La versión de este proyecto sobre la protesta social, el derribamiento de monumentos y la rabia colectiva, contrario a las desafortunadas versiones de otros intentos sobre el tema, acierta en escoger las enormes posibilidades de la ficción y el humor en relación a un contenido tan complicado como este, por cuánto siempre está exigiendo de la representación posibilidades políticas.
En los CAÍDOS el tema cambia de sustancia digital y manualmente de diferentes modos, a lo largo del deteriorado interior del edificio. En esa desrealización ocurren articuladamente diferentes efectos, al tiempo que recreamos esa sensación del estallido social de ser sobrepasados emocional y físicamente.
Entre esas articulaciones:
⚡Lugar de exhibición -espacio escenográfico- que explota lo ruinoso, mientras posa de ‘independencia’, en relación a lo aparatoso, voluminoso y pesado del contenido del proyecto. Este difícil espacio parece aceptar gustoso la interesante escenografía luminosa de Covelli.
⚡La decisión del material para la réplica de los escudos de la primera línea (cerámica), el monumento caído de Jiménez de Quesada (tapia pisada), en contrastante con la digitalización del proceso de derribamiento del monumento de los héroes.
🌄Que crezca micelio en algunos fragmentos de la cara de Andrés López de Galarza es un postre.
⚡Cada uno de los cuatro personajes del vídeo juego (y sus absurdos poderes) frente a esas ciudadanías reales y beligerantes que, al encarnarse en personas particulares, niegan todo devenir anónimo posible y vinculante (recordando lecciones de Rancière).
📱Lo dimensión de lo noticioso del derribamiento, su ubicuidad y ritmo acelerado, a través de esa coreografía deformante, de mini cuerpos-monumentos.
Fotos: Sebastian Bright