Sin título (Bogotá 2009) de Tania Bruguera no tuvo lugar el miércoles 26 de agosto. No. La pieza comenzó ese día, pero ahora mismo está sucediendo, y seguirá deviniendo durante un tiempo, en muchas bifurcaciones.
Hay varias aristas en las cuales el trabajo ha proliferado: El reguero mediático que viene inundando este esferapública y otros medios desde el jueves, es una de ellas. Toda discusión a partir de la pieza y en torno a ella, todo rumor, toda especulación, todo chisme, análisis y reflexión, son ramas de acción efectiva del trabajo. El remezón dentro de la institución misma de Hemisférico, la “revelación” de algunas dinámicas de ejercicio de poder dentro de la facultad de Artes en la Universidad Nacional, la serie de sainetes intermedios y posteriores, unos en vivo, otros escritos, son parte de la pieza. Y no es que estuviese planeado así, la compleja estructura del trabajo le ha permitido proliferar de esta forma, rebasando a la artista como autora, involucrando a otros actores-autores, expandiéndose rizomáticamente.
Las primeras reacciones y lecturas sobre el trabajo desde la noche del miércoles, se están asentando para dar paso a vistazos complejos.
Este texto aún en caliente, se envía dada la premura. En él se desarrollarán cinco aspectos, de los cuales tres están casi listos. Los dos últimos se publicarán posteriormente:
i. Política:
Desde su posición de poder como artista prominente en el campo artístico a nivel global, Tania dribló el proceso de regulación que se intentó ejercer sobre ella desde la organización del encuentro. Para Hemisférico, un evento netamente de izquierda inteligente, censurar a una artista invitada sería inconcebible. Por esto, Tania se movió con agilidad dentro del margen de tolerancia del encuentro. Se dieron vacíos de comunicación y coordinación entre ella y la organización, pues algunos requisitos de la artista eran imposibles de proveer por razones éticas y legales, desde la institución. Eventualmente, Tania terminó resolviendo lo que necesitaba para poner a funcionar su trabajo. Aún cuando algunas personas internas al evento sospechasen que Bruguera podía introducir un polvo intolerable en su performance, no se le podía parar hasta no haber empezado el evento, pues no habría posibilidad de comprobar si el polvo que rodaría en bandejas sería simplemente azúcar.
La pieza es política: para que ésta se de, la artista ejerce poder paso a paso, estratégicamente, para alcanzar un objetivo.
ii. Autorización
La mañana siguiente a los sucesos en la Universidad Nacional, Tania tuvo una charla académica de casi tres horas en la Universidad Javeriana, abordando su portafolio personal y contextualizando esta obra suya en Bogotá. Más de una voz especializada inquirió sobre el proceso de investigación detrás de su trabajo en la UN. En principio y lógicamente, se esbozó la idea de que solo un proceso profundo de investigación y vivencia, autorizaría a alguien a proponer un “debate pacífico” sobre la “construcción política del héroe” en el contexto colombiano. Ante el cuestionamiento de la solvencia de su proceso de investigación y de la solvencia de conocimientos sobre los temas y problemas que planteó abordar en su “encuentro preformatico”, Tania afirmó haber hecho una investigación, pero tener obvias limitaciones.
Tania explicó detalladamente cómo esta pieza de Bogotá es la tercera de una serie de cuatro, de las cuales dos se realizaron hace unos años, una en Cuba en y otra en Alemania, y otra está por realizarse en Palestina. Explicó también que uno de los ejes de este tipo de trabajo es lo que ella llama “imaginarios políticos sobre contextos” (a imaginarios, yo añadiría la palabra dominantes). Esto quiere decir que cuando hizo la pieza de Cuba, trabajó con el “imaginario político” dominante sobre ese contexto y usó imágenes de Fidel (para el mundo, si se piensa en Cuba, se piensa en Fidel). En Alemania hizo un pieza que generaba imagen a partir del “imaginario político” de campos de concentración y, consecuente con ese tipo de lógica, en este contexto decidió trabajar con el “imaginario político” (dominante) sobre Colombia, ergo, violencia y cocaína.
El término “imaginario político” podría substituirse por el de “imagen estereotípica dominante” y, aunque sea riesgoso para la carrera de un artista, es lícito meterse a trabajar en un contexto desde el ámbito de una imagen estereotípica. Tania ha venido llevando cabales procesos de investigación a lo largo de su carrera. La artista, a conciencia, decide enunciar desde su situación como agente externo, desde la imagen precaria y limitada sobre el contexto colombiano, configurada desde información en medios de comunicación masiva a nivel mundial. Enuncia desde el estereotipo, ejerciendo su derecho cultural, desde sus coordenadas como sujeto. Ahora, hay que estar muy seguro para hacer algo así, porque una pieza ambiciosa pero simplona, podría ser nefasta, o una pieza simplona a secas, quedaría sin resonancia. ¿Por qué nadie ha dicho nada sobre la pieza de Regina José Galindo al inicio de Hemisférico, en la que un médico forense reordena los huesos de un esqueleto de plástico? Ese es un caso de estereotipo puro e inocuo, es una acción representacional, sin resonancia. (Lo siento Regina, es un comentario chato e inmediato que no le hace justicia a la alta densidad de otros trabajos tuyos, pero en este caso sirve de ejemplo).
Ahora bien, dicho esto, yo pienso en estas preguntas: Tania verdaderamente creía que era posible sentar a un paramilitar en la misma mesa con un líder de desplazados y una ex guerrillera, dentro de la Universidad Nacional, invitar a grupos activistas de extrema izquierda de la universidad a “que hablen”, abrir las puertas del edificio (de la escuela) de Artes al público y a los visitantes extranjeros de Hemisférico y esperar a que se de un debate pacífico? Le interesaba eso como acto performático? ¿Eso era lo que le dejaba vislumbrar su “imaginario político”?, o acaso alcanzó a entrever que lo suyo era una receta para una Fuenteovejuna en un espacio cerrado con más de quinientos invitados, donde como dice Víctor en su texto “Más Filas”, hasta de pronto se podía haber perdido la vida?
iii. Riesgo:
Por todas partes. Recordemos que esta es la artista que hace dos meses mes estuvo sentada en la Bienal de Venecia dándole a la ruleta rusa con una bala verdadera. Realmente, todos en Hemisférico tenían que inferir que Tania no iba a salir con azúcar en polvo. En eso hay riesgo para la artista, para los organizadores, para los anfitriones, para los desinhibidos consumidores. Por otro lado, cualquier local con dos dedos de frente podría calcular que un paraco encerrado dentro de un edificio en la UN corre riesgo de muerte, y de paso, lo correrían las personas localizadas cerca de ese blanco.
Muchos entramos al recinto advertidos del tema. No estoy seguro de cuantos estarían legítimamente pendientes del “diálogo pacífico” entre los convocados para el panel. En verdad, creo que más de uno corrió el riesgo de entrar al sitio con la perversa ilusión de ver cómo reaccionaba tal combinación de ingredientes. A mí me sorprendió ver como, en la más pasmosa parsimonia, algunos artistas y personalidades -la creme del arte local y otros invitados-, iban cogiendo puesto entre sonrisas y guiños, en los cómodos asientos vinotinto alrededor de la tarima del panel. Sentí que sería ridículo acercarme uno a uno a susurrarles “oigan, si llega el paramilitar y aquí están los guardias rojos, les puede caer un petardo en la cabeza”. Yo miraba la incesante multitud atiborrando el lugar, miraba el escudo humano sentado rodeando el panel, veía a mucha gente con mochilas llenas –más de una vez cuando estudié en la Nacional vi a gente sacar petardos en un instante de una mochila así…- y en ese ámbito de difícil discernimiento entre lo real o irreal, pensaba en sandeces, como cómo se le estiraría el pelo y se le tiznaría el rostro a la maestra Doris, sentada con su pashmina en el centro y primera fila, si un encapuchado lanzaba una papa al panel. Levanté mi sillita y me la llevé a un extremo, cerca de las escaleras para poder pararme en ella, tener visibilidad, grabar y en todo caso, poder saltar por la baranda y rodar hacia el primer piso. Creo que estaba preguntándome si el paramilitar se atrevería a meterse en la boca del lobo sin un arma, me preguntaba cómo podría ser el contrato con el paraco para que pudiera exponerse a tanto, dudaba que pudiera ser real. Y por suerte, para él mismo, para los inquietos, los despistados, los cínicos y los inocentes, su astucia le hizo no ir al panel, habiendo entrado ya a los predios de la UN. El “para” apagó el celular y salió caminando despacio de la ciudad universitaria, se tumbó la plata (la mitad del total acordado) que le había pagado Tania, tal vez pensando “Ni por el putas… Así me paguen millones, no me meto a que me linchen allá adentro”.
iv. Ética y responsabilidad
v. Simulacro e hiperrealidad:
Andrés Matute
4 comentarios
Que se pretenda teorizar o darle un contexto teórico a un acto de desprestigio y claro desprecio hacia las artes plásticas y hacia las academias de arte rebosa la copa.
Como investigador en arte y como artista comprometido me resulta increíble que existan profesores de arte, que luego de ese bochornoso incidente pretendan llevar un acto de improvisación y oportunismo al terreno de las ideas sobre arte.
¨Toda discusión a partir de la pieza y en torno a ella, todo rumor, toda especulación, todo chisme, análisis y reflexión, son ramas de acción efectiva del trabajo.¨- Dice Matute.
Por favor, pongámonos serios. Si se va escribir una reflexión al menos que no sea partiendo de manipular de esa manera al lector.
Andrés:
Ha esbozado unos argumentos que me hacen pensar que las y los artistas sin imaginación y sin herramientas conceptuales sólidas corren el riesgo de quedar reducidos a desempeñar el innoble papel de ayudas de cámara de los investigadores sociales. La única manera de salir con algo de dignidad de las redes «simplonas» del conceptualismo posmoderno es por medio del pensamiento creativo: «la compleja estructura del trabajo le ha permitido proliferar de esta forma, rebasando a la artista como autora, involucrando a otros actores-autores, expandiéndose rizomáticamente». Usted es quien aporta la complejidad. La pregunta es, ¿para qué? En este caso sería más noble ofrecer disculpas, pero por supuesto, las «diosas» no se pueden permitir estas debilidades. La teoría en la crítica de arte es útil sólo cuando ilumina, es un estorbo cuando confunde, es una traición al lector cuando mixtifica la realidad.
Andrés precio su trabajo plástico, pero en este texto usted deja la impresión de que confunde al lector para justificar las manipulaciones de una artista; usted las ha llamado eufemísticamente dribles. Por lo que usted cuenta, manipulación a los organizadores del Hemisférico, a las directivas de la universidad, ¿a usted también? Pero lo más grave, es la manipulación de las víctimas del conflicto colombiano. En mi opinión, la última es lo más grave porque con las víctimas lo que se configuró fue una traición. ¿Sabían los invitados que iban a amenizar el espectáculo decadente que montó la señora Bruguera en el edificio de Bellas Artes de la Universidad Nacional, el espectáculo de obligar a los estudiantes a ver a sus maestros echarse un pasecito y viceversa, cuando los tres panelistas monologaban? ¿Monologar es hablar? Hablar es dialogar y por lo que usted cuenta Bruguera no lo sabe. Una limitación cognitiva.
Usted acaba de revelar detalles delicados. Dices que los organizadores conocían el proyecto pero que no sabían sí en verdad se realizaría como estaba previsto y que por lo tanto esperarían a que comenzara para suspenderlo. La verdad no cumplieron con lo que usted nos cuenta: no querían suspenderlo: la distribución de cocaína no cesó apenas hubo comenzado el show, sino después de haberse ofrecido muchas rondas.
Me quedó clara una cosa de su compleja argumentación; primero iba a decir confusa, luego densa. Los artistas contemporáneos que hacen investigación social sin estar preparados para ello finalmente se encuentran con “obvias limitaciones”. No obstante, no creo que sean las “obvias” limitaciones metodológicas con que se encuentran los artistas cuando pican el señuelo de los investigadores de las ciencias sociales, pues finalmente es excusable. Las limitaciones de la señora Bruguera son de pensamiento creativo, las cuales evidencian a todas las demás. 1) Las cognitivas, a las cuales ya me he referido antes. 2) Las éticas. Tengo la certeza de que la señora Bruguera traicionó a las víctimas de guerra que invitó a su panel.
Primero apunta y después pregunta
He visto las imágenes de los performances de Tania Bruguera. A estas las preceden los comentarios, opiniones y juicios de todos aquellos que fueron y vieron la obra de la artista, al igual que de aquellos que lo vieron por captaciones y transmisiones. Como es de esperarse, internet, al igual que el museo y que los otros cubos (e hipercubos) blancos, no es neutro ni objetivo, por lo cual he decidido leer la mayor parte de las documentaciones publicadas, con el fin de perfilar mis lecturas y preguntas generadas por la pasada de la raya de la artista cubana en Bogotá.
Primera pausa. Qué espera usted de la mano del artista (extranjero)?
Apropiándome e interviniendo el título de la obra de Humberto Junca, mis primeras reflexiones se posan sobre la pertinencia de obras POLITICAS hechas por artistas extranjeros, cuando los contextos locales no les tocan directamente. Antes de Tania Bruguera (el satánico menage-à-trois guerrilla, paramilitares y droga), estuvo Pierre Pinochelli (el diabólico trio farc-autodefensas-Ingrid Betancour), y Gianni Motti (sus mensaje telepáticos dirigidos contra Ernesto Samper para que dimisione de la presidencia). Estos tres ejemplos de obras, y de las reacciones despertadas en el público, desembocan en el mismo punto: un rechazo de los colombianos por una intromisión en la vida del país.
Estas tres obras, fuera de ser ejemplos de intervenciones artísticas muy pobres (simples reciclajes simbólicos hipermediatizados de coyunturas sociales, reducciones formuladas por el furor de lo anecdótico y de lo informativo de último momento), me enfrentan a preguntas como: Es legítima la exclusividad de estos temas para los artistas nacionales? O, refomulando, por qué los espectadores (artistas o no) reaccionan solo con las intervenciones internacionales y no con las nacionales?
Es típico ver que frente a las adversidades siempre se levanta ese falso y envidioso espíritu de nacionalismo. Es el sentimiento de rechazo cuando se confronta y reconoce la imagen estereotipada del conflicto colombiano en el resto del mundo. Al mismo tiempo me pregunto si no es la reacción que despierta aún ese complejo de inferioridad del colombiano frente al extranjero reconocido (de éxito). Hay que recordar o informar que una de las estrategias de Tania Bruguera, utilizadas en sus últimos performances, ha sido de hacer reaccionar el público para que este sabotee su obra. Estas reacciones solo han afirmado la metodología de una obra poco interesanteque busca inscribirse en la historia del arte por el heroísmo de su creadora.
Queda por preguntarse por qué la curaduría del evento aceptó este proyecto, sabiendo las suceptibilidades que iba a despertar. Se buscaba un efecto pantalla para llamar la atención de la gente? Por qué su reación de desaprobación después del acto llevado a cabo? O aún mejor, hubieran sido capaces de hacer lo mismo con un artista colombiano?
Segunda pausa. Legalidad versus Legitimidad.
Si la mano del artista hace arte, podremos llamar esta acción artistear. Pero cómo artistear y en dónde? Sabemos que toda artisteada tendrá una justificación bien o mal alimentada por su creador. Provocar un encuentro entre une representación de la guerrilla, una de las fuerzas paramilitares y LA COCAINA, en otros términos, reunir los criminales internacionales latinoamericanos por excelencia sin explicar sus vínculos, en un ámbito constructivo, de diálogo y de formación como la Universidad, tiene la insulsa intensión de pasar la raya, el límite, gratuitamente. Es una reducción más del pensamiento artístico al poner objetos ilegales en exhibición (incluyendo en objetos los discursos de los sujetos). Hacer de esta ilegalidad, un consumo visual, cultural, olfativo, entre otros.
Creo que hacer un ready made con estos elementos amputados de un contexto desconocido es muy decepcionanate por parte de un artista de Reputación internacional, pero al mismo tiempo no me sorprende, cuando vemos en Europa y en América, el insaciable hambre de la esfera artística por exponer obras sensacionalistas y que ponen en primer plano los conflictos sociales de los países menos favorizados, o los problemas políticos internos de estos (corrupción, nepotismo, tiranías, dictaturas, asesinatos, etc). La artista cubana ha sabido jugar con sus orígenes, para posicionarse como alguien que tiene el peso moral y la pertinencia para hablar de estos temas, si tenemos en cuenta sus orígenes. Pero creo que hay que ver más lejos y hay que preguntarse si el mundo del arte ha reemplazado la exhibición del arte aborigen por quella del arte de los desfavorecidos, y que muchos artistas sacan provecho de esta desigualdad jerárquica y humana como estrategia de mercado.
Ahora, pasando del otro lado y sirviendo de abogado del diablo, o peor aún, de sembrador de cizaña, cuestiono la posición de los organizadores del evento. Ellos, con el pleno conocimiento de la obra en mención, intentaron excusar (o hacer comprender o simplemente advertir) la legitimidad de la obra y del artista antes de abrir las puertas. Después, de forma bastante hipócrita condenaron en frente de todos el performance, sirviéndose de la excusa de la legalidad del contexto. Utilizan un artista para atraer gente y después niegan las artistadas que ellos han patrocinado? Es cierto, la producción de droga ha generado muertes, conflictos bélicos, desplazamientos humanos, mulas, arrestos, etc, etc, pero estas razones no justifican la actitud del comisariado del evento, el cual quedó, como se dice popularmente, tirando la piedra y escondiendo la mano.
Frente a la encrucijada legitimidad artística y legalidad normativa, las instituciones (organizadores de eventos, galerías, museos, independientes, underground, etc), podrán algún día dejar de lado la excusa de la legalidad para poder dar un espacio ajeno a los prejuicios morales y cívicos, y aceptar proyectos sin que el razgamiento de vestiduras se imponga frente a la calidad de la obra o de su lectura. Y si se llegara a esta utopía, los artistas podrían aceptar el desafío de hacer artistadas menos sensacionalistas o amarillistas?
Pero, siguiendo los comentarios de Andrés Matute, mas allá de mi apreciación negativa de la obra, asimismo de la posición del público del performance y de la institución organizadora durante el mismo, son los efectos de ésta, y esta serie de cuestionamientos las que marcan una eficacia del proyecto: la obra que sale de sí misma, y de su autor, un accidente del o en el proceso.
Carlos Franklin
Bueno, en ningún momento se avisa quienes serán los panelistas. Creo que eso era muy importante, muy pocos sabíamos que venía un paramilitar. Y estoy de acuerdo, menos mal no llegó.
Es muy fácil resolver esas preguntas que usted se hace en torno a la decisión de sentar a este grupo de personas a «hablar» en este momento. Se puede ajustar cualquier discurso y funcionará. Cualquier acto se puede sustentar, más aún en frío pues las respuestas en torno a este tema no llegan. Y claro, no llegarán. Ya la escandalera hizo lo suyo.
Es tan básico decir que la performance no ha terminado, toda obra sigue después de haberse hecho pública. Así que obvio, la discusión forma parte del ejercicio de exponer un trabajo, pero póngase serio que esto que estamos haciendo aquí NO ES el trabajo. Aquí lo que hay es tela para cortar.
¿Revelación de algunas dinámicas del ejercicio de poder? El agua moja Matute, que no se le olvide.
Pero bueno, haga su tarea y por favor termine esos textos para que nos siga explicando. Esperaré ansiosamente para leerlos.
Pd. Regina Galindo trae a Colombia el esqueleto de un niño. Yo también pensé que era de juguete…