La enseñanza y el aprendizaje del arte o cómo evitar ser comido por una jirafa

El arte no se puede enseñar y el que crea que lo puede hacer va a ser un mal profesor. Un buen maestro es aquél que se piensa a si mismo no como un maestro, sino simplemente como un artista. Del mismo modo, un buen estudiante es el que no se ve a sí mismo como  estudiante sino de nuevo,  como un artista. Todo lo que hay y puede haber entre un profesor de arte y un estudiante de arte es una conversación -un espontáneo e informal intercambio de ideas, conocimiento y experiencia- y esto ya es suficiente.

Desde la estetificación del arte en la era moderna, el arte  trata de particularidad, de individuación, de encontrar qué clase  de artista es uno en relación con todos los demás; así que enseñarlo está destinado a ser problemático, porque ¿cómo puede un ser enseñar a otro cómo ser?. En psicoanálisis, el analista ayuda a encontrar la particularidad del individuo entre lo general. Hay un deseo y este es su  deseo personal; narcisismo y su propio narcisismo. Así como en  arte hay un discurso en torno a la pintura y una dimensión diferente es la relación que el artista establece con su propia manera de pintar; así hay procesos y en este marco el proceso es personal.

Si un maestro tiene el deseo de transformar a un estudiante, de formar o dirigir su práctica, entonces va a proyectar su propio deseo en el estudiante donde imagina que lo puede dominar. Del mismo modo, si un estudiante cree que un tutor puede autorizar su práctica, decirle qué está bien o qué está mal, qué decisión tomar, a quién mirar, a quién leer, etc; está proyectando su deseo de legitimación, autorización, validación en el tutor, y solamente va a terminar más confundido que al principio, porque estaría procurando satisfacer el deseo de alguien más y no el propio.

El viejo proverbio Lacaniano acerca del insecto que imita una rama viene a la mente: el insecto puede ser tan bueno imitando la rama que termina siendo comido por una jirafa. Esto es un asunto de identificación: si usted se identifica con algo o alguien diferente a usted mismo, no puede culpar a nadie  si no es reconocido. Ser un artista significa hacer su mayor esfuerzo para no ser comido por una jirafa.

Identificación, creencia y deseo. Éstas son cosas importantes cuando hablamos del arte,  de su enseñanza y aprendizaje. La Identificación consiste en  insertarse en el lugar de otro para no ser visto por los demás o por usted mismo. Hacemos esto porque es mejor que la imposición limitante de la individuación. Volviendo al insecto que imita la rama, es porque, para él, lo más peligroso es ser él mismo, así que se convierte en algo diferente. Se identifica como un palo porque «piensa» que es más seguro ser palo que insecto palo. Eso es identificación.

La creencia es muy similar pero más consciente. Si la identificación es  convertirse en otro inconscientemente, creer es tomar partido con el otro, conscientemente, contra uno mismo, porque el otro sabe más. La Creencia opera en torno a estructuras de jerarquía y de autoridad, mientras que la identificación ocurre en cualquier lugar independientemente de  la percepción de autoridad. Ambos tienen que ver con la autoría de uno mismo, o la autorización de uno mismo, que son claves en la discusión sobre arte y su enseñanza y aprendizaje.

El deseo es central a todo esto. El deseo, o el disfrute, es lo que nos define, es lo que nos distingue. El deseo solamente puede ser habitado y experimentado desde un lugar y un tiempo que es el yo*, el yo fundacional. En la creencia y en la identificación, el deseo pasa a través del otro y solamente puede ser disfrutado mediante la legitimación del otro, la autorización por parte del otro. El deseo deja de serlo, o lo es, pero ya no es mío. Esto es problemático para la enseñanza y el aprendizaje del arte porque es fácil para un «estudiante» de arte quedar atrapado en el deseo, o en el deseo percibido, del profesor: ¿Qué quieren que  yo sea o haga?

La tercera vía, la localización de mi deseo en mí mismo y para mí mismo solamente es lo que es dificil de hacer y difícil, si es  posible, de enseñar. Pero esto es lo que debe ocurrir si usted se va a convertir en un artista. Debe tener la capacidad de habitar su deseo y de tolerar las consecuencias limitantes de hacerlo, es decir, el hecho de que cuando estoy comprometido con mi deseo solamente yo puedo vivirlo, esto me marca y me separa, me limita y me expone, me hace visible, y el mundo del arte puede ser un lugar  humillante si es visto como hacer algo «incorrecto».

Por supuesto, esto es también una experiencia muy liberadora, y aquí surge otra dificultad en la enseñanza y el aprendizaje del arte. Si, una vez me ubico en mi propio deseo y soy totalmente mi propia autoridad, entonces nadie más puede tener influencia alguna en lo que estoy haciendo, porque mi deseo no necesita, por definición, ningún reconocimiento o legitimación externos, porque si lo hiciera ya no sería mi deseo, seria identificación o creencia. ¿Entonces para qué necesito un profesor?

Voy a comenzar un MFA en Goldsmiths en Septiembre y antes de la entrevista estuve conversando con una amiga que estaba en el pregrado allá y también estaba aplicando para la maestría. Habiendo preguntado a los tutores de la maestría que tipo de estudiante buscaban, ella me contó que ellos habían dicho que buscaban gente que quisiera y pudiera hablar de arte. Según ella,  dijeron «Nosotros hablamos de arte. Mucho. Y usted debe estar de acuerdo.»

Lo que nos lleva de nuevo a la idea de conversación y psicoanálisis. El psicoanálisis es simplemente dos personas en una sala hablando y escuchando. Eso es todo. Pero, de alguna forma, como por arte de magia, es transformador. Toma un tiempo largo, pero es tranformador. ¿Cómo?, ¿Qué sucede en esa sala y en esa conversación? y ¿Por qué es eso una analogía importante para la enseñanza y el aprendizaje del arte?

Si los insectos que imitan ramas tuvieran pensamiento consciente, tarde o temprano uno de estos insectos inteligentes vería que  su vecino es comido -precisamente por ser endemoniadamente bueno imitando un palo- y pensaría: «Un momento, eso no debería pasar, qué tan bueno es mi instinto de protección si termina en ser comido por una jirafa?». Ese insecto palo luego empezaría a hablar con otros insectos palo y  advertirles sobre los peligros de ser demasiado buenos imitadores. Para los humanos, a diferencia de los insectos palo, y especialmente para los artistas, la supervivencia biológica no es tan importante, lo que es importante es la supervivencia simbólica (una distinción que trágicamente hemos perdido de vista hoy).

El significado en arte proviene de lo que ya ha sido metabolizado culturalmente. Si usted no sabe que está siendo metabolizado,  puede estar haciendo algo que significa algo distinto a lo que  quiere que signifique. Yo puedo estar alegremente pintando cuadrados blancos sobre fondos blancos pensando que estoy haciendo obras sobre la pureza y simplicidad, sin saber que Malevich hizo lo mismo en 1914 y que eso significaba la ascendencia del hombre sobre la naturaleza. Un profesor me puede ayudar a saber eso y, aunque yo no tenga que dejar de pintar los cuadrados blancos, puedo entonces tener una conversación más precisa y consciente con el suprematismo. Yo podría, por ejemplo, decidir hacer mis cuadrados un poco torcidos como los cubos de arcilla de Rebecca Warren, para desenmascar la certeza machista de los suprematistas.

La función del tutor es llevar lo que usted está haciendo hacia la consciencia, hacia el discurso. Y esto, de nuevo, sucede en el  psicoanálisis, donde el psicoanalista, al reflejar hacia el paciente lo que dice y piensa, le permite llevar sus pensamientos inconscientes al lugar de la consciencia donde pueden ser trabajados para comprender su significado.

Hablando de Rebecca Warren, ella alguna vez dijo que llegó un punto en Goldsmiths en que ella tenía que seguir sola, cuando realmente clavó sus libros de Fischli y Weiss para evitar que la influenciaran más. Hasta ese momento había estado haciendo lo que creía y luego se dio cuenta de que tenía que seguir sola para limitar su propio deseo y ser responsable de él.  Pero quien puede decir, y menos que nadie todo tutor, cuándo y cómo puede suceder esto? Y quien puede incluso decir que su presencia o apoyo tienen algo que ver con ello?

Todo lo que el profesor puede hacer es poner al estudiante en un contexto más amplio y ayudarlo  a ver el significado real de lo que está haciendo. Entonces es responsabilidad del estudiante  tomar lo que el tutor le dice o descartarlo. En psicoanálisis el analista debe ser cuidadoso de cuanto le dice al analizado, porque si es mucho pronto generará resistencia. Y si bien  la resistencia puede ser útil para revelar la estructura de la neurosis, también puede ser la causa de que el paciente abandone el análisis. Esto se debe a que tener un colapso narcisistico es algo extremadamente doloroso. El colapso narcisista consiste en que la auto-imagen – lo que uno piensa que es- es deteriorada. Los colapsos narcisistas son importantes porque si nunca los tuviéramos podríamos convertirnos en psicóticos en arte y no nos desarrollaríamos artísticamente. En las escuelas de arte suceden muchos colapsos narcisísticos  cuando los tutores – y los estudiantes –  exponen entre sí el significado real y el sentido de sus acciones.

Por Andrew Bryant

Traduccion para Esfera Pública: David Peña Lopera, Liliana Sánchez, Luis Rogelio Hernandez

Andrew Bryant es artista plástico de origen Británico. Desde 1993 expone y desarrolla su obra que involucra masculinidad, perdida e identidad. Actualmente cursa el primer año de la Maestría en Artes Plásticas en Goldsmiths Universty of London. Editor de “Artists Talking» para AN Magazine http://www.a-n.co.uk/artists_talking, editor independiente para Tate Gallery (Turner Prize, Ben Nicholson and Roni Horn micro-sites). Colaborador del proyecto Tate/Oxleas “Salud mental y las artes”.  2010 artista invitado por Q-Art en la Galeria Matt Roberts.  Desde 1997 se  desempeña como docente en insituciones de educación superior y universitarias, Camden School for Girls, the Tresham Institute y London College of Communication.