La Audiencia Disponible es un registro sonoro de todo aquello que una plataforma de discusión o espacio de relaciones discursivas (y sus condiciones reales.. es decir, sus tonos de voz, sus celulares, sus llaves, sus zapatos..) es capaz de emitir. Este proyecto, cuyo ruido disocia la disciplina y propicia la pérdida de coherencia reflexiva, suele aplicarse como antídoto contra los ataques de fiebre utópica, mecenazgo ideológico y activismo curatorial.
Algunas fuerzas o combinación de fuerzas han de actuar de alguna manera en el sistema para llevarlo a situaciones de desequilibrio irreversible. Las fuerzas que traen inestabilidad e indeterminación son aquellas que no fluyen con facilidad a través de las estructuras existentes; es el ruido que el sistema afronta y que puede ser fuente de nuevas informaciones y posibilidades de transformación.
El ruido de fondo es el fondo del ser… En el comienzo está pues el ruido, el ruido que no cesa. Es nuestra percepción del caos, nuestra aprehensión del desorden, nuestro único lazo con la distribución dispersa de las cosas. El ruido destruye y produce horror. Esto en una vertiente. En la otra tenemos la ley, la regla, lo llano, la muerte, el orden y la repetición plana que están próximos de la muerte. Caminamos entre estas dos vertientes, entre estos dos abismos: la organización, la vida y el pensamiento inteligente habitan esa franja donde permanece lo mejor de las artes y las ciencias, lo menos cadavérico, una situación que hemos de reconocer como el lugar donde el ruido nutre un nuevo orden, donde lo probable es alimentado de inesperados y lo legal nutrido de información.
Mery Boom (y Gordon Pask)