro potencial para la salud de los visitantes y empleados.

El pasado lunes se inauguró la exposición en la que el artista chino Ai Weiwei había llenado el suelo de una sala gigante de la galería londinense, la llamada Sala de Turbinas, con una instalación de más de 1.000 metros cuadrados de réplicas de semillas hechas a mano por miles de artesanos chinos durante un período de dos años, una especie de alfombra por la que fueron invitados a caminar los asistentes a la exhibición.

Sin embargo a los cuatro días de la inauguración, el viernes, la Tate difundió un comunicado en el que informaba que “como consecuencia de la intensa interactividad de los visitantes con la instalación se ha producido un nivel de polvo de cerámica superior al esperado”.

«Hemos sido informados de que este polvo podría ser perjudicial para la salud tras su inhalación repetida durante un largo período de tiempo. En consecuencia Tate, después de haber consultado con el artista, ha decidido no permitir que los visitantes caminen a través de la escultura.» seguía el comunicado, que añadía que tenían previsto la construcción de una pasarela para que los asistentes pudieran ver la exposición desde la parte superior de la sala.

Una sala muy accidentada

Las exposiciones en la gran Sala de Turbinas se han convertido últimamente en una de las atracciones más populares de la Tate Modern, una antigua central eléctrica que se abría como espacio de arte en el año 2000 y recibe alrededor de 4 millones de visitantes al año.

No es la primera vez que una exposición en esta sala ha causado alguna desgracia. En 2006 varias personas sufrieron golpes y contusiones en una proyección móvil de Carsten Holler. En 2007, en la exposición de Doris Salcedo «Shibboleth», tres visitantes cayeron en el interior de una gran grieta irregular que recorría el suelo. Y el año pasado, un hombre resultó herido en la muestra del artista polaco Miroslaw Balka «How Is It», en la que se invitaba al público a entrar en un recinto oscuro.

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Analitica
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