Parece ser q como los candidatos a los premios Turner no son suficientemente…chocantes, el mercado va a buscar el shock a lugares más recónditos. “No es por su valor artístico, sino por su valor histórico”. De esta guisa es el argumento que se nos da para justificar el interés que despiertan las “obras artísticas” de Hitler.
Si ya Bernays aseguraba que el arte puede dotar de mayor valor a productos (o actos) de marcas comerciales de diferentes ámbitos, no cabe duda que los contextos y personajes más retorcidos pueden aportar productos que son (sobre)valorados por el mercado artístico. Los mismos productos que normalmente generan más polémica. Lo mejor de todo es que hay quien tiene dudas, y los tacha de ser auténticos fakes. Pero vamos, hasta esa autenticidad es susceptible de ser valorada por el mercado. “Oye, q subastan las pinturas falsas de hitler!”. En cualquier caso, la autenticidad de las obras no es un problema para la casa de subastas, con utilizar los términos adecuados, todo arreglado: “pinturas atribuidas a Hitler”…puestos a especular. ¿Cómo se puede decir que el valor de estas obras es histórico cuando salen a la venta con un letrero debajo q pone “pinturas atribuidas a…”?.
En esta ocasión, el premio al pensamiento naïf en voz alta es para Ian Morris…tal vez el arte hubiera hecho a Hitler mejor persona…que podemos leer en un artículo de The Guardian, justo aquí.
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