Entre el 14 y el 18 de julio pasados tuvo lugar en la ciudad de México el Coloquio Iberoamericano de Crítica de Arte.
Néstor García Canclini afirmó en su conferencia que «la crítica de arte se legitimará a sí misma cuando se unan la capacidad interpretativa de los espectadores y el trabajo de investigación hecho por las ciencias sociales, en medio de la globalización que desvaneció la concepción de las obras como expresión de identidad nacional»
Al dictar su conferencia magistral “La crítica como legitimidad y disidencia”, dentro de las actividades del Coloquio Iberoamericano de Crítica de Arte (CICA) en la Ciudad de México, el antropólogo argentino señaló que la falta de estas prácticas dificulta el quehacer de la crítica y desarticula su magia y eficacia simbólica.
“La reorganización trasnacional complica la redefinición del arte, pues la mezcla de circuitos con diversos arraigos culturales se entrelazan con otra reconfiguración: la que experimentan las obras, su circulación y apreciación en una época en la que el arte se vuelve post autónomo”, añadió el escritor.
Explica que la inserción de nuevas plataformas, como el uso de las redes sociales, provoca que algunas obras artísticas se exhiban en estos espacios sin ninguna visión estética.
Ya no hay nada que diferencie al arte de otros bienes, “la frontera del campo artístico se debilita cuando los objetos con fines estéticos se insertan en los medios de comunicación, intervienen en espacios urbanos, redes digitales y esto propicia las formas heterogéneas de participación”, ahondó el crítico.
Señaló que el vínculo entre el público y los museos se ve alterado al implementar en su creación de contenidos distancia con los asistentes, pues muchos recintos adoptaron dispositivos móviles, que si bien aumentan información mediante videos y otros recursos, alargan distancia con los especialistas.
Además, provoca el incremento de artistas, visitantes, blogueros y comunidades virtuales que expanden su software libre y protocolos que rigen la transmisión del arte.
“El pensamiento crítico sobre las exposiciones de museos y las bienales se forma tanto en papel como en la web, y estamos aún por responder cómo se constituyen esos públicos al combinar el conocimiento de especialistas y amateurs”, advirtió García Canclini.
Apuntó a éstas como algunas circunstancias a las que se enfrenta la creación estética, por lo que una de las tareas es “reconstruir la crítica en el desfiladero angosto por el que circula el arte”, señaló el autor de “La producción simbólica. Teoría y método en sociología del arte”.
Tras explicar un poco el contexto por el que atraviesa el arte actualmente, mediado por el uso de nuevas plataformas de difusión, el especialista dijo que la crítica de arte es una práctica que no se lleva a cabo “en el sentido de la pragmática social”, es decir, no se realiza por los espectadores de obras, pero tampoco por investigadores.
García Canclini dijo que hace falta una teoría o narrativa capaz de explicar los procesos de diversidad por los que atraviesa el mundo, que no permite reflexionar sobre la posmodernidad que permea al arte.
“La crítica, nutrida por la discusión hermenéutica y la investigación empírica de procesos sociales de arte es más que una actividad académica”, aseguró, pues es necesaria su unión para legitimar la crítica de arte, concluyó.
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