Saludo cordial.
luz helena sanchez gomez
Bogotá Junio 20 2011
Sobre la mutilación e invasión en el Parque de la Independencia como efecto de las obras de Transmilenio III y el llamado Parque Bicentenario.
Agradecemos a la concejala Marta Ordoñez por su acompañamiento y la labor de veeduría que nos fortalece, también a la señora Nancy Yoruro, Personera Delegada para el Medio Ambiente por su compromiso.
Hago parte de Habitando el Territorio, un movimiento ciudadano en construcción desde hace tres años.
Nuestro origen se remonta a la cadena de violaciones de mujeres en nuestros barrios La Macarena y el Bosque Izquierdo.
Desde la movilización y el conocimiento de la comunidad hemos generado varias estrategias de convivencia y seguridad, una de ellas: VOLVER AL PARQUE. En desarrollo de ella, 500 personas firmamos con el IDRD en agosto de 2009 un ACUERDO CIUDADANO para el disfrute y la preservación del Parque de la Independencia, por casi un año nos reunimos en MESA de TRABAJO con el Instituto posterior a visita de la señora Catalina Ramirez, Secretaria Distrital de Cultura quien delego en la Señora Ana idurme Camacho.
La experiencia con este proceso, que movilizo a este vecindario del centro oriente de la capital, es que mientras que el IDRD y las demás dependencias como la Secretaria del Ambiente y Planeación Distrital certificaban y autorizaban el destrozo de la flora, la fauna y el espacio histórico del Parque, la comunidad se embelesaba haciendo recorridos ecológicos, Noches de Estrellas y Noches de Carpas sin saber que pronto este espacio seria violado de la manera mas flagrante, a espaldas nuestras y sin consideración por el proceso de diálogo iniciado.
Nosotros como ciudadanía nada tenemos que reclamar a los contratistas, llámense como se llamen y representen los poderes económicos que representen. Es de la naturaleza del capital corporativo tratar de sacar la máxima rentabilidad económica a costa de la rentabilidad social. Es de la naturaleza de los contratistas de obras en nuestra ciudad el destrozo de todo vestigio de verde y de memoria para acomodarse a los dictados del concreto y el hierro y convertir a la ciudad en una mancha gris de sur a norte y de oriente a occidente. Es de la naturaleza del capital corporativo en Colombia no producir valor público con nuestros recursos, con nuestros tributo, más si la máxima ganancia privada. Esta es la lógica que impera y que hoy indigna al mundo entero.
Nuestro reclamo se dirige a las autoridades distritales, que haciendo de la política publica un asunto entre particulares, plagada de intereses opacos, por decir lo menos, han tomado decisiones de espaldas a los intereses sagrados como corresponde a un bien público.
Nuestras demandas son para las autoridades legitamente constituidas y elegidas por la ciudadanía, mal haríamos en reclamar a quienes no nos representan. Para ello están los jueces y las Cortes.
Por diez meses ahora, hemos actuado de manera pacífica y atenida al orden institucional, insistente y perseverantemente ante las diferentes dependencias del orden distrital y nacional hemos demandado información veraz y precisa.
Lo que hemos recibido a cambio, ha sido a cuenta gotas y a destiempo y con unas características que hacen muy difícil hacerse a un mapa integral de los procedimientos y las decisiones. El carácter fragmentario, incompleto y a destiempo de la información aportada no se compadece con las obligaciones constitucionales que tienen quienes asumen la carrera de servidores públicos.
Por mandato de ley , el decreto 1905 de 1995, el perímetro del Parque de la Independencia hace parte de un Monumento Nacional, el Conjunto Torres del Parque con cuyo diseño por parte del arquitecto Rogelio Salmona y la generosidad el BCH se recupero el muladar en que habían dejado convertir el Parque en los años sesenta y setenta.
La grave afectación que se está produciendo en el cuerpo histórico representado, no solo por el Parque como pieza patrimonial, en torno a la cual a lo largo de más de un siglo se habían construido otras como el edificio El Embajador, el Museo de Arte Moderno, y la Biblioteca Nacional por el costado sur y el edificio de conservación integral por el costado oriental a la altura de la carrera 5 con calle 26 , está abriendo una herida a este pedazo de la ciudad.
El resultado es lo que hemos visto: una obra construida sin tener en cuenta el entorno paisajístico, ecológico, histórico, patrimonial de la zona, a espaldas de la comunidad. Afectar de esta manera un conjunto arquitectónico y urbanístico único, es un acto de soberbia, ignorancia y torpeza que será difícil de enmendar.
No entendemos como bienes culturales de tal dimensión, por la cantidad y por la importancia han sido puestos en manos de organizaciones que no tienen un sentido de pertenencia con su ciudad, que acuden a sistemas de cabildeo y de firmas de confidencialidad ajenas a la rendición de cuentas y a la transparencia, que menosprecian y arrinconan a la ciudadanía mediante su inmenso poder económico. Que nos invaden con sus capitales desterritorializados donde el único interés es el LUCRO INDIVIDUAL. NO EL COLECTIVO.
No entendemos cómo es que algunos de los servidores públicos con quienes hemos topado en estos meses, apenas ahora vinieron a descubrir que el Parque de la Independencia es el más antiguo de la ciudad, reproduce la vegetación de bosque montañoso, centro de avifauna y avistamiento de aves para regocijo de propios y extraños, hito y referente para generaciones de niños y niñas que se mecieron en su carrusel y se lo caminaron con sus padres y madres.
No entendemos tanta agresión, tanta violencia y tanto ataque al PATRIMONIO COLECTIVO.
No señores, su responsabilidad no es la interpretación acomodaticio de las normas, la lectura interesada de los incisos y el engaño a la comunidad.
Tenemos una sola propuesta: que se paren las obras YA hasta tanto no haya un proceso de consulta técnica, de acuerdos para reparar el daño ya causado y de mitigación de los destrozos. Es todo lo que exigimos.
Respeto, rendición de cuentas, transparencia y un alto en el camino para que hagamos acuerdos dentro del espíritu de respeto y de garantía de derechos de nuestra Constitución.
Habitando el Territorio.