Hace exactamente un año regrese al país luego de 5 de ausencia. Me encontraba en Londres. Desde esa ciudad recibí hace unos años atrás, con gran expectativa la noticia de la creación de un nuevo premio que prometía ser abrumadoramente exitoso. Ya me imaginaba yo un evento similar a los que podía ver allí con relativa frecuencia, como el Bloomberg New Contemporaries (http://www.newconte mporaries. org.uk/), que esta estructurado para dar al estudiante o al recién graduado un contexto profesional, o el Beck´s Futures (http://www.becksfutures.co.uk), que se convirtió rápidamente en el barómetro de el arte emergente en las artes visuales en su momento. A las pocas semanas de mi llegada a Bogotá, tuve la fortuna de visitar el evento que tanta curiosidad había provocado en mí. El Premio Fernando Botero 2006. Me confundí inmediatamente al tratar de comprender el enfoque del premio, ¿era un premio de arte contemporáneo? , ¿arte moderno?, ¿los dos al mismo tiempo?. Los jurados, aunque con una hoja de vida impecable, no mostraban una inclinación por el arte contemporáneo.
Para la edición del 2007, ya me había enterado del mecanismo de la convocatoria y decido participar. Recuerdo un día, caminando por el centro de Bogotá, me encontré con Milena Bonilla artista plástica y compañera de estudios en la universidad. Le pregunté si iba a participar y me dijo que no, que lo haría solo cuando mejorara la estructura del premio. Yo seguí con la idea de participar (a pesar del enfoque del premio), el estímulo monetario es bastante llamativo como para resistirse a la tentación. A las pocas semanas inicié el proceso: Diapositivas, certificados, fotocopias, escritos, todo multiplicado por un cierto número de veces. Presenté el paquete y entonces era solo esperar.
El día de entrega de obras para preselección, realicé mi proyecto; una intervención en una pared del recinto y además debía ser necesariamente desgastada(para mi concepto). La directora de la fundación, Maria Elvira Pardo, me asignó un lugar perfecto. Al terminar la obra Maria Elvira me dijo que en caso de ser seleccionado, me dejaría en ese lugar porque la obra ya estaría hecha, me dijo que me acercara el 10 de abril, día del montaje, a retocar la obra en caso de ser necesario.
Al consultar la lista de seleccionados para este premio, mi nombre no se encontraba allí, sin embargo recibí una llamada de la «Fundación Jóvenes Artistas Colombianos» en donde se disculpaban por que mi nombre había salido mal en la publicación.
Al entregar las imágenes para el catálogo aproveche la ocasión para recordar que deseaba aparecer en dicho evento como Kunstomerservice/ Andrés Londoño. Durante la inscripción manifesté que deseaba aparecer así en todo momento y se me dijo que debían consultarle a Maria Elvira Pardo (?!). Hace poco miré el catálogo y aparezco como Andrés Roberto Londoño Rodriguez(no tuvieron en cuenta mi observación). Llegó el 10 de abril, día del retoque de mi intervención en la pared y cuando llegué, me informaron que la habían pintado y resanado, mi intervención había desaparecido. Debería hablar nuevamente con la directora para definir que sucedería entonces; me manifestó ella inmediatamente y como si se tratara de algo sin importancia que debía repetir lo ya realizado. El motivo expuesto por la directora y algunos de los montajistas de la fundación, es que la distribución de las obras dependía del curador y todas las paredes debían estar arregladas para el evento, así que no tuvieron ningún reparo en pintar sobre una obra que había sido seleccionada para la exhibición, sin siquiera consultar al artista si estaba dispuesto a repetirla en otra locación y en un lapso de tiempo muy corto. Me pregunto, ¿un mural se traslada? No se que pasó en estos 5 años de ausencia, pero yo creía que un mural como máximo, se restauraba.
Me inquieta cual es el mecanismo que hace que funcione el premio. Si la organización no da lugar a una obra que presente las paredes desgastadas, no sé desde qué punto de vista se pueda entender un premio que procura alimentar «nuevas propuestas». Es por este medio (esfera pública), que anuncio la retirada física de mi trabajo del Premio Fernando Botero. No haré nuevamente el trabajo, repetirlo seria irrespetar mi propuesta, yo ya he sido irrespetado. Podrán ver la intervención en el catálogo de la muestra, recuerden, bajo Andrés Roberto Londoño Rodríguez, no Kunstomerservice/ Andrés Londoño.
Por otra parte, si se presentaron 173 y pasaron entre 70 y 80 personas, no haré mucha falta. Me pregunto, por qué hay tantos participantes en esta edición si en las anteriores han sido entre 20 y 30?.
Andrés Londoño
www.kunstomerservice.com