La colisión de tiempos, conceptos e informaciones distintas sobre una misma superficie es algo que se da primeramente en el collage -practicado a partir del cubismo - pero que adquiere todas las características del ensamblaje en la obra de artistas norteamericanos de los años cincuenta como Jasper Johns y Joseph Cornell, quienes utilizan en su iconografía partes de avisos comerciales, emblemas como la bandera de los Estados Unidos, fragmentos de textos impresos, objetos como muñecos, cajas de madera, vidrio y, por supuesto, materiales tradicionales como oleo y lienzo.
La obra de arte tradicional, realizada con materiales, temas y conceptos que apuntan hacia un sentido lineal, homogéneo y conexo se transforma con el ensamblaje en un texto para cuya lectura se ha de proceder mediante la diferenciación y no ya mediante la unificación. Esta nueva forma de pensar a través de la diferencia, puede en ciertos casos llegar a ser un modo complejo y original de pensar y percibir.
La creciente complejidad de la sociedad contemporánea, que lleva al individuo a convertirse prácticamente en un hermenéuta - pues ha de reconocer, seleccionar y procesar la información para construir sus propios modelos de comprensión con que observa e interactua con el entorno - se refleja con claridad en las lógicas del ensamblaje, ya que se genera para el observador una abundancia de posibilidades de conexión, relación y lectura, en donde ya no es posible pensar en una relación biunivoca y lineal entre elemento y elemento.