En relación con las sugerencias al IDCT, como es consejero me gustaría aportar lo siguiente, no solamente al IDCT, sino también para la comunidad de artistas plásticos.
En primer lugar, creo que -ya se ha dicho en varias ocasiones-, al hacer remuneración por ésta participación como Consejero, se pierde definitivamente la independencia como individuo, y los consejos, quedarán seguramente atados; o como mínimo, se evidencia que tal actuación, no es, como se desea, desinteresada.
Tampoco puede ser bueno que cualquiera, porque se autonomine, artista; pueda ejercer dicha función; aunque de paso sea dicho, dudo que esto suceda, dada la apatía usual de los artistas a la participación en algo que no les concierna a primera vista de un modo evidente. En relación a este punto, creo que sería mejor, que cualquier persona que se encuentre relacionada con el medio, ya sea un autodidacta, o artista de academia; y cuya actividad corriente o eventual sea objeto de tributación al Estado, pueda hacerlo; pues, en última instancia, él no diferencia entre artista comercial y artista no comercial, y ya bién desdibujado se halla tal límite. De ello dan fe, varios artistas nombrados jurados para los eventos estatales, quienes paralelamente derivan buenas ganacias de su labor como «artistas».
Como último punto, insisto: Solamente un cambio de actitud entre la población artística, podrá lograr que los Consejos de área, dentro de ellos, Plásticas, dejen de ser un simulacro de Democracia; porque si bien, dando consejos y pensando creativamente qué hacer para concursos y otros asuntos, quedó en claro (al menos para mí), que solamente algunas Instituciones consiguieron cambiar un poco algo: El vergonsoso rubro, «Apoyos», que se destinaba casi que inevitablemente al Mambo, pudo abrirse a concurso con otros museos y ONGs culturales. Es bueno sin duda; pero como individuo, me pregunto si acaso no es más vital para cualquier tipo de artista (independientemente si es considerado o no importante), buscar una seguridad social que le pueda garantizar su mínima supervivencia. Es descarado el concepto por el cual se declaró inexequible una pensión para artistas de parte de nuestro Estado: dizque sería privilegiar a una minoría, ¡¡ como si fuera sencillo sobrevivir trabajando como artista en el mundo..!! Aunque no usemos guayuco o exhibamos miseria, no se puede decir que seamos -en términos generales- una minoría privilegiada, materialmente.
Antonio Díez
P. D.: (independientemente de que sé; las cosas están hoy bien realizadas, de manera responsable, y no es el Gerente actual un improvisador que no conozca el asunto) Creo, ya es bueno ensayar otra Gerencia distinta en Artes Plásticas, incluso, solo por ver otro estilo.