En este episodio nuestro invitado es Saga, a quien preguntamos conjuntamente con Isabel Cristina Díaz: ¿Cómo percibe la escena del graffiti a nivel local y la incidencia que ha tenido a partir del estallido social?, ¿Qué opinión tiene del Museo Abierto de Bogotá cómo iniciativa del estado que busca promover el muralismo y el Graffiti?, ¿qué murales y/o graffitis considera relevantes?
1 comentario
Aunque, no estoy de acuerdo con la nueva forma de tomarse la 26, ya que denota la falta de comunicación que hay entre los grafiteros, en algunos casos la institucionalización del acto de rebeldía por parte de estos y por parte de la alcaldía, y la poca conciencia que ese es un espacio de tránsito rápido, inclusive en la misma ciclovía, perdiendo todo detalle de todo ese preciosismo estilístico y detalle técnico, SAGA me hace recordar de lo dogmáticos y conservadores que son los grafiteros de la vieja usanza. El graffiti cambió y muchos no se dieron cuenta, y sueñan con imágenes de antaño de calles de NY abarrotadas de Quickpiece, peleándose espacios entre tag y tag con los diferentes crews. Y sí, esta terminología especializada del mundo del grafiti que a veces pienso que quisieran hacer sentir lejano un lenguaje ya cercano para la mayoría de las personas, como lo es la publicidad, porque en eso si estoy de acuerdo, que el grafiti se domesticó y ya conecta fácilmente con el gusto comercial. Esta es una discusión de los años 2000, ya estamos en los 2020, ya el grafiti debe construir otros referentes, que se alejen de la imagen infantil, como el mismo SAGA critica, pero que él mismo realiza. El grafiti ahora es comunidad, cuando se encuentra con jóvenes en un barrio y dinamiza formas de habitar la comuna, la localidad, el grafiti es publicidad, ha entrado a las galerías y se ha vendido en las grandes subastas, el grafiti habla de las problemáticas ambientales y sociales, y cada vez se ha alejado de la imagen del rapper de Cypress Hill y los chicanos de baja California, porque ellos han crecido, tenido hijos, los dreames que llaman, y han construido otras formas de representar la cultura marginal de los estados unidos. El grafiti ahora es más que querer preservar un estilo antiguo, o pretender que la rebeldía implica solo esconderse de la policía o escribir frases contra el gobierno de turno.