En el mes de agosto de 1995 el Proyecto Tándem convocó, en el marco de su exposición "Atractores Extraños" en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, a un grupo de artistas, curadores e investigadores, a reflexionar sobre el objeto artístico entendido como sistema abierto de información, es decir, a pensar la obra como un sistema que se construye con la complicidad del observador y que, por lo tanto, la dimensiona como una construcción cuyos elementos son no sólo físicos -lienzo, metal, oleo, etc.- sino de sentido: informaciones, comunicaciones e interpretaciones.
De estas reuniones surgió la idea de generar un proceso que fuese a la vez espacio de reflexión e intercambio de información. Este espacio es el Archivo X, que desde este mes se encuentra en Internet gracias al apoyo financiero del Instituto Distrital de Cultura y Turismo y comienza a circular en forma de publicación periódica por fax, Internet y correo directo. La conversación que aparece a continuación se ha dado en el transcurso del tiempo y se propone en el Archivo X como encuentro en el que la reflexión sobre el objeto artístico fluye por varias superficies, que se encuentran, porque no, dentro de los límites de la obra.
Jaime Iregui, artista, Proyecto Tándem: La idea de realizar un objeto con una serie de elementos, tanto físicos como de sentido, es una de las maneras de entender la acción de construir. En el momento en que una persona ordena e interrelaciona materiales, estructuras y conceptos, podemos decir que está construyendo.
El Constructivismo, como modelo de conocimiento, entiende el conocer como un proceso en el que el observador construye una realidad o al menos la interpreta con base a sus percepciones. Este modelo delimita la concepción clásica y objetivista del conocimiento, que hace énfasis en el objeto de nuestro conocimiento más que en el proceso del conocer y en los modelos de comprensión.
Se trata de una manera de entender la realidad que tiene sus raíces tanto en los planteamientos pictóricos de Paul Cezanne, Piet Mondrian y Joaquin Torres-Garcia, como en la síntesis que hace Kant entre racionalismo y empiricismo, en donde se plantea que el observador no tiene un acceso directo a la realidad externa y, por lo tanto, desarrolla conocimiento gracias a la utilización de principios cognitivos fundamentales, con lo cual organiza su experiencia del mundo.
La noción epistemológica más importante del constructivismo es la de que el sentido es una función que el individuo articula a partir de la experiencia. En el área de la epistemología, los constructivistas creen que el conocimiento es generado internamente por el individuo y no precisamente emitido por un agente externo. Así mismo, los constructivistas radicales están convencidos de que no existe una realidad objetiva independiente de la actividad mental del ser humano: los mundos personales son creados por la mente, sin que esto implique que el "mundo" de unos sea más real que el de otros.
Ultimamente, con la desaparición de vanguardias, tendencias y estilos, el significado de buena parte de la producción artística parece estar no en lo que la obra contiene, "sino en cómo está construida, con qué está conectada, en la coexistencia en su superficie de diferentes materiales, perspectivas, miradas, épocas, referencias"(*). Este tipo de obra, cuya apertura está dada por sus múltiples interrelaciones, además de hacer posible infinidad de lecturas, lleva a que los significados no se entiendan como algo preestablecido, es decir, a que se construyan con la complicidad del observador.
Carlos Jiménez, escritor: El espectador no es, mejor, ya no puede ser mas, un espectador en sentido estricto si por espectador entendemos a alguien que se enfrenta pasivamente a una obra completa, redonda, acabada de antemano, tal y como lo esta el mundo para quienes se llaman a si mismo naturalistas o realistas. El espectador hace la obra interpretandola y al interpretarla se convierte el mismo en artista, que se inserta en una cadena potencial de artistas, cuyo encabezamiento o primer eslabón esta representado por el artista que firmo la primera versión de la misma. Ese primer artista es un guía, alguien que lanza un móvil que se va convirtiendo en otra cosa a medida que se pone en contacto con otros artistas-espectadores o que se desplaza por otros contextos o medios. De allí que se necesario poner en pie un concepto como el de refracciones que tiende a dar cuenta de los rendimientos específicos que la obra de arte , ya no como imagen o modelo sino como mensaje, obtiene en esos recorridos o travesías.
Franklin Aguirre, artista, Grupo Matracas: Cabe recordar que el ojo del espectador sobre la obra cumple un recorrido plenamente turístico que el museo pretende forzar llevándolo a un estado sedentario totalmente ajeno a él. Luego de varios años de inexorable musealización y del incómodo arte de salón es necesario más que un espacio, una actitud diferente ante dicho espacio. El arte limitado a los dos o tres metros cuadrados, o a los cinco metros cúbicos oficiales, producen maquetas limitadas en su ejecución. Incluso, la estrategia de la pieza íntima o de la alegoría pequeña colgable, sucumben ante la taxonomía de un montaje a gran escala. No hablo sobre la legitimación de lo macro, hablo del desprendimiento del cubo fantasma, de otro recorrido, de una lectura menos occidental, del manejo del espacio y no de la simple y cartesiana disposición de colores, formas y objetos o en su defecto la anécdota de su multiplicación.
Carolina Ponce de León, crítica y curadora: El Salón padece de problemas de códigos y coordenadas confusos. Se le quiere democrático, por ser el máximo evento artístico del país. Por el monto y la presión de los premios, se le quiere selectivo. El doble código es doble moral. El jurado de selección es una entidad que poco puede corregir las contradicciones de la premisa de donde parte; porque los criterios se contradicen solos. Es urgente diseñar coordenadas que pueden responder a expectativas y necesidades precisas como podría ser organizar el evento con una curaduría con nombre propio, con responsabilidad profesional, conceptual e intelectual en donde los criterios de selección dependen de una postura conceptual y no de políticas confusas. Todos los artistas seleccionados serian "invitados". El formato de Salón es tan obsoleto como las pretensiones desmedidas y falsas que sustentan el intento de mostrar "el" arte de la "nación" incluyendo todas las generaciones y todas las regiones. No porque eso no sea una bonita política cultural, sino porque es demagogia boba imposible de cumplir. Pero no solo es urgente replantear el Salón, tenemos que replantear la actitud que tenemos con el. Es darnos cuenta que ser pedigüeño no dignifica las posiciones de libertad y exigencia.
Carmen María Jaramillo, curadora, Museo de Arte Moderno : En nuestro medio, algunos espacios institucionales tienen la flexibilidad suficiente para acoger propuestas de muy diversa índole: desde la presentación de exposiciones concebidas con criterios museológicos tradicionales, hasta la realización de proyectos que involucran procesos artísticos, ya sea en el plano de la misma creación, como el de la interacción con la comunidad y el entorno. Prima en ellos un criterio selectivo pero abierto, donde coexisten y se complementan diversas maneras de abordar el arte.
Estos espacios se han hecho permeables a los cambios vertiginosos que se suceden en el mundo del arte y del pensamiento contemporáneo y, por lo tanto, no están circunscritos a una "linea" que excluya la pluralidad de manifestaciones existentes. Adaptan sus objetivos a diferentes tipos de propuestas que no necesariamente deben llevarse a cabo en las salas de exposiciones, y propician una reflexión acerca de la función del arte contemporáneo y de los espacios que lo acogen.
La crítica que se hace en este momento a las instituciones y, más concretamente a los museos, proviene a grandes rasgos, del alejamiento que han tenido de la comunidad y del hecho de haber contribuido a la descontextualización y sacralización del arte. No obstante, estas objeciones, en gran parte de los casos, se realizan por medio de obras que los artistas presentan al interior de sus salas, y no a través de diatribas o confrontaciones radicales, como pudo suceder en épocas pasadas. De acuerdo con esta afirmación, podríamos pensar que, o las instituciones han asimilado y por tanto restado fuerza a dichos cuestionamientos, o que la actitud de apertura permite la expresión y afirmación de diferencias no impliquen una ruptura entre las partes involucradas en la confrontación.
Olga Marín, periodista, Martes de las Artes/El Espectador: En general, el periodismo cultural se queda en la biografía, en aspectos de la vida privada. No existe realmente una verdadera capacitación ni un interés real por informar lo que verdaderamente sucede en el medio más allá del registro social. El arte contemporáneo es muy complejo. Por una parte el periodista no lo entiende y, por tanto, no lo comunica. Por otra, el público no lo entiende, por tanto, no le interesa ni exige una información adecuada. Es por eso que el periodista que cubre artes plásticas se interesa tanto en la reseña social.
Los entendedores no escriben para un público amplio sino para un grupo reducido, que a su vez legitimiza lo que escriben. Entonces viene la idea de invitar a los artistas a proponer una comunicación diferente, sin intermediación, y que al mismo tiempo enriquece el debate. Como periodista me interesa poner a disposición las herramientas que tengo: noción periodística, redacción, posibilidades de diseño. Por parte del público Martes de las Artes ha tenido una magnífica acogida, sobretodo por los estudiantes de comunicación, quienes descubren otro manejo del proceso, en el cual el periodista tiene un papel instrumental y la voz es del invitado de la página, es decir, del artista.
Adolfo Chaparro, filósofo, Tiempo Libre/Señal Colombia: Podríamos decir que Tiempo Libre no tiene un tema, sino que busca sorprenderse a sí mismo abriendo su temática tanto a los procesos de investigación, como a los artistas consagrados, tanto a los discursos propios de la crítica y la estética, como a los problemas y posibilidades que plantean curadores, galeristas y gestores culturales. en este maremagnum de temas y opiniones, consideramos vital volver siempre a la fuente, es decir, al lenguaje que ofrece la obra en sí misma y al discurso propio de los artistas, que siempre tienen algo que decir, aunque sea para impugnar el discurso mismo sobre el arte.
En realidad muchos de los problemas filosóficos o estéticos y muchas de las encrucijadas en que se debate hoy el arte frente a la revaluación de sus materiales y procedimientos serían inconcebibles sin tener en cuenta las decisiones puntuales, las actitudes vitales, las posturas intelectuales de artistas decisivos en esta década, que han convertido la creación en un pretexto para pensar o viceversa. En este sentido, muchos artistas han descubierto que el discurso sobre el arte es parte integral del proceso de creación y, por eso mismo, han desplazado a críticos y periodistas culturales, para acercarse por esa vía al espectador. En estos casos el programa simplemente ha servido de intercesor, tratando de encontrar nuevos medios que hagan fructífero este encuentro.
Nekane Aramburu, artista, Transforma/Internet: Internet es una alternativa más para el arte, es un medio, un instrumento. Si el arte es comunicación gracias a Internet estamos utilizando un medio eficaz y rápido de visualización y presentación no solo de formas o expresiones artística, sino de la difusión de actividades de los distintos promotores artísticos.
Por otro lado, puede que cambien también las formas, el lenguaje/expresión de la creación . Lo peligroso puede ser que se convierta en un mero ejercicio estilístico, y esto vaya en detrimento de los contenidos. De hecho ya hay mucho fuego fatuo, superficial.
En cuando a la difusión/gestión en España, la red de colectivos independientes tiene como uno de sus objetivos el generar una red de comunicación entre los colectivos de las distintas ciudades a través de Internet, como formula practica de trabajo. Así, no solo es un medio de difusión de los programas de actividades, sino que al hora de organizar producciones artísticas o generar proyectos de arte, estos pueden ser compartidos y realizados en cooperación entre los colectivos.
Mariano Maturana, artista, La Cosa/Internet: La alternativa mas evidente (y tal vez superficial para algunos), es que los grupos independientes no tenían, antes de la aparición de las redes electrónicas, de comunicarse de manera rápida y efectiva.
He trabajado muchos años con arte electrónico y experimental. Los espacios para presentar este tipo de arte no existían (ni existen) lo que obliga al creador a buscar espacios alternativos (fabricas abandonadas, centros culturales, etc.) porque las galerías y museos en general presentan arte ya establecido y "clásico". Así el creador debía recorrer diversas ciudades por medio de invitaciones a festivales o presentaciones dentro de este pequeño circuito. Lo difícil era mantener estos contactos porque después de irse del lugar solo quedaban las cartas o los fax, y finalmente lo que sucedía era que estos grupos e individuos perdían el contacto inicial. Lo sorprendente era que en cada pueblo o ciudad habían (y hay) individuos y grupos interesados en este arte que a la mayoría del Mundo Artístico (ya reducido) no le interesaba. Internet, los computadores conectados unos con otros a distancia, facilitan la comunicación entre estos individuos y grupos. Por lo tanto servirá para crear una teoría, un contenido teórico, que de contexto a determinado tipo de arte, convirtiendo nuestra producción cultural en algo mas activo, dinámico y creativo.
(*)palabras de la artista Doris Salcedo en Tándem, número cero, 1995.