En lo personal me interesa en mi propia indagación el efecto que produce el hombre en sus actos creativos sobre el conjunto de sistemas que interaccionan haciendo posible la vida. Esta preocupación de corte ecológico procura desvelar en parte el sistema de relaciones de la experiencia estética con la producción de objetos tecnológicos. La experiencia estética, más ligada al mundo perceptivo y sicológico, se vincula a la capacidad transformadora que el cuerpo humano ejerce sobre su entorno.
Esta capacidad se ve potenciada por el uso y desarrollo de obje6tos tecnológicos. El vínculo emotivo dirige igualmente en parte a la producción y el uso de dichos objetos. Como la mente es inseparable del cuerpo así mismo la experiencia estética sería inseparable del mundo de los objetos producidos por el hombre. Esto quiere decir que la relación Arte-Tecnología nunca ha estado separada, al menos desde la aparición del Homo-Faber.
Si queremos desarrollar una Etica de la Transformación, una ética de la acción constructo-destructiva del hombre y darle una ruta más equilibrada al actual desenfreno humano se hace entonces indispensable indagar sobre el campo de relaciones afectivas, emotivas y en últimas estéticas que el hombre tiene con el Entorno y con su Entorno. El entorno del hombre y el hombre mismo, tienden cada vez más a modificarse en el escenario actual de búsqueda incesante en la producción de objetos tecnológicos y/o artísticos.
Obviamente un salón de tal naturaleza debe impulsar igualmente el desarrollo del arte en asociación con la tecnología. Pero es importante no perder la perspectiva de puntos igualmente vitales y mantener presentes preguntas fundamentales tales como "porqué y para qué hacemos objetos".