Sugerencias para el IDCT y el Sistema Distrital de Cultura, con énfasis en las Artes Plásticas:
1. Que el Gerente de Artes Plásticas realice un censo tentativo de las personas que en Bogotá dicen que se dedican a los asuntos del arte, desprovisto este censo de cualquier calificación acerca de lo que es buen o mal arte, es decir, independientemente de una línea ideológica del Gerente de Artes o de alguien más. Estas personas se encontrarán automáticamente inscritas como posibles elegidos y/o electores al Consejo de Artes Plásticas por el sólo hecho de aparecer en el censo. Este censo puede convocarse por Internet u otros medios de difusión sociales (prensa, radio y televisión) y bastaría con que la persona afectada se inscribiese como «artista». En cualquier caso, el IDCT no exigirá ninguna justificación y será suficiente y necesario el que cada una de las personas consultadas se declare o renuncie a declararse «artista».
2. Que los Consejeros de Artes Plásticas no tengan ningún vínculo contractual con el IDCT ni durante su ejercicio como consejeros, ni durante un lapso de tiempo de un año antes a iniciado su ejercicio o un año después de terminado su ejercicio.
3. Que los Consejeros de Artes Plásticas no puedan ser jurados, otogar o recibir premios en acciones convocadas por el IDCT. En el caso de ser miembros y artistas, que no hayan expuesto durante un periodo de un año antes de iniciado su ejercicio como consejeros en espacios en donde el IDCT pudiera tener alguna capacidad de decisión o influencia, que no lo hagan durante su ejercicio, y que tampoco lo hagan un año después de terminado su ejercicio.
4. Que se declare nula la elección de un consejero si sus votos son inferiores a un 40% de la razón entre la cantidad total de inscritos -según el censo propuesto- y la cantidad de miembros del Consejo. Ejemplo: si hay 10 consejeros y 5000 personas en el censo cualquier elección con una votación inferior a 200 votos (40% de 5000/10) será declarada nula.
5. Que se considere una falta grave del Gerente de Artes Plásticas la imposibilidad reiterada de un cierto número de veces para elegir un Consejo de Area (Ej.: 3 veces).
6. Que se establezca dentro del sistema la posibilidad de que el Consejo de Area vete iniciativas personales del Gerente.
7. Que se extiendan las funciones de los Consejeros de Area a la discusión sobre los presupuestos, y no meramente a las políticas culturales del sector.
8. Que ningún gerente de Artes Plásticas pueda permanecer en el cargo durante más de cuatro años, tiempo suficiente para dar continuidad y exhibir los resultados de una línea de acción específica.
9. Que se establezcan salarios para los Consejeros y términos de permanencia máximos en los Consejos.
Un Consejo en donde cada miembro ha sido elegido con cuatro, cinco o diez votos, no puede ser considerado ni representativo ni participativo. Lo que es aún peor, tiene los vicios de los dos sistemas, y las ventajas de ninguno. Por un lado, el vicio «representativo» de distribuir el poder de gestión e influencia en favor de sí mismo o de sus allegados por méritos de afinidad ideológica o simpatía y de ignorar deliberadamente la presencia de una abstención que ha sido siempre mayoría; por otro lado, el vicio «participativo» de tomar ventaja de esa abstención para justificar sus decisiones: la administración sigue en obligación de no excluir a los contribuyentes aun cuando ellos se nieguen a asumir un rol en los procesos de participación. No participar no es razón para ser ignorado por una institución estatal.
Creo que un silencio de la institución alrededor de estas sugerencias equivale a decir que están concientes de los vicios y que lejos de subsanarlos planean profundizarlos por vía de la indiferencia puesta en práctica en la esfera pública. Por supuesto, se puede renunciar a la institución, sin embargo este estado de cosas debería suceder sí y sólo sí la institución renuncia también a los impuestos de los contribuyentes.
Pablo Batelli