E S T U D I O
M A R Z O
en
M I A M I
Deleite
Afirmaciones interpretativas, reflexiones discursivas, asignaciones de carácter filometasófico; juicios en todo caso, de valor estético, de valor conceptual, de valor existencial acerca de: 111111111 X 111111111 = 12345678987654321.
Si se piensa en contener un infinito, de antemano se establece una forma paradójica de operación, un imposible que se posibilita en el momento de la materialización del concepto. Imposible contener un absoluto, el absoluto tendría (por lógica) que ser el contenedor, pero la lógica en ese caso, sería una lógica pragmática, “contenedora” y oblicua. Y para qué repetir lo que ni siquiera se nos ocurre sino que damos por sentado. La contención de una totalidad inexistente es lo que da vuelco a esa lógica medieval y pragmática, entumecida por la pereza mental. Contener arena en una estructura arquitectónica, un espacio creado con un fin social, revierte nociones de autoridad (instituciones, condicionamientos, estructuras), revierte creencias.
El contenedor se convierte en molde, el contenido en objeto esculpido, la conjunción de ambos es lo discursivo: una estructura axiomática que funciona como fórmula sintáctica y semántica. Se desordena una lógica para poder crear un nuevo orden, este orden da pie a una nueva gramática que por consiguiente establece un nuevo significado, un discurso. El gesto de contención es dialéctico. Se da un proceso de significación a partir de él. Esto puede ser cierto de todo proceso artístico, sin embargo en el caso del trabajo de Susana Eslava y Daniel Olarte, la dialéctica se vuelve protagonista. La disertación a partir de la escogencia de elementos como la arena incalculable, incontable, inconmensurable; el espacio vaciado y pensado como agente estático, que por sus condiciones físicas es un inherente molde si se quiere; el gesto de llenar una inmensidad con un conjunto de minúsculos, un conjunto finito que aparenta infinitud; posibilita una tesis discursiva a partir de un proceso sintáctico que obliga el análisis de una híper-realidad materializada¹.
Así entonces, la simulación del acto de contener el infinito se convierte en la realidad aparente, condicionada y obligada por los artistas, que de manera descarada se atreven a afirmar que lo pueden hacer, que pueden encapsular de manera vulgar lo interminable, que pueden asir al toro por los cuernos. Y lo que es más desconcertante es que nunca sabremos si lo están haciendo en realidad. Nos hacen observar desde afuera, nos imposibilitan la entrada, nos condicionan a la eterna preguntadera, y nunca sabremos si es verdad o mentira. Entonces lo que en principio consideramos revolucionario y novedoso, una gran masa de arena volcada dentro de un espacio- ahora nos resulta hegemónico y algunos lo tomarán como verdad y otros se sentirán indignados por no saber que hay detrás, por no saber que trata de esconder.
Y, habrá otros, por supuesto, a los que no nos importe ni lo uno ni lo otro, porque sencillamente no nos interesa encontrar la verdad en el simple acto de volcar un balde de arena, sino el deleite en hacerlo y ver esa arena desparramada.
María Mercedes Salgado
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¹Debido al carácter que decidí de manera consciente y arbitraria atribuirle a este texto, me permitiré el uso de la referencia citada a continuación –una referencia ultra-presumida, parte de la nómina de la bibliografía del mundo del arte: Este concepto de híper-realidad es planteado por Jean Baudrillard como un estado permanente de la posmodernidad en donde las posibilidades de realidad son moldeadas por múltiples medios creando un percepción de cantidades infinitas, siendo meras representaciones finitas, un estado híper-consciente de paralelos, un mundo copia de estímulos simulados: la M de Mc Donald’s crea un mundo posible de una promesa de comida idéntica y eterna, siendo la M solo una M y la comida no-idéntica y finita. Baudrillard Jean. Simulacra and Simulation.