también caerás

Que un proyecto curatorial contemple una convocatoria, es ya una cosa rara. Uno se imagina que la investigación curatorial lee un contexto como paso inicial para definir una problemática, tema, asunto, que emerge de uno o varios tipos de producción artística. Lo que uno no se imagina jamás es que se recurra a una convocatoria como dispositivo que pretende leer un medio cuando de antemano se tiene un tema definido.

Esto no es nuevo. En el salón nacional pasado -que tenía más puertas de entrada que un estadio- los más de doscientos que enviaron por la convocatoria quedaron viendo un chispero, pues seleccionaron sólo diecisiete. En esta oportunidad enviaron menos de la mitad y quedó una proporción similar. En esa oportunidad, también había un tema definido de antemano.

Hay cambios. Antes le caía toda el agua sucia al ministerio. Ahora le cae al curador. Más si esta convocatoria es su carta de presentación y no lo es la curaduría, el argumento, el tema, el problema que arma todo el tinglado expositivo.

Obviamente hay malestar. Y mucho. Pero, ay! que aburrición otro debate sobre estas vetustas, obtusas, impredecibles, mamotretudas, pretensiosas, equívocas, insensatas, arrogantes, maltratadoras y ultraconflictivas exposiciones panorámicas.

Bueno… y la bendita curaduría de qué trata? Alguien tiene ese dato? Será que Natis nos puede contar?

2much!

Mery Boom