Mientras Bogotá y el centro discuten la válidez de la curaduria y el criterío escogido para hacerla real, en el sur de colombia ya estamos viviendo el experimento en carne propia. El 7 de octubre se dió apertura en Neiva al Salón Regional Sur con dos curadores a bordo. Lo que se ve, no es un salón de artistas como lo dice el nombre, sino un salón de curadores. Dos proyectos que entablan un diálogo forzado y en el cual la región no se siente plenamente.
La muestra ocupa los tres pisos de la Biblioteca Departamental del Huila y abarca 75 obras de 52 artístas, en donde abundan la pintura y las intalaciones. Ausente el dibujo, el perfomance, el video land y otras yerbas postmodernas. Las dos propuestas son abordadas de distintas formas; Jaime Ruiz lo hace desde la academia, Osvaldo Granda lo hace de lo lúdico. El experimento resulto menos participativo y mas impositivo (al mejor estilo uribista), cualquier pataleta, se calla con «usted no encaja en mi propuesta», por eso la lectura correponde a los curadores y no a los artistas, menos al público.
Me parece que los salones no buscan como antes, definir un «perfil nacional», sino que pretenden construir un escenario desterritorializado que al igual que el nefasto Plan Colombia fortalece ejes que atraviesan las fronteras y las identidades, por eso un curador habla de » ejercicios postmodernos y postcoloniales». Como se define lo regional en este salón? El curador es una figura para el centro, que inventamos para la perifería? La mayor dificultad, la ausencia de los artistas regionales en estas discusiones.
Como anecdota, los curadores pidieron proyectos y se quedaron esperandolos. Los artistas pensaban que la visita a sus talleres eran una obligación y se quedaron esperando los curadores. Es decir, el concepto funciona a dos bandas. Como entender el dialogo curador-artista, o mas bien, curador-propuestas? El Salón es itinerante y el 15 de noviembre se inaugura en la ciudad de San Juan de Pasto.
Miguel de León