poética y aterciopelos

La cultura occidental tiene dos fuentes principales:

-Una es la herencia Judeo-cristiana.
-otra es el legado greco-romano.

De allí parte todo.

Ambas marcan la evolución de la conciencia que hoy tenemos de nuestro mundo.

La herencia teológica del cristianismo medieval incluyó en la creación artística la idea del “espíritu”, que viene de Plotino y que incluso aun en el siglo XIX sigue presente en el Romanticismo. En el pequeño fragmento de José Eustasio Rivera que pasé hace poco también aparece la alusión psicológica al “espíritu”.

Este término me parece de los más bellos creados alguna vez en Occidente.

De otra parte, el punto mío es el siguiente: ante un medio artístico en Colombia intensamente preocupado por las últimas banalidades de la crítica anti-post-institucional de la estación invierno – verano de Nueva York, yo propongo algo de pronto más sincero, que es una revisión constante y meticulosa de conceptos, de nociones, de ideas históricas a veces dejadas de lado, para rescatarlas y recuperarlas en nuestro entorno particular, con el fin de generar reflexiones nuevas, obras diferentes, posiciones distintas.

Todo esto buscando dejar el estancamiento en que estamos en el arte del país.

Es allí donde me parece que la “poética” y la “metafísica” (que no creo que se opongan como lo afirma Jorge Peñuela) son nociones que enmarcan un espacio amplio para salir un poco de este atolladero de preocupaciones sobre el escabroso mundo actual.

A pesar de la desconfianza de alejarse de una supuesta “sensibilidad contemporánea”, (a la cual parece que no le queda bien retomar ciertas consideraciones frecuentemente por temor al qué dirán), yo creo que toca más bien parar ya con ese racismo que a veces se le da a ciertos términos, a ciertas posiciones o a ciertas ideas, supuestamente por “no ser de nuestra época.”

Ahora bien que quede bien claro que la poética y la metafísica no tienen en lo absoluto nada que ver con la última toma de yaje de los aterciopelados, ni con los personajes que en el centro de Bogotá venden escritos de pésima calidad.

Tampoco busco hacer circular un retorno a Bachelard, aunque últimamente pienso que este autor da pistas si logramos evitar relacionarlo inmediatamente con un hipismo trasnochado.

Desde hace algunos años investigo sobre la tradición teológica especulativa que viene de Pseudo Dionisio Areopagita (fin del siglo V – comienzos del siglo VI) y que insiste sobre el rol de las imágenes para el conocimiento de nuestro mundo y de la naturaleza celeste.

A las vanguardias actuales les dejo el ruido de la ciudad.

Es bueno salir al campo… mirar la naturaleza… Recordar los paisajes de Pierre Bonnard…

Dimo García