Sin título (jurado Bienal de Bogotá de 1990). 120 x 220 CMS. Acrílico/tela. 1992.

 

 

 

Sin título. 120 x 220 CMS. Acrílico sobre tela. 1992.
Texto de Luis Fernando Valencia: “Una de las alternativas pictóricas más importantes de los últimos tiempos en el arte colombiano.”

 

 

 

Sin título. 70 x 50 CMS. Óleo sobre tela cruda. 1998.
Texto de Fernando Uhía en inglés: “La importancia de Duchamp ha sido exagerada la importancia de Beuys ha sido exagerada Baudrillard ha sido malentendido.”

 

 

 

Sin título. 150 x 250 CMS. Acrílico sobre tela. 1992.
Texto de Luis Fernando Valencia: “ Se ha perdido en brillanteces y efectos efímeros, en chistecitos visuales.”

 

 

 

Sin título. 120 x 220 CMS. Acrílico sobre tela. 1992.
Texto de Ana María Escallón: “El problema es que le color del fondo sale no como un elemento que le da cohesión al cuadro, sino como un color crudo que emerge a una superficie que intenta exactamente lo contrario.”

 

 

 

Sin título. 160 x 200CMS. Acrílico y óleo sobre tela. 1996.
Texto de Fernando Uhía: “Nueva Nacional Neoconcreta Subjetiva Global”.

 

 

 

 

Vidas Pasadas. 150 x 200 CMS. Acrílico, óleo y letras autoadhesivas sobre madera. 1997.
Texto de Carolina Ponce: “El color terroso que predomina en sus obras revela una geografía interna, mineral y orgánica que a la vez identifica la naturaleza humana, la desmesura, lo emocional y lo primario”.

Texto de Ana María Escallón: “El problema es que le color del fondo sale no como un elemento que le da cohesión al cuadro, sino como un color crudo que emerge a una superficie que intenta exactamente lo contrario.”

 

 

 

Ready-Made estilístico # 3. Óleo, acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1995.
Texto de Luis Fernando Valencia: “…no exponer una concepción del mundo como algo exterior a él, sino experimentar la pieza misma, construirla con su actividad manual, tener la vivencia de su misma ejecución, lo que convierte la obra en una pieza experimentada, evitando el objeto abstracto.”

 

 

 

Ascensión. Óleo, acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1994.
Textos de Ana María Escallón:
-“Y cada acto creativo es un enfrentamiento con la complejidad que reúne las diversas circunstancias. Así, aparece desde el tejido libre que desencadena una cascada orgánica, la trama geométrica que dispone una severidad precolombina dentro de unas superficies rectangulares, hasta el mundo del cuadrado que se repite y se une a un conjunto de posibilidades donde lo compacto continúa a través del concepto de lo frágil”.

-“ Impone la rigurosidad de la geometría que busca que un dinamismo ordenador traspase en términos visuales, las referencias simplemente reales para llegar a las imágenes virtuales”.

 

 

 

Ready Zombie. Óleo, acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1997.
Mix de textos de Luis Fernando valencia, Carmen María Jaramillo y Carolina Ponce: “Sorprende que en medio de la fragmentación que se apodera del arte nacional surja una obra abarcante, de visión unitaria, de aspecto holístico. De manera alegórica, la obra alude a la victoria del ángel sobre Jacob, como una manera de ejercer, en forma simbólica, su veto a las fuerzas oscuras que han arrasado la paz en los últimos tiempos. Encierra posibilidades múltiples. Una que en términos de superficie guarda la ilusión a través de lo corrosivo y otra que, por medio de formas, abre y cierra espacios, limita y proyecta líneas, amplia y restringe distancias. Reta y al mismo tiempo se acoge a la gravedad, como si el peso nos reafirmara la vida y nos atara a sus circunstancias”.

 

 

Ready Made estilístico # 2. Óleo, acrílico y letras autoadhesivos sobre tela. 1995.
Texto de Carolina Ponce: “…es un cambio de la filosofía del arte y de su función: en vez de una concepción de verdades absolutas, ideales, únicas, viene lo inestable, incierto, esquivo, múltiple: un juego que pone en ciernes valores institucionales o totales.”

 

 

 

Quisiera ser como tu. Acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1995.
Texto de Marta Traba: “Siempre ha sido, a pesar de sus propios falseamientos y de sus inmoderaciones, un pintor distinto a los demás. En un medio de mimetismos y plagios, esa condición es una virtud fundamental y generadora de fuerza plástica. Es un “pintor colérico” que obedece a su temperamento más auténtico: es un hecho real de la pintura colombiana.”

 

 

 

Ready Made estilístico #1. Óleo, acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1995.
Texto de Marta Traba: “Planteado en sus términos esenciales, el litigio se abre entre una definición conceptual de las formas, donde impera un rigor puro, sin atenuantes, impresionante en su despiadada desnudez, y una definición emocional del universo, hecho de fragmentos de impulsos, instintos, sentimientos, arrebatos, pasiones, donde triunfa el humos negro o la alegría, la ferocidad pasional o el lirismo.”

 

 

 

Sincronía sintética. Acrílico y letras autoadhesivas sobre tela. 1993.
Uno de los 3 textos de Ana María Escallón: “Supera la realidad para ir al encuentro de otra verdad sensible más individual, completamente fragmentada, y con imágenes tan contundentes que nos convencen de que esa parte del mundo inventado sí habla de nosotros mismos.”

 

 

 

ready zombie

Ready Zombie es una pintura de 1997. Ella resume algunos de mis intereses artísticos desarrollados desde 1990. Todo surgió con la lacónica pregunta del público y artistas acerca de mis pinturas abstractas presentadas en la Bienal de Bogotá de 1990. A la pregunta ¿qué significan tus obras?, me pareció adecuado y menos pretencioso darle una respuesta que no viniera directamente de mi boca: las pinturas deberían incluir su propia respuesta. Para esto comencé a coleccionar textos de críticos de arte nacionales en periódicos y catálogos, casi siempre publicados en esos días; luego a seleccionar frases o párrafos indemostrables. En la búsqueda, descubrí que la retórica que los soportaba era la misma que soportó las creencias e ideales de la época de la Regeneración de Rafael Núñez; de la época del Concordato con la Iglesia (1886-1942), en la que el pensamiento demostrativo, el método científico, la experimentación y el auto-reconocimiento personal y grupal fueron prohibidos y erradicados del país (¿alguna vez se han dado plenamente?), y cambiados por un obligado repaso perpetuo de los clásicos greco-latinos e hispánicos. Se me hacía increíble que en plena década de 1990, las condiciones que retardaron la modernización del país en todas sus áreas estuvieran agazapadas en esos textos, en la ofensiva publicitaria iniciada con la llamada apertura y en las políticas institucionales para la cultura y las artes.

Debido a estas constataciones, decidí hacer unas pinturas que no solamente respondieran la pregunta ¿qué significa tu obra?, sino que fueran totalmente opuestas a los ideales de la Regeneración. No hay que olvidar que el tema político fue altamente discutido en las sesiones de la Asamblea Nacional Constituyente, que resultaron en la actual Constitución de 1991, que modificaron –pero no terminaron del todo- el esencialismo platónico promovido durante la Regeneración.

A la nociva herencia esencialista de la Regeneración había que oponerle un tipo de obra que promoviera el pensamiento relacional. Los elementos dados en mis pinturas de esos días son: la tradición pictórica occidental (expresada en la técnica del óleo/tela y en la copia de imágenes de libros “oficiales” de historia del arte), las frases críticas y los logotipos multinacionales. El efecto era la imposibilidad del surgimiento de la pregunta ¿qué significa tu obra?, debido a la oportunidad del observador de relacionar por su cuenta la información exterior proporcionada por el artista. Esto se opone a la tradición esencialista, que cree en la existencia de un pathos o energía que “nace” con el artista y se expresa políticamente en la omnipotencia del Estado y en el “carisma” lírico de sus representantes.

El pensamiento relacional aparece por el estudio, la comparación, la experimentación y la administración de recursos exteriores, terrenales, que llevan inexorablemente a una re-utilización de la capacidad analítica del artista, del observador y de la sociedad, capacidad castrada por la tradición esencialista.


Fernando Uhía

 

 

 

 

 

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