Hace ya algunos meses, cuando analizábamos cuál era el elemento que nos podía servir como dinamizador de los festejos del Bicentenario de nuestras independencias, coincidimos con el alcalde, Samuel Moreno, y con el escritor e historiador William Ospina, que el globo aerostático era el artefacto perfecto que buscábamos, no sólo por el enorme valor simbólico que tien como una alegoría bellísima de la libertad, sino porque le permitió al hombre, en 1783, lograr el sueño inmemorial de surcar los cielos.
Recordábamos aquella sentencia de Leonardo Da Vinci de que «volar es dejar de ser uno y acercarse un poco a Dios».
Los globos aerostáticos, creo yo, son el mejor pretexto para que los bogotanos y bogotanas interioricemos lo que hemos sido y lo que nos falta construir todavía en ese proceso de ser nación. ‘El Vuelo de la Libertad’ se hace para fortalecer la participación ciudadana en la capital, al tiempo que refleja los recuerdos de los personajes representativos de la Independencia, y libera la memoria de los ciudadanos, que podrán ver reflejados en el cielo las imágenes de aquellos que lo dieron todo por la libertad.
Nos enfrentamos a muchos desafíos. El primero, por supuesto, fue conseguir los globos. Semanas de gestión para ubicarlos en España, Estados Unidos, Argentina, Inglaterra, Brasil y México, entre otros países. Vendrían luego el diseño y puesta en marcha de un proceso empresarial de logística para realizar el espectáculo en el que obtuvimos el apoyo decidido de Compensar- y un examen minucioso de las condiciones máximas de seguridad para el vuelo en coordinación con la Federación Internacional de Globos, la Aerocivil, la Fuerza Aérea Colombiana, el Ideam y las entidades del Distrito Capital. Quizás muchos no sepan que este fin de semana, mientras los globos surquen los aires, estarán restringidas las operaciones aéreas en Bogotá. Tales son los requerimientos.
En este escenario, el costo de traer veinte, treinta o cincuenta globos era un reto. Por fortuna, contamos desde el comienzo con el apoyo de la empresa colombiana, que se unió en torno a la historia y los valores fundamentales de la democracia y la libertad.
Cuarenta de ellas «apadrinaron» un globo aerostático a un costo aproximado de 69 millones de pesos cada uno. Ese compromiso, quiero resaltarlo, fue fundamental.
Estaban los globos, pero faltaba un componente esencial para motivar la reflexión colectiva sobre el Bicentenario: los artistas. Con el concurso incondicional de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deportes y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño logramos convocar a 24 de los más importantes artistas plásticos de hoy.
Queríamos que reprodujeran las efigies de los próceres, pero ellos escogieron otros temas. Y aunque pensamos en principio que era un error, los artistas no se equivocaron: supieron reflejar ese nuevo compromiso ciudadano en torno a los grandes desafíos de la actualidad: el agua, la energía, el medio ambiente, la democracia y la cultura.
Hoy, nos sentimos más que satisfechos. Creo que avanzamos en la tarea de fomentar un proceso de pedagogía social que trata de reafirmar nuestra identidad y de traer al presente los valores que nos han hecho nación a lo largo de los últimos doscientos años, un proceso que, sin duda, se sigue consolidando.
Estamos frente a una oportunidad privilegiada de rescatar los principios de nuestra nación, de escrutar el presente y de repensar nuestro futuro como sociedad. La gran fiesta del fin de semana, en el parque Simón Bolívar, será gratuita para la ciudad. El costo de alquiler, transporte, tripulación y cuidado de los globos aerostáticos fue financiado con publicidad proveniente de un grupo de destacadas empresas bogotanas y del país, que se vincularon a un espectáculo sin precedentes.
La celebración de la Independencia en Bogotá no se limita a celebrar sólo la democracia; queremos crear y convertir una dinámica de pensamiento en una ciudad más reconciliada consigo misma, más vinculada al país y a su historia.
Y claro, mejor relacionada con el mundo. No está de más si insisto en que ‘El Vuelo de la Libertad’ pretende marcar un hito en la memoria de los ciudadanos, hecho que -estoy seguro- desencadenará una reflexión y movilización ciudadanas en torno al significado de la Independencia.
Yuri Chillán Reyes
Secretario General de la Alcaldía Mayor
Publicado por El Tiempo